José Mujica se reúne con el lehendakari en el pueblo de sus antepasados

Aquella primera visita, que tuvo lugar en el verano de 2013, cuando aún era presidente de Uruguay, le supo a poco por culpa del estricto protocolo. "Me había prometido que cuando pudiera, iba a venir", ha asegurado Mujica. Una promesa que, a punto de hacer 80 años el próximo miércoles 20 de mayo, cumple ahora que el cuerpo aún aguanta. "Probablemente no vengamos nunca más" ha dicho.

«Acá todo el mundo se conoce»

En un caserío del pueblo natal de su bisabuelo, rodeado por encinas de 300 años y perales, con unas vistas que abarcan todo el valle de Gernika, en pleno corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, el expresidente ha querido destacar la "nítida personalidad" de los vascos.

"Los hay de todas las tendencias políticas", ha reconocido antes de señalar riendo que las banderas de los ayuntamientos son todas "pequeñitas" salvo la vasca, "bien grande".

José Mujica ha destacado la honda relación familiar que se conserva en la región, donde no percibe "esa enfermedad de la megalópolis contemporánea donde todo es anónimo. Acá todo el mundo se conoce", ha añadido.

No sólo Muxika. Bilbao, Gernika, Bermeo... Se ha reunido además de con el lehendakari con algunos alcaldes e historiadores que le han explicado las tradiciones vascas, y ha comido en un txoko.

"Me quedo con la sensación de que son vascos, y no hay que confundir vasco con español", porque, en su opinión, aunque a primera vista "pueden parecerlo", al final "el aspecto vasco es predominante".