Se aclara el horizonte
José Luis Zubizarreta
Lunes, 27 de junio 2016, 06:49
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José Luis Zubizarreta
Lunes, 27 de junio 2016, 06:49
Dos asuntos principales se dirimían en las elecciones. El primero, la posibilidad de superar el 'impasse' de la repetición de las elecciones y poner en pie un nuevo Gobierno. El segundo, la salud con que los diversos partidos tendrían que hacer frente a la próxima ... legislatura. Ambos asuntos están hoy mucho más claros de lo que estaban. En este sentido, las elecciones no han sido en vano. Por comenzar con la salud de los partidos, no cabe duda de que el popular ha salido fortalecido. No es lo que era, pero sí mucho más de lo que temía. Su estrategia de polarizar la campaña para apelar al voto útil, aunque de dudosa utilidad para el fortalecimiento del sistema, ha resultado enormemente beneficiosa para sus intereses. La organización que le mermaba las fuerzas para alcanzar el Gobierno, Ciudadanos, ha salido, en parte por mor de la ley D'Hont, muy mal parada. La relación entre las pérdidas del uno y las ganancias del otro ha sido de suma cero. Lo perdido por C's se ha ido al PP.
En el otro bloque, el gran perdedor ha sido Unidos Podemos. Ha fracasado en su intento de hacerle el 'sorpasso' al PSOE y entrará con ello en una situación de zozobra interna, si no de abierta crisis, que tendrá consecuencias en un futuro no lejano. La lucha entre la corriente de Iglesias y la de Errejón, simplificada en estos términos, pero real en cuanto al contenido, se ha decantado, de momento, en favor del segundo. Habrá que estar atentos a los resultados, tanto en el lado de Podemos como en el de IU. Por su parte, el PSOE se ha demostrado menos débil de lo que cabía temer. Su resistencia ante el embate de Unidos Podemos puede considerarse un triunfo. Y, como en las elecciones las cosas van también de expectativas, el liderazgo de Sánchez se ha consolidado de cara al próximo Congreso. Sobre todo con el tropezón que ha sufrido Susana Díaz en la batalla con el PP en su territorio. Pero nada es seguro en ese partido.
En cuanto a la formación del Gobierno, se perfila uno liderado por el PP. Sánchez ha perdido una gran baza para una hipotética negociación. La suma de sus escaños y los de Ciudadanos ya no supera a los de Rajoy, con lo cual no podrá utilizar la superioridad de una coalición con Rivera para exigirle el apoyo. Y la mayor insuficiencia aritmética con vistas a gobernar con Unidos Podemos se ha rebajado a mera nadería en relación con la animadversión que entre ambos se ha creado. En todo caso, la «privilegiada» posición del PSOE como fuerza decisiva puede resultarle diabólica. Si mala es una alternativa a la derecha, peor es la otra a la izquierda. Y de cómo se resuelva la disyuntiva dependerá en gran medida su futuro.
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