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El gaztetxe de Zestoa volverá a enfrentarse a una orden de desalojo el próximo 11 de septiembre, mes y medio después de evitar que se vaciase el espacio autogestionado de la localidad de Urola Kosta. En aquella ocasión, el pasado 19 de julio, varios centenares ... de jóvenes llegados desde diferentes zonas de Euskadi tomaron las inmediaciones del gaztetxe ante la resolución del juzgado de Azpeitia, que instaba a la Gazte Asanblada a devolver el edificio parroquial Elizondo a la Diócesis de San Sebastián. No se desplegó ninguna patrulla de la Ertzaintza ni apareció por Zestoa la autoridad judicial, y el cuerpo policial suspendido su actuación.
La Gazte Asanblada ha afirmado en las últimas semanas que «la lucha que hemos llevado a cabo ha dado sus frutos». Y han asegurado que «hemos logrado reunirnos con el ayuntamiento y comenzar unas negociaciones para darle una salida a este conflicto». A pesar de que desde el inicio del año han intentado ponerse en contacto con la Diócesis de San Sebastián, los jóvenes zestoarras resaltan que «la Iglesia sigue empeñada en echarnos del edifico».
El edificio parroquial Elizondo fue ocupado el mes de febrero del 2023 y la resolución del juzgado de Azpeitia reconoce «el derecho de la Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora de Zestoa de recuperar la posesión del referido inmueble, condenando a los demandados a proceder al inmediato desalojo del inmueble y entrega a la parte actora». El 22 de febrero del año pasado la Ertzaintza identificó a seis personas en el gaztetxe y el Obispado presentó una denuncia contra los miembros de la asamblea. Un joven fue juzgado el pasado 18 de abril, pero fue absuelto.
Además, Gazte Asanblada deberá pagar 6.500 euros de indemnizaciones por el proceso judicial que tienen abierto con la Diócesis de Gipuzkoa. Para financiar esos gastos organizarán diferentes actividades. Este conflicto ha enfrentado también al ayuntamiento liderado por EH Bildu con la Iglesia, que hace unos meses mantuvieron un cruce de declaraciones.
La Gazte Asanblada zestoarra inició en diciembre una campaña de apostasía para presionar a la Diócesis de San Sebastián. Un total de 723 personas rellenaron los formularios y, según este grupo de jóvenes zestoarras, es hasta la fecha la mayor apostasía colectiva en Euskadi. También realizaron un acto en la iglesia de la localidad, cortando la misa, lanzando billetes y desplegando una pancarta en la que se leía «Eliza diruzale, espekulatzaile!».
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