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El dispositivo policial desplegado en Bilbao durante los prolegómenos de la final copera del sábado sigue trayendo cola. Ayer, el alcalde Juan María Aburto salió en defensa de la «prudente» y «proporcionada» actuación de la Ertzaintza en la calle Licenciado Poza y sus alrededores, ... con el argumento, compartido por el Gobierno Vasco, de que «el haber entrado con la fuerza a disolver esa concentración en ese espacio tan reducido quizás habría tenido resultados peores».
De hecho, Aburto explicó en Radio Euskadi que la decisión del Departamento de Seguridad de modular la intervención de los agentes para evitar males mayores, como reconocen en Lakua, no se tomó sin antes informar al equipo de gobierno municipal. «Estuve toda la tarde al teléfono y en contacto con Josu Erkoreka (el consejero de Seguridad)», confirmó el alcalde, que confió en que en las próximas horas se produzcan detenciones de algunos de los «energúmenos» que provocaron los graves altercados, fruto del visionado de los vídeos de los incidentes, muchos de ellos recabados gracias a la colaboración ciudadana.
En el Gobierno Vasco creen que intervenir «con todas las consecuencias» cuando las aglomeraciones ya eran un hecho habría resultado contraproducente. El Departamento de Seguridad ha reconocido, de hecho, que valoraron que el «riesgo de provocar daños personales si la Policía actuaba frente a semejantes aglomeraciones era evidente».
No obstante, las críticas al operativo siguieron creciendo ayer. Desde fuera y desde dentro. En la arena política, el popular Carmelo Barrio, portavoz de PP+Cs, anunció que pedirán la comparecencia de Erkoreka, igual que hará Vox, y le reclamarán explicaciones sobre el «patético» dispositivo policial en el primer pleno de control tras el parón de Semana Santa, el del 16 de abril.
Internamente el malestar es también patente. El sindicato mayoritario en la Ertzaintza, Erne, denuncia la «falta de previsión» y la «total improvisación» con que actuó la dirección de la Policía autonómica frente a los altercados protagonizados por aficionados del Athletic. En opinión del secretario general de la central, Roberto Seijo, la decisión de retirar a los antidisturbios en medio de los incidentes fue «política» en lugar de operativa y «los ertzainas pagamos esa incapacidad y sufrimos las consecuencias».
A juicio de Seijo, un operativo adecuado debería haber evitado que miles de personas sin mascarilla y bebiendo se reunieran en un tramo de calle en plena pandemia, o, en su caso, haber «minimizado» los incidentes. El sindicato exige que se depuren «responsabilidades en la dirección política» de la Policía autonómica, que «no ha estado a la altura».
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