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Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE
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Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE
«Descarto pactar la reforma fiscal con el PP, Euskadi no va a seguir el modelo de Ayuso»Eneko Andueza (Eibar, 1979) prepara estos días su discurso para el congreso del próximo fin de semana en el que será reelegido como secretario general del PSE-EE. Un segundo mandato para el que se propone «volver a conquistar la Lehendakari-tza» para los ... socialistas −algo que los sondeos no auguran− y que arrancará con un cambio de interlocutor en el PNV, su socio en las instituciones. En uno de los principales debates que está marcando la agenda política vasca, Andueza descarta acordar la reforma fiscal con el PP y hace un llamamiento a EH Bildu y a Podemos para que den su apoyo en las tres Juntas Generales.
– El lehendakari ha emplazado a los consejeros a «ponerse las pilas». ¿Quiere decir que el Gobierno Vasco no carbura?
– Yo la interpretación que hago de las palabras del lehendakari es que es una apelación a los suyos, a los consejeros del PNV. Desde luego los socialistas tienen cargadas las pilas, que son las del conejo, las alcalinas, ésas que no se agotan. La parte del PSE-EE tiene una capacidad de impulso político que igual no tienen otros.
– ¿Cree que el retiro organizado por Pradales únicamente con los consejeros del PNV dio la imagen de un Gobierno unido?
– De lo que dio la imagen es de cierta preocupación en el PNV porque quizá sus departamentos no están teniendo el protagonismo, la relevancia y la capacidad de llevar a cabo políticas que sí están teniendo los del PSE-EE.
– ¿Le comunicó el lehendakari esa iniciativa?
– Se la comunicó al vicelehendakari Mikel Torres la noche anterior a que apareciera publicado, con lo cual intuimos que alguno de los suyos se fue de la lengua...
– ¿El Gabinete Pradales ha venido a rectificar a Urkullu?
– Cada uno tiene su estilo, sus objetivos y su hoja de ruta. Entiendo que el lehendakari Pradales también quiera incorporar su impronta y sus prioridades, como no puede ser de otra manera.
– ¿Hay ahora más disposición al acuerdo con la oposición?
– Siempre ha existido. El espíritu de este Gobierno es seguir con la mano tendida para alcanzar acuerdos. Otra cosa es que algunas fuerzas políticas estén jugando más al tacticismo, a situar sus intereses partidistas por encima de los intereses generales.
– Da la sensación de que la coalición PNV-PSE llega a más acuerdos con EH Bildu cuando la lideran los socialistas, como en Vitoria. ¿Hay más sintonía?
– Es una cuestión de personalidad, quizá de saber negociar o también un tema de empatía con los demás a la hora de entender sus posiciones para buscar un acercamiento. El PSE-EE ha pactado con todas las fuerzas políticas a lo largo de su historia.
– ¿Se pueden generalizar los acuerdos de PSE-EE y EH Bildu?
– Pactar cuestiones del día a día entra dentro de la normalidad política. Ahora bien, si estamos hablando de acuerdos de gobierno con EH Bildu, me ratifico en que nos siguen separando muchas cosas. Evidentemente la cuestión ética porque les queda mucho recorrido para reconocer su pasado reciente y condenar todos los terrorismos. Pero también nos separa el proyecto de país porque siguen aspirando a la independencia.
– El PNV también tiene la independencia como sueño y eso no les impide acordar con ellos.
– Porque pactamos las discrepancias y desde luego en el acuerdo de gobierno no hay ninguna hoja de ruta en la que el PNV apueste por caminos que nos saquen del marco legal vigente. No veo a EH Bildu renunciando a eso en un acuerdo de gobierno porque no tiene un proyecto de país, sólo tiene un proyecto soberanista.
– ¿Hay agua en la piscina para negociar en serio una reforma del Estatuto?
– Yo creo que puede haber agua siempre y cuando nos centremos en lo que nos une y no en lo que nos separa. Todos tendremos que dejarnos pelos en la gatera. Mi aspiración es que en esta legislatura se pueda aprobar una reforma que se centre en blindar los derechos sociales conquistados en los últimos 45 años.
– En el bloque más político, parece que hay un consenso entre PNV, EH Bildu y PSE-EE para incluir expresamente el reconocimiento nacional de Euskadi. ¿Es un punto de partida?
– Puede serlo, aunque creo que se está poniendo el acento en una cuestión que está reconocida desde 1978 en la Constitución y desde 1979 en el Estatuto. Creo que todo el mundo entiende que Euskadi, Cataluña, Galicia, Andalucía, Valencia o Aragón tienen un carácter nacional por sus señas de identidad propias, que las diferencian del resto de comunidades.
– ¿Y ese reconocimiento qué implica más allá de plasmarlo negro sobre blanco en un texto?
– A lo que no debería abrir la puerta es a un camino hacia la independencia al que nos quieren llevar algunos.
– Al PNV no se le ve muy empeñado en hablar de derecho a decidir. El líder en Bizkaia, Iñigo Ansola, admitía hace unas semanas que «todo no puede ser».
– Es que no darse cuenta de que esto no es una prioridad de la sociedad vasca es no saber leer la realidad. Las preocupaciones de la ciudadanía son la sanidad, la vivienda, el empleo, la industria, la movilidad... Eso es lo que nos debe ocupar.
– Ahora que se habla de una reforma estatutaria, ¿es buen momento para reabrir el melón sobre el sistema fiscal vasco?
– No tiene ningún sentido que en un país como el nuestro tengamos tres fiscalidades diferentes, sobre todo cuando la mayoría del gasto corresponde a políticas que se deciden en el Parlamento Vasco. Si queremos una armonización para no generar desigualdades entre territorios, la capacidad legislativa debe estar en manos del Parlamento.
– ¿Y eso pasaría por una Hacienda única en Euskadi, tal y como ha planteado EH Bildu?
– Nuestro planteamiento no es acabar con la capacidad recaudatoria de las tres haciendas forales. Lo que propone EH Bildu es acabar con la autonomía de los tres territorios para abrir la puerta de atrás a la independencia.
– ¿El PSE-EE va a plantear alguna iniciativa para reformular la estructura fiscal de Euskadi?
– Lo llevamos en nuestra ponencia y será una cuestión que traslademos en los diferentes foros. Nosotros estamos dispuestos a debatir sobre esta cuestión porque de ello dependerá la capacidad que tengamos como país para sostener los servicios públicos.
– ¿Entiende que eso pueda desatar un enfrentamiento con el PNV, que es reacio a cambios?
– Tenemos tasado el funcionamiento que debemos tener entre ambos partidos, pero desde luego vamos a poner ese debate sobre la mesa.
– En paralelo se está debatiendo la reforma fiscal en las tres Juntas Generales. EH Bildu y Podemos se han descartado y sólo queda el PP. ¿Aspiran a un acuerdo con los populares?
– Desde luego que no. El modelo del PP es el de Ayuso en Madrid y evidentemente nosotros no vamos a permitir que eso suceda en Euskadi.
– Entonces, ¿descarta cualquier tipo de acuerdo con el PP?
– Yo, por parte del Partido Socialista, lo descarto y pido tanto a EH Bildu como a Podemos que tengan altura de miras, que dejen de mirarse el ombligo, que dejen de pensar en sus estrategias políticas y piensen en el país. A Bildu porque si se considera un partido de país creo que no puede cerrarse en banda desde el primer minuto y tratar de imponer un modelo en sus términos. Y a Podemos porque tiene una de sus últimas oportunidades de lograr un mínimo de protagonismo y utilidad en la política vasca.
– ¿Sería mejor retirar la reforma antes que pactar con el PP?
– Lo que considero es que la reforma debe aprobarse en los mismos términos en los tres territorios o si no se tendrá que retirar. Si no, podemos provocar más desarmonización, que es lo contrario a lo que se busca.
– La reforma que han planteado reduce la recaudación. ¿Contar con menos recursos puede poner en riesgo los servicios públicos? ¿Puede haber recortes?
– No lo creo porque hay un equilibrio. A través de otras políticas se puede incrementar la recaudación para hacer frente a los retos. Y las previsiones que maneja el vicelehendakari Mikel Torres apuntan a que el crecimiento económico va a ser importante.
– Pero hay una gran incertidumbre debido a la guerra comercial desatada por Trump. Los aranceles pueden impactar de lleno en la industria vasca.
– Estamos preocupados porque hay muchas empresas vascas que pueden verse gravemente afectadas. El tacticismo belicista de Trump pone de manifiesto que está dispuesto a romper el orden y la paz mundial y a acabar con los valores democráticos.
– ¿Cree que el Gobierno Vasco tiene las cosas claras en el terreno industrial? Pradales ha anunciado un foro, pero se acaba de subcontratar la hoja de ruta.
– Tenemos mucho trabajo por delante para recuperar posiciones, está claro que estamos perdiendo fuelle en comparación con otras comunidades. Debemos apostar más en digitalización y en investigación, hacer un acompañamiento mucho más intenso a nuestras empresas en el ámbito internacional, crear infraestructuras que hagan de Euskadi un territorio atractivo para la inversión... Tenemos que poner todos de nuestra parte, no sólo desde los gobiernos, sino también especialmente desde algunos agentes sindicales.
– La conflictividad laboral se ha reducido, pero sigue siendo alta.
– Nos están imponiendo una conflictividad que nos resta competitividad y distorsiona la imagen de un país con un potencial increíble. Eso espanta a los inversores y muchas veces hace que las empresas se planteen irse de aquí.
– ¿Hasta qué punto puede el Gobierno vasco garantizar el arraigo de empresas?
– Tenemos herramientas extraordinarias como Finkatuz y también los fondos europeos. Pero también creo que hay otros agentes que deben contribuir a ello, como las fundaciones de las tres cajas de ahorros, otros bancos con arraigo en Euskadi como BBVA o agentes industriales.
– ¿Cree que la industria armamentística es una oportunidad?
– Es una industria que hay que cuidar porque en estos momentos puede ser fundamental. Tenemos empresas punteras a nivel mundial que son más necesarias que nunca.
-¿Cómo ha vivido desde fuera el desenlace del proceso interno del PNV?
- Desde la distancia porque nosotros estamos muy centrados en nuestro propio congreso. No somos quién para inmiscuirnos en sus cuestiones internas.
- Pero son socios y tienen en vigor varios acuerdos. ¿Le preocupa que la llegada de Aitor Esteban suponga cambios?
- Por nuestra parte no va a cambiar nada porque somos un partido de palabra. Yo lo único que espero es que las relaciones que tenemos actualmente no sufran cambios o vayan a peor con la llegada de Esteban.
- ¿Qué relación tiene usted con el próximo presidente del PNV?
- No he tenido una relación muy intensa, las cosas como son. Me ha tocado estar con él de manera informal en actos y también hemos coincidido en un par de mesas de negociación, así que no le puedo decir mucho.
- ¿Se ha puesto ya en contacto con Esteban?
- No, todavía no. Sí lo he hecho con Andoni Ortuzar, al que envié un mensaje desde el plano personal.
- El próximo fin de semana usted será reelegido en el congreso del PSE-EE. ¿Qué se propone para su segundo mandato?
- El congreso servirá para poner en valor lo que hemos hecho en estos tres últimos años en los que hemos afianzado el liderazgo en tiempo récord y crecido en todas las elecciones. Y también servirá para mostrar a la sociedad vasca cuál es nuestra ambición a futuro, con el objetivo de volver a liderar el país y conquistar de nuevo la Lehendakaritza.
- Tienen 12 escaños; el PNV y EH Bildu, 27 cada uno. ¿Es un objetivo o una fantasía?
- Yo lo que veo es que estamos marcando el rumbo de las políticas en el Gobierno Vasco, que tenemos carácter propio y alzamos la voz cuando es necesario. No hacemos más que crecer.
- El Sociómetro publicado este viernes dice lo contrario. Perderían un asiento.
- Lo del Sociómetro es muy curioso. Antes de las elecciones nos daba un descenso considerable y luego subimos. Pues benditos descensos.
- ¿No da credibilidad al estudio del Gobierno Vasco?
- Ninguna. Quienes tendrían que hacerse una revisión sociológica son los que cocinan los datos desde Lehendakaritza.
- ¿El palacete de París ha sido una contraprestación de Sánchez al PNV por sus votos?
- No, ha sido el cumplimiento de una cuestión que ya acordaron Aznar y Rajoy, pero que no llegaron a cumplir. Nosotros somos gente seria.
- El Gobierno Vasco socialista de Patxi López concluyó que no se podía atribuir la propiedad al PNV. ¿El criterio cambia según las necesidades políticas?
- No, es que ahora hay documentación que entonces no se tenía. En cualquier caso, entiendo que el PP también estará de acuerdo porque va a votar a favor del decreto. Se van a comer el palacete con buhardilla incluida.
- ¿Al PSOE le viene bien que PP y PNV hayan dinamitado los puentes por esta polémica?
- Lo que ha demostrado este tema es que no hay nadie al mando de la nave del PP. A Feijóo se le está haciendo muy larga la legislatura, habrá que ver si la termina.
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