Homenajean en Oñati a uno de los secuestradores de Ortega Lara tras salir de la cárcel

Durante el acto varios participantes increparon, insultaron y amenazaron a un equipo de Antena 3 que había acudido a cubrir el recibimiento e incluso llegaron a zarandear a alguno de sus componentes.

El secuestro de Ortega Lara fue el más largo de la historia de la organización terrorista y provocó una auténtica convulsión social cuando se pudieron ver las imágenes de un Ortega Lara famélico y que apenas se podía sostener de pie, así como las condiciones inhumanas del estrecho e insalubre 'zulo' donde permaneció 532 días.

El 'ongi etorri' de Oñati fue el segundo en 48 horas, porque se sumó al efectuado el sábado en Hernani al exjefe de ETA José Javier Zabaleta, 'Baldo', condenado por un atentado cometido en un bar de Zarautz en 1980 y que causó la muerte a cuatro guardias civiles fuera de servicio y a un vecino que se encontraba en el lugar.

Xabier Ugarte fue detenido la madrugada del 1 de julio de 1997 en Oñati. Ese mismo día la Guardia Civil liberó a Ortega Lara en una operación que se saldó con éxito, pero que estuvo a punto de fracasar. Los agentes inspeccionaron infructuosamente durante horas la nave industrial de Arrasate donde sospechaban que se encontraba Ortega Lara. Cuando estaban a punto de abandonar, un guardia forzó una pieza en una de las máquinas y abrió una pequeña rendija en el zulo.

Aquella misma madrugada la Guardia Civil detuvo, además de a Ugarte, a los otros tres miembros del comando: José Miguel Gaztelu, José Luis Erostegi y Josu Uribetxeberria Bolinaga, fallecido en 2015.

Xabier Ugarte fue juzgado por estos hechos y el 29 de junio de 1998 fue condenado, al igual que sus compañeros de comando, a una pena de 32 años de cárcel por «secuestro terrorista y asesinato alevoso en grado de conspiración», ambos delitos con la agravante de ensañamiento.

La sentencia destacó que los procesados asumieron voluntariamente que Ortega Lara iba a morir como consecuencia del larguísimo encierro y de la insalubridad del zulo excavado en una lonja de Arrasate en la que mantuvieron oculto al funcionario de prisiones. Durante el juicio, Ugarte y el resto de acusados reconocieron haber participado en el secuestro, pero negaron que su intención fuera dejar morir Ortega Lara.

Además, este miembro de ETA acumulaba más de 200 años de condenas por el secuestro de Julio Iglesias Zamora y por su participación en otros atentados. La pena más larga que se le impuso fue de 145 años de prisión por el atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en la carretera que une Oñati y Legazpi en agosto de 1987, que causó la muerte a dos agentes y heridas a doce. También fue condenado a 26 años más de cárcel por su participación en un atentado con una bomba-lapa contra un guardia civil, que resultó gravemente herido, cometido el 13 de mayo de 1985 en Arrasate.

En noviembre de 1998 Ugarte fue penado a 14 años de prisión por el secuestro del industrial Julio Iglesias Zamora, que se prolongó entre el 5 de julio y el 29 de octubre de 1993, y para el que los terroristas utilizaron el mismo escondrijo de Arrasate en el que años después ocultaron a Ortega Lara.

El Ayuntamiento de Oñati, gobernado por EH Bildu, se hizo eco en las redes sociales de la puesta en libertad de Ugarte e informó de que se esperaba su llegada a la localidad. A su vez, retuiteó un mensaje en el que se decía en euskera «Xabier Ugarte camino a casa. Uno menos. Todos libres. Los queremos en casa».

Covite anunció ayer que denunciará el acto ante la Audiencia Nacional por humillación de las víctimas y enaltecimiento del terrorismo.

Los 'ongi etorris' del sábado en Hernani y el de ayer en Oñati se producen después de que la izquierda abertzale cuestionara hace meses la idoneidad de estos recibimientos públicos. Entendía que este tipo de actos podrían dañar a las víctimas de ETA y abogaba por crear un clima constructivo para, por ejemplo, favorecer las condiciones que permitan mejorar la situación de los presos.

En un sentido parecido se pronunció en su día el portavoz del colectivo oficial de presos (EPPK), el que fuera dirigente de ETA Jon Olarra Guridi, partidario de «tratar también el tema» de los 'ongi etorris', y de la necesidad de «no herir a nadie».

El debate se originó el 18 de febrero del pasado año en Andoain, en el acto por dos condenados por pasar información sobre Joseba Pagazaurtundua, posteriormente asesinado. Aquel día, representantes del PP vasco se concentraron en el lugar en protesta. El polémico episodio abrió un fuerte debate que llevó al Parlamento Vasco al posicionarse contra estos actos, con la abstención de EH Bildu. Pese a todo se volvieron a producir en algunos pueblos y barrios a iniciativa de familiares y amigos, como ha sido el caso de los dos de este fin de semana.

Esta controvertida cuestión podría registrar un salto cualitativo si sale adelante la proposición de ley que el PP prevé tramitar en el Congreso para penalizar estas convocatorias.