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El PP vasco está inmerso en un proceso de renovación que comenzó hace meses con una conversación entre Alberto Núñez Feijóo y Carlos Iturgaiz. El ... presidente de los populares en Euskadi dejará su puesto en favor de Javier de Andrés, un sustituto con «mucho currículum político». En su primera entrevista a un periódico tras conocerse su marcha, Iturgaiz desvela que «cuando llegué en 2020 al partido lo hice para coserlo y fortalecerlo, pero sabía que tenía fecha de caducidad».
– ¿Termina su segunda etapa al frente del PP vasco satisfecho por el trabajo realizado?
– Cuando hace tres años tomé las riendas del PP vasco sabía que era un momento muy difícil. La salida de Alfonso Alonso traumatizó al partido de una manera significativa. No era normal que se cambiase el candidato a lehendakari a un mes de las elecciones. El reto era tomar el relevo. Las encuestas decían que podíamos desaparecer como grupo parlamentario. Al final logramos seis asientos y rompimos las expectativas. Lo fundamental era unir y fortalecer el partido. Fue un momento de ensanchar el partido y darle estabilidad.
– ¿Los últimos resultados electorales han sido reflejo de esa fortaleza que han adquirido?
– Teníamos un perfil político muy bajo en Euskadi, no éramos relevantes, y creíamos que las elecciones municipales y forales podían servir para iniciar el despegue y lograr un buen resultado. Al final hemos logrado un 30% más de concejales y de junteros en Euskadi.
– ¿Evitar que EH Bildu llegue a los gobiernos ha sido uno de los mayores logros en su segunda etapa como presidente?
– Me pongo un galón por haber desalojado a los antidemócratas que vienen dando lecciones de las alcaldías y diputaciones en las que hemos podido. EH Bildu ganó las elecciones, pero yo sabía que el PP, por encima de estrategias políticas, tiene principios. Uno de ellos es que la coalición abertzale no lidere las instituciones de los vascos. Allí donde pude hacerlo lo he conseguido. Hemos echado a Bildu de los ayuntamientos de Vitoria, Durango y otras localidades alavesas, además de la Diputación de Gipuzkoa. Es una medalla que me honra a mí y al PP vasco. Me marcho con la satisfacción del deber cumplido.
– ¿Le preocupa que la coalición abertzale llegue a las instituciones?
– Claro que me preocupa. Es un drama para Euskadi. Que EH Bildu pueda gobernar y que haya ganado en Gipuzkoa y en Vitoria es un tragedia. Se jactan de hacerle un cordón sanitario a Vox, mientras que ellos siguen justificando lo injustificable. Además, es un partido político que va en contra de países democráticos como Ucrania e Israel. Y también favorece a bandas terroristas como Hamás. Tenemos que pensar qué hacemos mal las demás formaciones políticas. Sortu y Bildu están dirigidos por ilustres etarras como David Pla, Arnaldo Otegi, Elena Beloki y otros. Por los señores que programaban atentados en este país.
– Su primera etapa como presidente fue entre 1996 y 2004, cuando ETA mataba. ¿Cuáles han sido sus peores momentos al frente del partido?
– En este país algunos están muy empeñados de hablar de memoria histórica, y estoy de acuerdo, pero no hay que irse solo a 1936. Hace pocos lustros intentaban que el PP desapareciera política y físicamente. Hace pocos días hemos tenido ataques de jóvenes que lanzaban piedras a dianas de las que colgaban fotos mías, del Rey emérito o Abascal. A Buesa le han echado heces y han profanado su tumba. También hemos visto ataques en Errenteria a maquinaria del TAV o apología del terrorismo en Itsasondo. Y no ha habido ninguna condena de EH Bildu y Sortu porque no pueden condenar de donde se proviene. A mi hijo, por tener el mismo apellido que yo, le han hecho siempre la vida imposible. Seguimos en las mismas miserias políticas de esta gentuza décadas después. Los socialistas y los populares hemos estado en el corredor de la muerte y teníamos que ir siempre con escolta.
– ¿Los jóvenes que llegan desde las nuevas generaciones son la clave para el futuro en Euskadi?
– Quería meter juventud al partido y lo he conseguido. Tenemos un gran banquillo. Entre esos perfiles destaco a Bea Fanjul, presidente nacional de Nuevas Generaciones, o a Daniel García, alcalde de Labastida. Tengo a junteros, concejales y portavoces de entre 18 y 30 años en los ayuntamientos. Eso contrasta con el PNV, donde sus cargos se están envejeciendo. En Euskadi tenemos el mayor número de cargos que han pasado por las nuevas generaciones en comparación con las demás comunidades autonómas de España.
– ¿Deja el partido por decisión propia o le empujan a irse?
– Cuando Pablo Casado me pidió coger la presidencia del partido, tras la tormenta que tuvimos en el PP vasco, yo sabía que venía a colocar el tren en la vía, porque estaba descarrilado. Mi objetivo era ese y ya sabía que tenía fecha de caducidad. Hace ya muchos meses hablé con el presidente Feijóo y le dije que ya conocía su intención de renovar todo el partido. Le señalé claramente que podía contar conmigo, que yo le iba a ayudar, y él me agradeció que tomase esa posición. Me dijo que hablase con Miguel Tellado, vicesecretario general de Organización, y que fuéramos preparando el congreso para el recambio. Una decisión que se ha precipitado porque le comenté a Feijóo que las elecciones autonómicas se adelantarán.
– ¿Cuándo le llamó Casado se imaginaba volver a ser líder de los populares vascos 15 años después?
– Cuando me sonó el teléfono iba de camino a la parroquia de Las Arenas. Esos días ya había muchas noticias y mucho ruido sobre quién iba a ser el candidato a lehendakari de la formación. Vi el nombre de Casado en el móvil y ya me intuía por qué podía ser. Me pidió el favor personal de liderar el PP vasco. Yo ya estaba fuera de la política y él me dijo que yo era el único que podía unir y coser al partido. Y creo que en eso acertó. Hablé con mi mujer y acepté. Lo hice por el partido, porque no podía dejar que se hundiera una formación en la que he enterrado a siete compañeros mientras he sido presidente. Las siglas del PP las llevo en la sangre.
– ¿Le sorprendió que la primera persona en hablar de su relevo fuese la presidenta del PP de Gipuzkoa, Muriel Larrea?
– Ella lo dijo por desconocimiento. Muriel no sabía nada de esas conversaciones que había tenido con Feijóo. Él me pidió que no dijera nada. Luego ya lo desveló Tellado en la junta directiva, donde contó que hacía meses que habíamos hablado del recambio. En definitiva, es un movimiento necesario y bueno.
– ¿Javier de Andrés es el mejor relevo que podrían tener en la presidencia?
– Es mi amigo desde hace muchos años. Creo que tanto desde Euskadi como desde la dirección nacional se ha acertado en proponer a Javier de Andrés. Tiene mucho currículum político. Él es periodista y ha trabajado muchos años fuera de la política, lo que le engrandece, y además tiene una trayectoria extensa de gestión. Ha sido delegado del gobierno, diputado foral de Álava ganando las elecciones y además presidente del PP de en la misma comunidad. Dejo en muy buenas manos el futuro de los populares vascos.
– Javier de Andrés tiene 56 años y usted cumplió ayer 58. ¿Es el perfil de renovación que necesita la formación?
– Lo que me preocupa no son los años de Javier de Andrés, sino que sea una buena persona, tenga una buena formación política y haga una buena gestión.
– ¿La secretaria Laura Garrido era otra de las opciones para ese cambio?
– Podía haberlo sido, estamos hablando de una gran compañera y amiga que es la secretaria general. Es mujer y euskaldun, pero sobre todo una gran trabajadora que conoce bien el partido. En la vida hay que tomar decisiones y en esta ocasión el PP vasco se ha decantado por Javier de Andrés, porque es el único que se ha presentado. Laura Garrido tendría toda la legitimidad. No hay asunto ni problema al respecto porque todos cerramos filas con De Andrés.
– ¿Ha estado en contacto con Feijóo durante estas últimas semanas?
– He hablado esta semana con Feijóo. Nos enviamos Whatsapps y estamos en permanente diálogo. Asimismo, le he invitado y ha aceptado venir el lunes a la Casa de Juntas de Gernika para celebrar el acto en defensa del Estatuto. Me alegra mucho que haya aceptado y creo que lo hace como un detalle. Me imagino que me despedirá de una forma más institucional en el congreso del cuatro de noviembre en Vitoria.
– ¿Su futuro continuará ligado a la política?
– Hace poco me preguntaban si iba a ser diputado o senador. Lo único que le he pedido a Feijóo es seguir al frente del grupo parlamentario porque tengo un grupo buenísimo. Continuaré hasta las elecciones autonómicas y después Dios o Alberto Núñez Feijóo proveerá.
– ¿Sigue teniendo plena confianza en Feijóo a pesar de no lograr la investidura?
– Más que plena. Ya estaba fortalecido porque ha ganado las elecciones en España y le ha sacado 16 escaños al PSOE. Ha ganado en todo. Lo que pasa es que Sánchez no tiene escrúpulos y se va a alinear con separatistas, proetarras, golpistas, delincuentes... Lo que le venga bien para seguir en el poder. Todos esos grupos con los que se alía quieren hacer daño a España. Estoy convencido de que se unirán y no habrá elecciones. Ya vimos en la sesión de investidura que Feijóo es un hombre de Estado e hizo propuestas sobre las que Sánchez no dio la cara. Tenemos presidente para rato en el PP y estoy convencido de que será presidente de España.
– ¿Y tendrá gobernabilidad?
– A Sánchez no le importa. Quiere seguir en la moqueta de la Moncloa y montado en el Falcon. Ya ha demostrad que si se tiene que juntar con Otegi y Puigdemont lo hará. Me acuerdo de los debates en Estrasburgo, cuando era eurodiputado, donde los socialistas pedían un cordón sanitario a Puigdemont, mientras que ahora se lo tragan. Me da pena que muchos dirigentes del PSOE acepten eso, aunque es verdad que Nicolás Redondo, Ramón Jauregi, Page e incluso Odón Elorza y Eguiguren se mostraron en contra de esa tesis. A los que son críticos Sánchez los echa. Todavía no se ha atrevido con Felipe Gonzalez y Alfonso Guerra, pero tienen todas las papeletas. Ya aceptaron la ley del 'solo sí es sí' para colocar a violadores en la calle, cuando no se atrevió a echar a la ministra. Ahora no quiere expulsar a Belarra porque necesita sus escaños, y coloca a España, que preside la UE, en una situación crítica internacional.
- ¿Habrá adelanto electoral en Euskadi?
- El lehendakari le puede tirar de las orejas a la señora Atutxa, pero la presidenta del BBB ha dicho la verdad al dejar caer que se adelantarán las elecciones. Urkullu ya sabe cuando es la cita pero el PNV juega con los tiempos. Creo que ir las urnas con las elecciones europeas, que tienen una polarización nacional entre PP y PSOE, no es una buena idea para los jeltzales. Buscan otras fechas y esas están entre marzo y abril.
- ¿Es un buen momento para atraer al electorado descontento con el PNV?
- Es uno de los retos del PP. El PNV ahora es de izquierdas, progresista y a favor de la autodeterminación, es decir, se empiezan a parecer a EH Bildu, los socialistas o a Podemos. El PNV está muy incómodo porque las bases piensan otras cosas. Se lo dijo Feijóo a Esteban. Van a apoyar un gobierno de Sánchez con políticas comunistas contra el empresariado, la industria y la economía vasca. Están mirando todo el rato por el retrovisor a lo que hace Bildu y se está radicalizando.
-¿Y si el PNV y el PSE requieren de los votos del PP para conformar gobierno tras las elecciones autonómicas su apoyo será gratuito?
- Nuestro apoyo es gratis para la investidura por decencia democrática. Otros no lo hubiesen hecho. Más allá de eso, tendrán que negociar con nosotros si se pretende llegar a consensos sobre presupuestos y leyes. Eso es el día a día y tienen que hablar con el PP porque tenemos la llave. Somos relevantes y estoy convencido de que Javier de Andrés va a reforzar la estela del partido con su propio proyecto. Y si tiene que hacer cosas diferentes a Iturgaiz, que las haga.
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