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a.g.e.
Viernes, 17 de enero 2020, 09:08
A finales del 2018 Ana Iríbar reunió al patronato de la Fundación Gregorio Ordóñez, que ella misma preside, y les trasladó su idea de hacer algo diferente para el 25 aniversario del asesinato de su marido, el teniente de alcalde del PP de San Sebastián, y ahí surgió la idea de la exposición que se inaugura el próximo jueves en el Palacio Miramar de San Sebastián. Al acto de apertura está confirmada la asistencia del expresidente del Gobierno español, José María Aznar, que es además patrono de la Fundación Ordóñez. También está invitada toda la dirección del actual PP, cuyo presidente, Pablo Casado, ya ha confirmado su asistencia. Entre la larga lista de invitados está el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska; el lehendakari, Iñigo Urkullu, así como el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, entre otras muchas autoridades vascas.
La muestra que lleva por título 'Gregorio Ordóñez. La vida posible' permanecerá abierta hasta el próximo 30 de abril. El proyecto ideado por la fundación ha involucrado a «muchas personas y entidades que han puesto un trocito de su memoria», explica Iríbar. «Es como un puzzle compuesto con la ayuda y colaboración de muchas personas desde la empresa, la administración pública, a nivel personal y de los medios de comunicación, con quienes Gregorio tenía una relación muy especial». En ella se ha querido reflejar «lo que era Goyo».
La viuda de Ordóñez está convencida de que «hacía falta un proyecto así no solo para quienes compartimos vida con él, sino para que las nuevas generaciones, quienes afortunadamente no compartieron estos años tan difíciles, sepan qué hizo Gregorio Ordóñez, en qué condiciones lo hizo y con qué objetivo: simplemente de mejorar y de ayudar. Y esto es lo que la exposición está devolviendo la sociedad».
La muestra, organizada por la citada Fundación, ha sido creada por el museógrafo Enrique Bonet y el director, guionista y productor Iñaki Arteta, y estará compuesta de fotografías, noticias de prensa y material videográfico y objetos personales. Los objetos que Gregorio llevaba en su maletín de trabajo el día del atentado, entre ellos su teléfono móvil, así como las cerca de 300 cartas que recibió Iríbar tras el asesinato serán algunos de los principales protagonistas de la exposición. Se trata de misivas de diversa procedencia, escritas por toda clase de personas, desde expresidentes del Gobierno hasta otras viudas, e incluso hombres que luego serían víctimas de ETA, como el socialista Fernando Múgica, asesinado un año después, el 6 de febrero de 1996. Su carta será una de las diez que el visitante podrán leer cuando se acerque a una gran vitrina que las reúne con sumo cuidado. «Las tenía guardadas en un caja sin leer. Hace un año las fui abriendo y cada tarde leía algunas de ellas. Ahora pienso que nunca contesté a ninguna de ellas. Por eso quiero que sepan hoy que les estoy eternamente agradecida. Que nunca tuvieron respuesta porque no fui capaz de abrirlas y quedaron ahí guardadas», relata.
Tras su paso por Donostia, la exposición permanecerá una semana en el Parlamento Europeo, en Bruselas, y también recalará en Madrid en octubre, en el edificio Centro Centro Cibeles.
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