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David Guadilla
Viernes, 6 de octubre 2023, 09:36
Un ataque «absolutamente deplorable» que exige una «condena radical». El sabotaje a la tumba de Fernando Buesa en Vitoria, sobre la que radicales han arrojado pintura y heces, ha generado una ola de indignación y el rechazo explícito de la práctica totalidad de las formaciones ... políticas. Iñigo Urkullu e Idoia Mendia también han lanzado un mensaje directo a la izquierda abertzale: «Es muy importante que aquellos que legitimaron al terrorismo durante tantos años también hablen y no callen». Arnaldo Otegi ha mostrado su rechazo y ha calificado lo sucedido como «inadmisible», pero EH Bildu se ha negado a suscribir una declaración de «condena» en el Ayuntamiento de la capital alavesa.
La acción llegaba, además, apenas 24 horas después de que un grupo de desconocidos lanzase pintura sobre el monolito ubicado donde el que fuera dirigente socialista y vicelehendakari fuera asesinado por ETA junto a su escolta, Jorge Díez, al explosionar un artefacto explosivo en febrero de 2000. No es la primera vez que sucede algo similar. La tumba también fue atacada en 2000.
Las reacciones no se han hecho esperar. La familia de Fernando Buesa se ha mostrado este viernes «triste y desolada» a raíz de los dos ataques Sara Buesa, hija del exvicelehendakari por el PSE, ha reconocido que «este nuevo ataque a la tumba me ha golpeado muy adentro». En un emotivo mensaje en sus redes sociales ha querido compartir su sentir tras unos hechos que han causado una gran indignación: «Respiro mi dolor y me repito: que el hielo no penetre en mi corazón, que nunca deje de sentir ni pierda la sensibilidad ante el dolor ajeno. Seguiré cultivando semillas de amor y compasión frente al odio y la barbarie», ha escrito.
En el mismo sentido se han manifestado la del lehendakari y la de la vicelehendakari segunda. El jefe del Ejecutivo, que ha atribuido a «grupúsculos que nuevamente están en una dinámica de reivindicar la violencia política» las acciones violentas, ha reclamado a quien tenga «ascendencia» sobre esos colectivos a que «diga claramente que ese no es el camino».
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Urkullu, en declaraciones a los periodistas a su llegada al Parlamento vasco, ha mostrado su «condena radical» a estos ataques, sobre los que ha denunciado que «revictimizan a la persona fallecida y a sus familiares, a sus compañeros, allegados, y a toda la sociedad vasca». El lehendakari ha recordado que en Euskadi se está llevado a cabo «un ejercicio de no revictimización y de respeto a la memoria de las personas que han sido cruelmente asesinadas».
Por su parte, para Mendia los actos vandálicos «demuestran la necesidad que todavía hoy hay en Euskadi de hacer políticas educativas y de memoria». Además, ha destacado la importancia de recordar que el terrorismo «no fue ninguna película ni ningún mal sueño», sino «una triste realidad que en este país sufrió la mitad de la población por pensar diferente». En su opinión, es necesario transmitir «valores» a los jóvenes y al conjunto de la sociedad vasca «para que no vuelvan a ocurrir sucesos como los que sufrimos durante tantas décadas en este país». «Por lo tanto, mucha política pública, mucho compromiso de los partidos políticos, del conjunto de los partidos políticos; y que nadie se quede callado con esta cuestión». El secretario de los sociales guipuzcoanos, Igancio Asensio, también ha mostrado su rechazo. «Los de siempre haciendo lo de siempre. A mi compañero Fernando Buesa lo asesinaron junto a su escolta Jorge Díez, y ni muerto le dejan en paz. Querido Fernando… Ladran, luego cabalgamos», ha escrito en una red social.
Arnaldo Otegi también se ha manifestado a través de las redes sociales. Quiero manifestar mi más absoluto y rotundo rechazo, en mi nombre y en el de EH Bildu, a los inadmisibles ataques que han acaecido ayer y hoy y que afectan a la memoria de Fernando Buesa», ha manifestado. Aun así, la coalición soberanista se ha negado a suscribir una declaración suscrita por la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz en la que se expresaba una «condena enérgica».
En la mañana de ayer jueves el objetivo del acto vandálico fue el monumento en recuerdo a Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díez Elorza. El grupo arrojó pintura contra este espacio en su memoria que se encuentra en el campus de la Universidad del País Vasco (UPV), muy cerca del punto donde la banda terrorista colocó el coche bomba que segó la vida del ex diputado general de Álava y su guardaespaldas. Operarios municipales acudieron al lugar a retirar las marcas del ataque durante esa misma tarde.
El suceso tuvo lugar coincidiendo con el pleno en el que la nueva alcaldesa, Maider Etxebarria (también del PSE) realizó varios anuncios con el objetivo de que no se olvide en Vitoria la barbarie terrorista. Y es que se nombrarán a los jardines situados en los alrededores del palacio de congresos Europa como Miguel Ángel Blanco; el edil del PP de Ermua secuestrado y asesinado por los etarras en 1997. El Ayuntamiento de Vitoria también ha decidido renovar las veintitrés placas que recuerdan a las 28 personas asesinadas por la banda en el municipio y se pretende contextualizar el monumento a las víctimas de terrorismo de la calle Portal de Foronda.
No es la primera vez que los radicales intentan manchar el recuerdo de Buesa. Precisamente en julio de 2020 los radicales atacaron la tumba del socialista, que también fue consejero vasco de Educación y vicelehendakari, apareció manchada de pintura roja en el cementerio vitoriano de Santa Isabel. El asesinato de Buesa y Díez Elorza conmovió a toda la sociedad y generó una ola de rechazo que tuvo su reflejo en la mayor manifestación que se recuerda en Vitoria.
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