«Cataluña se ha cansado de esperar. El Estado español es irreformable»
Gorka Knörr, un vasco afincado en barcelona que apoya la independencia ·
Knörr sostiene que «responder a votantes a porrazos» y detener a 'los Jordis' agranda la zanja sentimental que «separa a los catalanes de España»
ELISA LÓPEZ
SAN SEBASTIÁN.
Domingo, 22 de octubre 2017, 08:04
«El conflicto catalán no es un fenómeno protagonizado por unas masas abducidas por un dirigente independentista. Viene de muy lejos», asegura con ironía Gorka Knörr. El histórico militante del nacionalismo vasco y excantautor da por hecho, y lamenta también, que mucha gente no sepa que «el problema en Cataluña viene de atrás». Asegura que «solo observando el siglo pasado, hay acontecimientos que lo evidencian». Defensor del derecho a decidir, Knörr conoce muy de cerca la historia catalana y su realidad en este tiempo convulso. No en vano lleva más de una década afincado en Barcelona, tras toda una vida en Vitoria, ciudad en la que desarrolló su militancia política -fue secretario general de EA- y su también conocida faceta de cantautor.
«Si ante el malestar por la suspensión del Estatut y la reclamación de Artur Mas en 2012 de un pacto fiscal, el Gobierno central hubiera movido ficha, no estaríamos así», se muestra convencido. «Pero como desde dicho Gobierno no ha habido más que desprecio, la propuesta política catalana tomó la forma de demanda de referéndum». Un referéndum, el del 1-0, «celebrado contra viento y marea», que para Knörr no representó una ilegalidad sino «un acto heroico de resistencia contra un Estado que puso los medios y miedos para pararlo. Pese a ello un 43% fue a votar».
«Millones de personas se han movilizado de manera modélica y pacífica sin romper una triste papelera»
-¿El 1-0 ha fracturado a la sociedad catalana?
-Cuando se habla de división, conviene recordar que, en votos, los partidarios de la independencia reunieron el 48%. Sin olvidar que, según los sondeos de los últimos años, un 80% de los catalanes quiere que el contencioso se resuelva mediante una consulta.
Retirado de la política activa, y actualmente miembro de Òmnium Cultural y de la ANC, Knörr sostiene que, a nivel social, «no existe la división que pintan los medios, sobre todo de Madrid. Durante estos años la movilización del independentismo ha sido modélicamente pacífica. Manifestaciones de millones de personas sin romper una triste papelera». En este sentido, censura «las manifestaciones españolistas, la más reciente y numerosa, a la que asistieron muchos catalanes» y «engordada», a su juicio, «con manifestantes traídos del resto del Estado». Para Knörr, el independentismo valora que cada cual defienda sus tesis, por lo que «sería una buena noticia que las manifestaciones españolistas rechazaran la presencia de ultraderechistas violentos que en nada ayudan a sus legítimas aspiraciones».
De hecho, la imagen más gratificante a sus ojos de las manifestaciones de la huelga general del pasado día 3 para protestar contra «la brutalidad policial» del 1-0 fue ver en armonía banderas españolas y esteladas, con toda naturalidad. «Pero claro, de eso no se habla. No casa bien con el discurso oficial del Gobierno español», reprueba. Defiende que obstinarse en hablar y volver a hablar de ley, identificándola con democracia cuando la ley es la que se hace para las personas, y no a la inversa, «es seguir empecinándose en no reconocer el alcance del problema político. Responder a votantes a golpe de porrazo y a organizaciones pacíficas con encarcelamiento de sus dirigentes, no hace sino agrandar el ancho de la enorme zanja que separa sentimentalmente a los catalanes de España». Y califica de «miopía inmensa» intervenir Cataluña «arrojando la Constitución y las fieras políticas y mediáticas contra quienes han pedido hasta el aburrimiento un encaje digno en el Estado».
Fuga de empresas
Dedicado a la gestión empresarial al frente de un restaurante en Barcelona, Knörr subraya que «no es cierto que el independentismo no sea consciente de las dificultades que se pueden producir en algunos aspectos de la economía en la transición nacional. Pero pongamos las cosas en su sitio. Las empresas del Ibex tienen una gran presión, y notoriamente los bancos catalanes, y tienen que aparentar ser buenos españoles, cambiar su domicilio social y evitar el boicot de quienes les castigan por su origen catalán». Aunque es evidente, dice, que existe miedo a la incertidumbre.
No obstante, considera que el impacto real no es muy grande. Un cambio social no altera que los centros de producción, instalaciones, trabajadores sigan en Cataluña. «Esas empresas -a diferencia de las vascas- siguen pagando, como antes, su impuesto de sociedades a la Hacienda estatal». Pero lo que considera «más bochornoso» es que algunos adviertan de la fuga cuando el Gobierno del PP ha promovido un decreto para facilitar el cambio de domicilio exprés. «Los que han llamado a la Seat para que se vaya de Cataluña a Madrid, los mismos que cuando Gas Natural se quiso hacer con Endesa, reaccionaron con aquel 'antes alemana que catalana' (y acabó siendo italiana)», afea.
«Que hable de fuga de empresas quien la propicia es bochornoso»
-¿Cuál es su receta ante esta crisis?
-La receta que puede arreglar esto no la conozco. Si sé lo que no va arreglar nada, y es la sucesión de decisiones equivocadas, casi todas ellas apadrinadas por la derecha española y desgraciadamente acompañadas por la izquierda que representa el PSOE. Hay signos esperanzadores con la aparición de fuerzas políticas en distintos lugares del Estado, pero a corto y medio plazo nada pueden hacer frente al bloque inmovilista del PP, PSOE y Ciudadanos.
Y además, tal y como explica el expolítico, existe «un tema intocable». Asegura que se perdió la oportunidad en 1978 de impulsar un pacto que pergeñara un texto constitucional sobre la base de diferentes ámbitos de decisión que acordaran un Estado federal. «Por eso, el independentismo en Cataluña se ha cansado de esperar, y se piensa que este Estado español es irreformable en el reconocimiento de su pluralidad nacional interna».
Gorka Knörr
Biografía
Tarragona, 1950, de madre catalana y padre vasco. Reside en Barcelona hace 11 años.
Trayectoria
Exsecretario general de EA, combinó su militancia con sus discos como cantautor. Retirado de la política, se dedica a la gestión empresarial al frente de un restaurante en Barcelona.
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