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óscar b. de otálora
Lunes, 16 de mayo 2016, 13:30
Durante muchos años, 'ciervo' o 'ponche' era una palabra muy escuchada en las emisoras de la Ertzaintza. Ahora, nuevos términos como 'motano' son más fáciles de oír. El argot policial es un reflejo de la situación social a la que se enfrentan los agentes en la calle y, por lo tanto, de la realidad que afecta a todos los ciudadanos que protegen. 'Ciervo', en jerga de la Ertzaintza, significa radical, miembro de la izquierda abertzale vinculado a los movimientos más violentos. 'Ponche' o 'poncho', es el término que se emplea para referirse a los 'cócteles molotov'. 'Motano', por su parte, es una palabra de nuevo cuño, una expresión que se refiere a los grupos delincuenciales con los que conviven los policías vascos, en los que se ha detectado, en este sentido, una cercanía cada vez mayor entre delincuentes procedentes del Magreb con los clanes gitanos ya asentados en Euskadi. De esta fusión surgió 'Motano' como mezcla de las palabras 'moro' y 'gitano', una expresión cada vez más usada en Bizkaia. El fin de la violencia ha supuesto, en este sentido, que algunos términos son ya residuos del pasado mientras que aparecen nuevos que resumen la complejidad de lo que acontece en las calles vascas. Las nuevas expresiones son ahora referencias a la emigración y la delincuencia común.
Según ha señalado un agente a este medio, el término 'ciervo' prácticamente ha desaparecido. En los años más duros de la violencia terrorista, era fácil escuchar esta palabra en las emisoras de la Ertzaintza, ya que anunciar la presencia de 'ciervos' era una forma de alertar a otras patrullas de una hipotética emboscada o algo peor. Y avisar del lanzamientos de 'ponches' implicaba que un vehículo de la Ertzaintza podría estar en peligro.
Verbalizar el drama
El escritor y periodista israelí Matti Friedman, autor de un libro sobre su experiencias en la Guerra del Líbano, ha escrito recientemente un ensayo en el que explica cómo los soldados en zonas de combate utilizan sinónimos para referirse a situaciones que no desean verbalizar puesto que supone confrontar una realidad demasiado cruda. Los soldados israelíes, en este sentido, denominan a sus bajas con el nombre de flores; los norteamericanos con iniciales -un 'kia', de 'killer in action' es un fallecido- y los británicos emplean cifras para evitar tener que hablar muertos por la radio. Un T-4, en la jerga inglesa, es un fallecido. En la Policía vasca, la expresión para los muertos puede ser 'clave negra', 'éxitus' o 'palmera'.
Conocer el origen de la palabra 'ciervo' es una tarea casi imposible. El término comenzó a utilizarse en los años 90, cuando la 'kale borroka' comenzó a cebarse con los ertzainas. Hay quienes atribuyen el término a una respuesta improvisada al término 'cipayo' con el que los radicales se referían los agentes vascos. También hay ertzainas que atribuyen el término a las botellas de un conocido whisky de malta que lleva a este animal en la etiqueta, sin dar una explicación clara de cómo conectar una imagen con la palabra. La palabra, no obstante, tenía un claro sentido eufemístico. Permitía referirse a los sectores violentos de la izquierda abertzale sin realizar una alusión directa que hubiera sido conflictiva en los años más duros de la política vasca. Además, introducía un aspecto peyorativo, más vinculado al modo en que era pronunciado que al significado propio de la palabra: después de todo, no era más que la expresión para referirse a un animal. En cualquier caso, independientemente de su etimología, la expresión es ya pasado.
Desde la dirección de la Ertzaintza jamás se intentó limitar el uso de este tipo de expresiones. El nuevo argot, sin embargo, sí está siendo conflictivo en el seno de la Policía vasca. Tal y como adelantó este medio, la Jefatura de la Ertzaintza editó un manual titulado 'Comunicación basada en el respeto cultural' en el que advertía a los agentes que debían evitar términos peyorativos sobre otras culturas. Por ejemplo, proponía que no se utilizasen palabras como machupichu, aconcagua o tiraflechas para referirse al colectivo latino o plátano o rollito de primavera para la comunidad asiática. La directriz, sin embargo, se están enfrentando a una realidad, en la que los agentes siguen empleado los tópicos clásicos para referirse a otras culturas o acuñan nuevos como 'motano'.
El argot de la Ertzaintza, por otra parte, refleja una cada vez mayor presencia del euskera en la realidad de la Policía vasca. Si en sus orígenes los escasos términos vascos empleados eran 'korrika' por patrulla a pie, o 'askatu', por agente de paisano, ahora son mucho más numerosas las expresiones en euskera con ejemplos como 'bortxa' -violación en euskera, que se utiliza de forma genérica para la violencia de género- o 'garrantxi' para solicitar ayuda. Otra parte de la jerga policial se compone de los términos que ya son comunes a todos los cuerpos e incluso a los delincuentes como 'talegero' o 'palo'.
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