Aitor y su nuevo tractor

De perfil marcadamente vizcaíno, Esteban tendrá que sumergirse en el 'microclima' de Gipuzkoa, desde donde los de Arnaldo Otegi aspiran a lanzar el sorpasso en Euskadi, empezando por las forales y municipales de 2027. Materia tiene el nuevo presidente del EBB para defender la gestión de su partido en Gipuzkoa, como, por ejemplo, poner en valor el superordenador cuántico que IBM traerá este año a Donostia, del que poco pecho han sacado en el territorio pese a la magnitud de la apuesta de la multinacional estadounidense.

Esteban, que apunta a ser un presidente de transición para dar luego paso a un líder más joven, en consonancia con los nuevos tiempos, debe también entablar con el lehendakari Pradales una relación tan estrecha como la que este tenía con Andoni Ortuzar. Y afronta el desafío de que la 'manta' jeltzale tape la mayor parte del cuerpo electoral posible. El del centroizquierda, que ha sido el punto fuerte de Ortuzar, culminado con el pacto de la reforma fiscal con Podemos, y el del centroderecha, con un PP al acecho para recuperar voto 'prestado' y los empresarios de morros con el PNV.

Y de inicio, deberá cohesionar el nuevo EBB, pactado por él, Ortuzar y los guipuzcoanos, con integrantes diversos, cada uno de su madre y de su padre, y evitar disensiones territoriales como la vivida por el enlace de TAV. Parafraseando al propio Esteban, ser presidente del PNV es «un honor», pero también una gran responsabilidad porque tiene mucho grano que sembrar.