Koldo Domínguez
Viernes, 14 de abril 2017, 11:27
Prudencia y cautela. Así recibió ayer el Gobierno vasco y los dos partidos que lo sustentan la notica adelantada por este periódico de que ETA sólo entregó 73 armas en vez del centenar que constaba en los listados facilitados por los verificadores. El Ejecutivo, no obstante, cree que el paso dado por la banda es «irreversible» y considera «importante» la puesta a disposición de la justicia de buena parte de sus arsenales. Fuentes del Ejecutivo autónomo subrayaron a este periódico que, en su opinión, el desarme ha sido muy relevante» y que a partir de ahora, «como en su día advirtió Jonan Fernández» , toca analizar si el proceso ha cumplido con las condiciones anunciadas: verificable, legal, definitivo y sin contraprestaciones.
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La información publicada ayer por este periódico no sorprendió a la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez. «¡Tantas expectativas, tantas expectativas! Yo jamás me he fiado de ETA y en el desarme, igual. Siempre dije que había que opinar después de que se produjera», explicaba ayer. «Por eso no entiendo por qué el Gobierno vasco y otras instituciones han participado de todo eso», lamentaba. A su entender, las cifras de las armas realmente entregadas revelan que este proceso «ha sido otro paripé más» de la banda terrorista y la izquierda abertzale. «Podían haberlo hecho con discreción pero han preferido montar otro circo», sostiene Ordóñez.
La presidenta de Covite sí admite una parte positiva «cuantas menos armas tengan los terroristas, mejor, aunque ya no puedan usarlas porque han sido derrotados». Pero asegura que «siempre» tuvo la convicción de que ETA «no iba a entregar todos» sus arsenales y de que el papel de los expertos internacionales que han supervisado el proceso iba a ser intrascendente. «Si es que eran los verificadores de ETA. Ni han mediado ni verificado nada. Como todo lo que viene de la banda, ha sido un circo mediático», criticó la hermana de Gregorio Ordóñez, parlamentario y presidente del PP de Gipuzkoa asesinado por ETA en enero de 1995. «Aquí los únicos que pueden verificar son los cuerpos de seguridad», añadió.
Batalla política
Pero más allá de la entrega de las armas, la presidenta de Covite considera que el «verdadero» desarme» debe ser el de las «ideas que llevaron a ETA a matar». «Ése es más importante que el de los arsenales». Cree que ahí es donde la sociedad vasca debe centrar sus esfuerzos porque es una «batalla que aún está viva» y que la izquierda abertzale «lleva años» intentando «ganársela a los demócratas». «Lo que tenemos que hacer es derrotar su proyecto político», analizó.
Según las cifras que maneja el Gobierno francés tras realizar un primer análisis de los arsenales incautados, ETA no ha entregado todas sus armas. Era algo que todos los implicados daban por hecho al considerar que la banda desconoce la ubicación de algunos de sus zulos más antiguos. La duda que se ha abierto ahora es si ha entregado todas las armas que sí tenía localizadas. Y es que las 73 contabilizadas por la Policía gala distan mucho de las 106 que indicaban los listados facilitados por los mediadores y las 120 declaradas por el grupo de Louhossoa en la rueda de prensa que ofrecieron en Bayona. A esa incógnita, ni el Gobierno vasco ni PNV y PSE se atreven a dar respuesta. «No lo sabemos», coinciden en afirmar. «Habrá que esperar a las valoraciones oficiales que hagan las autoridades francesas», explicaron fuentes socialistas. «Lo relevante de todo esto es que ETA se ha declarado organización desarmada y que avanza hacia su disolución definitiva», apuntó un portavoz nacionalista.
Lander Martínez, portavoz parlamentario de Podemos, también insistió ayer en que «lo importante es el desarme de ETA, cuya decisión ve «irreversible». Pero fue un paso más allá y exigió a la banda que lleve ese proceso «hasta el final». Es decir, si se confirmara que ETA aún mantiene «controlado» algún arsenal, debe «entregarlo».
El más contundente en su análisis del inventario policial francés publicado ayer por este periódico fue el PP. Su portavoz en la Cámara de Vitoria, Borja Sémper, recordó que su partido ya «advirtió» al PNV y al lehendakari de que «con ETA nunca te puedes fiar» y debían ser «prudentes» con los verificadores, a los que han dado «respaldo institucional» pero, «en realidad», ahora se ve que «no han verificado nada». «La banda terrorista está derrotada, pero va a intentar tener una larga agonía para obtener réditos de imagen y propaganda. Y no hay que hacerle ese juego», denunció.
Suena a «cachondeo»
Pese a que ETA pueda mantener aún armas y material para falsificaciones, Sémper estima que la «sociedad» debe estar «tranquila». ETA «no va a volver porque está acabada» y porque «más pronto que tarde» les será incautado todo el material que aún conserva y que no ha vendido en el mercado negro. «Pero con todo, vaya papelón del lehendakari, vaya papelón», criticó el portavoz del PP vasco. «Si no fuera un tema tan serio, sonaría a cachondeo», añadió.
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En igual sentido se manifestó el delegado del Gobierno en Euskadi, Javier de Andrés, quien aseguró que esos datos «dejan en evidencia a los que a diario hablaban de verificación». «Lo que sí ha quedado verificado es que quien confía en ETA es engañado», afirmó.
Contactados por este periódico, portavoces desde Sortu evitaron hacer valoraciones sobre «informaciones policiales».
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