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Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS) hizo ayer una exhibición de músculo en Bilbao por el Primero de Mayo con una manifestación —de las más numerosas de la jornada— en la que reunió a varios miles de personas para reivindicar el «poder obrero internacional». Fue la ... primera gran convocatoria desde que el Mugimendu Sozialista —que nació hace cinco años como GKS— anunciase el pasado diciembre en Eibar la creación de su partido EHKS. Las banderas rojas tomaron las calles céntricas de la capital vizcaína y esta formación de izquierda revolucionaria demostró que ahora mismo es el partido extraparlamentaria con mayor capacidad de movilización en Euskadi.
Durante los últimos días se habían organizado autobuses desde los pueblos de Gipuzkoa para acudir a la manifestación y los militantes y simpatizantes de la formación comunista respondieron a la cita. Tras finalizar la marcha, los portavoces de EHKS se dirigieron a los presentes. Ane Ibarzabal denunció «la deriva autoritaria que ha tomado la Unión Europea y los países que forman parte de ella, así como la escalada bélica que se está produciendo». Ejemplo es la guerra en Palestina, señaló. La otra cara de la moneda, aseguró, «es que se está dando un empobrecimiento masivo del proletariado, el incremento de precios y el empeoramiento de las condiciones de trabajo».
Según explicó la portavoz de EHKS, «el proletariado tiene cada vez más restringido el acceso a servicios de calidad para garantizar su salud y unos mínimos para vivir. Mientras tanto, los partidos institucionales se dedican a proteger los privilegios de algunos trabajadores cada vez más minoritarios y de las clases propietarias, por ejemplo, fomentando la financiación de entidades sanitarias privadas».
El nacimiento de esta corriente política comunista se retoma al 2019, cuando el histórico sindicato estudiantil de la izquierda abertzale, Ikasle Abertzaleak, rompió con Sortu por desavenencias sobre el papel del partido en las instituciones. Ese mismo año nació Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), con el objetivo de «desarrollar la cultura y línea socialistas y la creación de instituciones obreras frente a la miseria capitalista». A la creación de este primer actor político le siguieron otros como Itaia, organización socialista de las mujeres, Ekida, iniciativa cultural, o Euskal Herriko Etxebizitza Sindikatua, sindicato de vivienda. Todos ellos y algunos más aglutinan dentro del Mugimendu Sozialista.
Durante el último lustro han fagocitado a un sector importante de Ernai, juventudes de Sortu, y se han hecho con el control de buena parte de los gaztetxes de Euskadi. Así, han querido formar una base sólida de militantes que apoye con fidelidad el proyecto. El último paso ha sido la creación de su partido, EHKS, en un abarrotado frontón Astelena de Eibar. Si bien han mantenido una firme crítica contra «los políticos profesionales» y han defendido que desde la instituciones es imposible cambiar la vida de la gente —en ese sentido critican a los partidos de izquierdas por ser «reformistas» y no revolucionarios—, la creación del partido dejaban en el aire una posible participación electoral.
Pronto disiparon las posibles dudas y aclararon que no concurrirían a los comicios vascos. De todas formas, no cierran las puertas a participar en futuro para «deslegitimar desde dentro las instituciones y ahondar en la estrategia comunista». Pero en estos momentos no es una prioridad para los dirigentes de EHKS.
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