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«Es duro y emociona volver al Boulevard porque nos vienen a la cabeza todos los recuerdos del día del atentado que ocurrió hace 35 años, pero estamos muy contentos por el reconocimiento de la ciudad». Las palabras de Fernando Garrido resumen el agradecimiento al Ayuntamiento que comparten los familiares del gobernador militar de Gipuzkoa Rafael Garrido Gil, su esposa Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta y su hijo Daniel Garrido Velasco, asesinados por ETA en San Sebastián el 25 de octubre de 1986. Desde este mediodía tres placas en su memoria, en una de las aceras de la avenida del Boulevard donostiarra, en la confluencia con la calle Legazpi, recordarán que fue ese el lugar donde dos terroristas de ETA acabaron con la vida de los tres miembros de la familia Garrido Velasco y de la ciudadana portuguesa María José Teixeira, de 27 años, que falleció días más tarde del atentado por las heridas causadas por la explosión cuando transitaba por la zona. En su caso, la familia ha agradecido el homenaje del consistorio pero ha declinado la colocación de la placa.
Al mediodía, acompañados por la música de la banda municipal, familiares, amigos, representantes políticos y víctimas han guardado unos minutos de silencio en memoria de los cuatro asesinados y se ha dado paso a la ofrenda floral. El momento más emotivo se ha vivido cuando, uno a uno, los cuatro hermanos Garrido Velasco, Fernando, Javier, Mari Carmen y Elvira, el pequeño no ha podido asistir, han depositado cuatro ramos de rosas blancas sobre las placas conmemorativas de sus padres y hermano. El resto de familiares, entre ellos Silverio Velasco y su esposa Ana, y más de una docena llegados de Jaca y Castellón, así como amigos de la familia también se han sumado a la ofrenda floral. No han faltado tampoco políticos de PNV, PSE, Elkarrekin Podemos y PP y víctimas, entre ellas Barbara Dührkop, Maixabel Lasa o Jorge Mota. También ha asistido el viceconsejero de Derechos Humanos, José Antonio Rodríguez Ranz.
Fernando Garrido ha recordado que estuvieron «muchos años sin poder volver» a la ciudad y mucho menos al lugar del atentado «porque se hacía demasiado duro y fuerte, pero el tiempo dulcifica y suaviza el pesar». Ahora visitan más a menudo Donostia, donde aún sigue viviendo tíos y primos. En representación de la familia, el tercero de los hermanos Garrido Velasco ha compartido que «seguro que desde las instituciones se podía haber hecho algo antes», pero se sienten «muy agradecidos» por el acto celebrado hoy y la acogida que han tenido también durante la recepción privada que se ha desarrollado previamente en el consistorio, con presencia de representantes de todos los grupos municipales. En el Ayuntamiento se les ha hecho entrega de unas réplicas de las placas que se han inaugurado después en el lugar de los hechos.
El día del atentado era sábado como hoy y sobre las diez y media de la mañana los tres miembros de la familia subieron al coche oficial en la puerta de la sede del Gobierno Militar de San Sebastián y emprendieron viaje a Jaca conducidos por el soldado Norberto Jesús Ferrer. Antes del cruce con la calle Legazpi, el vehículo paró en un semáforo en rojo y en ese momento dos jóvenes que viajaban en una moto depositaron sobre el techo del coche una bolsa y huyeron a gran velocidad antes de que el paquete, con dos kilos y medio de goma-2 y metralla, hiciera explosión. El matrimonio murió en el acto. Su hijo de 21 años y el chófer fueron trasladados al hospital. El joven Garrido murió a los pocos minutos de ser ingresado, mientras que los médicos lograron salvar la vida al conductor. Catorce personas que pasaban por la zona resultaron heridas.
El alcalde de Donostia, el jeltzale Eneko Goia, ha asegurado al finalizar el acto que el de hoy «es un nuevo paso para recordar a las víctimas que ha tenido esta ciudad». «Es un paso más en la memoria, en decir a las familias de esas personas, que perdieron la vida de forma injusta en nuestra ciudad, que no las olvidamos, que siguen presentes con nosotros, que San Sebastián las recuerda», afirmó Goia.
Con este reconocimiento del Ayuntamiento gobernado por PNV y PSE suman 17 las placas que el consistorio donostiarra ha colocado en la ciudad dentro de la iniciativa impulsada desde la pasada legislatura para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia política.
Hasta el momento, se han colocado placas en los lugares en los que fueron asesinados por ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas Juan María Araluce, José María Elícegui Díez, Antonio Palomo Pérez, Luis Francisco Sánz Flores, Alfredo García González, Gregorio Ordóñez, Francisco Martín González y Fernando Múgica Herzog, Enrique Cuesta, Antonio Gómez y Juan Manuel García Cordero; por el DRIL, Begoña Urroz Ibarrola; por el Batallón Vasco Español, Mari Jose Bravo del Valle; y víctima por acción policial, Joseba Baradiaran Urkola.
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