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La dirección estatal de Podemos trasladó hasta en dos ocasiones a la ejecutiva vasca de la formación morada su posición contraria a un acuerdo para ... aprobar la reforma fiscal con PNV y PSE en Euskadi. En esas llamadas que se produjeron el pasado lunes, tal y como adelantó ayer DV, la dirección de Ione Belarra expresó su objeción a la consulta interna que realizó el partido con su militancia vasca por considerar que existían algunos fallos logísticos serios, como las dificultades para que el proceso fuese enteramente telemático.
El propio coordinador de Podemos Euskadi, Richard Vaquero, reconoció ayer ante dirigentes de la formación la existencia de esta interlocución con la ejecutiva que lidera la diputada Ione Belarra, aunque también negó que en esa comunicación implicase algún tipo de orientación política o estratégica sobre la norma económica que se debate en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba.
La secretaría general de Podemos intervino directamente para frenar el preacuerdo fiscal que había alcanzado la formación morada con jeltzales y socialistas y que había sido apoyado por el 46% de sus militantes frente a un 43% en contra en una consulta interna. Desde Madrid hablaron directamente con Vaquero tras mantener una conversación con un dirigente de EH Bildu que les transmitió su inquietud por los efectos a medio plazo de este pacto que puede suponer en Euskadi.
El volantazo en Elkarrekin Podemos, según han apuntado a este periódico fuentes conocedoras del proceso, comenzó a fraguarse en la mañana del lunes cuando un dirigente de EH Bildu, cuya identidad se desconoce, se puso en contacto telefónico con un dirigente de la formación morada para advertirle de las serias consecuencias que tendría un acuerdo fiscal con PNV y PSE «para diez años» sin abordar un cambio estructural en el modelo tributario.
El terremoto interno en Podemos ha supuesto un revés para PNV y PSE, que hace poco más de una semana veían el final del túnel en la negociación fiscal. Que la formación morada haya roto el preacuerdo y ahora exija más modificaciones a un proyecto que el PNV no quiere tocar tras haber lanzado un ultimátum a todos los grupos de la oposición, supone un aumento de la incertidumbre sobre la aprobación de una reforma fiscal que se queda sin salida. EH Bildu parece lejos de un pacto tras haber pedido la retirada del proyecto y el PP lleva semanas fuera de la negociación tras el veto del PSE, a pesar de que el lehendakari Imanol Pradales les lanzase un guiño el pasado viernes en el pleno de control celebrado en el Parlamento Vasco.
Los socialistas son favorables a un acuerdo fiscal hacia la izquierda con EH Bildu o Elkarrekin Podemos, que todavía siguen abiertos a la negociación aunque lejanos al acuerdo. La entrada del PP parece casi improbable, porque si bien puedo gustar a los jeltzales, es una línea roja marcada por sus socios de gobierno.
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