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Montesquieu es rajoy

La fragmentación y la falta de rodillo pueden dar más vida a las Cámaras. Pero no tanto como para que la oposición dicte al Gobierno lo que tiene que hacer

Kepa Aulestia

Sábado, 3 de diciembre 2016, 09:04

La leyenda del país que iba a ser gobernado por el Parlamento se esfumó el miércoles. El presidente Rajoy respondió a Pablo Iglesias que su Ejecutivo aplicará solo aquellas resoluciones de las Cortes «que sea obligatorio aplicarlas». De modo que no bastará con que la ... oposición deje en evidencia la minoría en que se encuentra el Gobierno con iniciativas a la contra o con votaciones que promuevan la derogación de normas aprobadas en anteriores períodos legislativos. Una vez investido el presidente, el Ejecutivo resultante no puede ser objeto de una especie de 'moción de censura' parcelada que le obligue a obedecer a una alianza parlamentaria distinta a la que propició la designación de Rajoy. La única manera que las Cortes -en definitiva el Congreso- tendrían de imponerse ante el Poder Ejecutivo contra la voluntad de éste sería acordando leyes en positivo, alternativas a las vigentes o de nueva gestación. No es fácil que una hipotética sintonía entre el PSOE, Podemos, Ciudadanos y otros grupos dé para tanto. Sobre todo cuando en ese caso el presidente diría sentirse conminado a disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

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