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Covid permanente

El 4-M madrileño es un artefacto electoral con el que nadie debería jugar a aprendiz de brujo. Mucho menos azuzando con la pandemia

Sábado, 10 de abril 2021, 08:56

El comportamiento del Sars-CoV-2 no es más desconcertante que el de los responsables políticos. Todo lo contrario, el coronavirus resulta previsible. Aprovecha cualquier oportunidad que se le brinde para encadenar contagios, y experimenta variaciones con el paso del tiempo buscando mayor eficacia epidémica. ... Sin embargo la política partidaria se vuelve imprevisible cuando trata de obtener alguna ventaja no sanitaria de la lucha contra la pandemia. Porque a los cambios obligados por la evidencia científica -¿cuánto les costó a las autoridades sanitarias tener en cuenta las hipótesis de investigadores ajenos a la epidemiología sobre los aerosoles?- se le suma la intención de eludir responsabilidades transfiriéndolas a los ciudadanos y, paralelamente, el propósito de aprovecharlas para descolocar al adversario, ningunearlo e incluso acabar con él. Trufando todo ello de anuncios precipitados sobre una inmediata vacunación. Con un lugar común: las decisiones y los cambios de criterio nunca son explicados. Esta semana se ha podido salvar a Bilbao y a Gipuzkoa del confinamiento perimetral. No importa cómo. Empeñados en dejar atrás la Covid, podría volverse políticamente permanente.

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