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Devolver el futuro a quienes más les pertenece

ANÁLISIS ·

Mucho se ha hablado durante la pandemia de la extrema vulnerabilidad de los ancianos y casi nada, en cambio, de la desesperanza que abruma a los más jóvenes

Domingo, 18 de octubre 2020, 08:12

Esto va para largo». Seguro que usted, como yo, ha oído la expresión los últimos días. Primero la pronunciaron los expertos; ahora nos la dice cada mañana el panadero. El caso es que la idea de que habrá que convivir con el virus una larga ... temporada ha pasado de ser amenaza a convicción. No siempre fue así. El primer embate nos asustó por su violenta irrupción. Pero creímos que lo superaríamos con las rigurosas restricciones que decretaron los gobiernos. Así nos lo prometieron. «Doblegaremos la curva», nos dijeron al confinarnos, y «hemos salido más fuertes», nos aseguraron cuando nos dieron suelta. Precisamente por eso, por nuestra ingenua creencia, el fin del confinamiento resultó ser, más que desescalada, desbandada y estampida. Nos creíamos a salvo. Ha sido sólo a partir del verano, llegada la segunda o tercera ola, con sus brotes aislados, primero, y su expansión comunitaria, después, cuando la expresión se ha hecho insistente hasta saltar de boca en boca y causar sus efectos más devastadores.

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