Isabel Celaá. luis ángel gómez

Celaá logra el plácet del Vaticano y será la nueva embajadora de España

La exministra de Educación sustituye a Carmen de la Peña con el objetivo de reforzar la interlocución con la Santa Sede

david guadilla

Martes, 25 de enero 2022, 21:43

La exministra de Educación Isabel Celaá ha logrado el plácet del Vaticano para convertirse en la nueva embajadora de España ante la Santa Sede. El nombramiento de la también exconsejera del Gobierno vasco fue anunciado el pasado mes de diciembre y tiene como objetivo reforzar ... las relaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el papa Francisco y acelerar una agenda repleta de asuntos pendientes. Sustituye a Carmen de la Peña. Tras el visto bueno del Vaticano, la designación ha sido aprobada este martes de manera oficial por el Consejo de Ministros.

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Sánchez ha elevado el rango de la persona que se encargará de engrasar las siempre difíciles y delicadas relaciones entre un Gobierno socialista y la Santa Sede. Una exministra que también ha sido portavoz del Ejecutivo, lo que confiere mucho peso político a la representación diplomática en Roma, con más visibilidad que la acreditada ante El Quirinal.

Sánchez considera que la Santa Sede puede ser una buena aliada en asuntos internacionales en cuanto coinciden en la doctrina del multilateralismo, y su objetivo es apuntalar una relación política amigable y cooperativa. En una demostración de que las relaciones entre ambos estamentos son fluidas, el lunes se supo que el Gobierno y la Conferencia Episcopal habían llegado a un acuerdo sobre las inmatriculaciones de bienes de la Iglesia en España.

Uno de los asuntos que tendrá que lidiar es la resignificación del Valle de los Caídos. Los obispos no se opusieron (Roma tampoco) a la salida de los restos de Franco de Cuelgamuros y dejaron actuar al Gobierno. Pero desalojar a la comunidad de benedictinos es otra cosa. El Ejecutivo está en ello, pero el episcopado se resiste a esa decisión, lo mismo que al futuro de la gran cruz que corona las instalaciones. Sin embargo, el asunto de las inmatriculaciones está más maduro en espera de quienes inicien actuaciones judiciales si se sienten propietarios de algunos inmuebles. Ahí ha funcionado el diálogo.

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Isabel Celaá llegaría a Roma cuando vuelven a sonar los tambores para denunciar los acuerdos Iglesia-Estado, herederos del Concordato de 1953 y actualizados por última vez en 1979. El compromiso figura en el programa que se aprobó en el reciente congreso federal del PSOE, al igual que la futura Ley de Libertad de Conciencia, Religiosa y de Convicciones. Sin embargo, no parece que se disponga de tiempo suficiente en esta legislatura para su desarrollo, dada la poca velocidad a la que va la Ley de Memoria. Celaá sí tendrá ocasión para tantear el terreno y sondear en los despachos qué clima respira la Secretaría de Estado, pilotada por el cardenal Pietro Parolín, actual «primer ministro» de la curia vaticana.

La posibilidad de que el Papa viaje a España este año también es una cuestión de primer orden. Francisco no ha descartado su presencia en Galicia con motivo del Año Santo Compostelano. Más difícil es que visite Loiola o Manresa en pleno Año Jubilar por los 500 años de la conversión de san Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los jesuitas, o Ávila, en el cuarto centenario de la canonización de Santa Teresa de Jesús. La foto de Pedro Sánchez como anfitrión del papa Francisco le daría una valiosa proyección internacional. La preparación le correspondería a Isabel Celaá.

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