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Catorce días tarde

La solicitud de estado de alarma por parte del lehendakari Urkullu habría sido más ejemplar si se hubiera limitado a demandarlo para la Comunidad que preside

Sábado, 24 de octubre 2020, 07:36

La moción de censura de Vox contra el gobierno de Pedro Sánchez y contra quienes gobiernan el PP recibió la crítica unánime de sus adversarios porque alteraba el orden de prioridades del país, inquieto ante la Covid-19, antes de ser rechazada por 298 a ... 52. Pero su debate permitió a Pablo Casado librarse del marcaje al que venía sometiéndole Santiago Abascal hasta arremeter contra la dignidad personal de éste. La iniciativa, tildada de inútil por su partidismo e inviabilidad, se tornó de pronto en hito crucial para el devenir de la política española. El «Hasta aquí hemos llegado» del presidente popular convirtió la moción de Vox en la gran oportunidad que España merecía para darse un respiro. Aunque en las dos sesiones parlamentarias la Covid-19 solo asomó como argumento arrojadizo. De fallecimientos pendientes de recuento, de contagios y pérdidas económicas a la cabeza del mundo. Un paréntesis politiquero frente a la pandemia, que extrajo día y medio de actividad parlamentaria y muchas horas de dedicación en las cúpulas partidarias.

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