![Jesús Eguiguren: «La línea dura con Bildu ha sido eficaz para que el PSE preserve su espacio»](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/05/04/94079789-kKyC--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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A menos de un mes de cumplir 70 años, Jesús Eguiguren ve con la distancia «de un observador» el cambio experimentado en Euskadi y plasmado en las últimas autonómicas, con un PSE reforzado que aspira a reeditar la coalición con el PNV y una ... hegemonía guipuzcoana de EH Bildu que no le produce «ningún miedo». Mientras, escribe compulsivamente. Su último trabajo: las memorias de un niño de caserío que condensa sus recuerdos infantiles en Aizarna.
–En sus 'memorias de niño de caserío' recuerda su infancia en Aizarna. ¿Quién ha ganado allí en las autonómicas?
–Pues ha ganado EH Bildu con el 66%. No se podrán quejar.
–¿Satisfecho con los resultados del PSE en las elecciones vascas, con dos escaños más?
–Mucho, yo era más pesimista en este clima de polarización PNV-Bildu, y además habíamos padecido en los últimos años un cierto problema de liderazgo. Eneko Andueza sale reforzado como líder tras estas elecciones de cara al futuro. Debería ser vicelehendakari socialista en la coalición con el PNV.
–¿Y el fuerte crecimiento de EH Bildu?
–No hay ningún motivo para alarmarse. Es la constatación de que un voto que antes era antisistema ahora es un voto democrático y casi mayoritario. Yo no tengo ningún miedo.
–¿Ni siquiera teme que EH Bildu desplace al PSE en el eje de la izquierda?
–En cierta forma eso ya se ha producido, pero esto puede cambiar en el futuro. Se ve incluso que hay voto fronterizo del PSE con PNV y Bildu aunque pueda parecer chocante.
–Pero el PSE ha crecido con un discurso duro contra EH Bildu, ¿eso le genera contradicciones?
–Los hechos han demostrado que la dirección del partido ha acertado, yo pensaba que esa línea dura iba en una dirección equivocada, pero ciertamente nos ha ayudado a sacar la cabeza y preservar el espacio.
–¿Le gusta la coalición PNV-PSE?
–Es la única alternativa real que hay, aunque seguramente serán sus últimos cuatro años.
–¿Y eso?
–Hombre, tarde o temprano se irá desbloqueando la política de alianzas y no será tan raro el día en el que nos pongamos de acuerdo con EH Bildu en clave de izquierdas. Bildu va camino de ser partido de gobierno y alternativa al PNV y el cambio generacional ayudará. En cuatro años pueden cambiar mucho las cosas, pero estamos en vísperas de un cambio de escenario.
–Pero usted sabe cuál es el problema para que ese pacto se dé: que EH Bildu no condena la violencia de ETA. Y no da ese paso.
–Ya, y eso no lo entiendo porque si se produjese, a quienes más les beneficiaría sería a ellos, que tienen muy interiorizado que ETA fue necesaria en su momento.
–¿Y por qué no lo hacen todavía?
–Supongo que tendrán resistencia de algún sector o así, pero sobre todo porque no han llegado a la convicción de que ETA fue un fenómeno maligno desde el comienzo.
–Imagino que se lo habrá dicho a Arnaldo Otegi muchas veces...
–Siempre se lo he dicho aunque él cree que con todos los pasos que han dado, no es el dato más importante, y que el día que hagan eso les pedirán otro movimiento. Para mí es una fórmula muy sencilla decir que se equivocaron al recurrir a la violencia. De facto ya lo han cuestionado. Alguien como Arnaldo Otegi que tiene legitimidad y carisma para tomar decisiones debería decir eso: que fue una equivocación recurrir a la violencia. Y lo digo teniendo claro que no se le ha reconocido el papel clave que ha jugado Otegi para contribuir al final de ETA. Hay que ser un poco ciego para no darse cuenta de que lo que ha pasado en Euskadi tiene una trascendencia histórica que afecta a toda España. En vez de valorar ese esfuerzo que ha hecho Otegi, se sigue centrando en él toda la representación de la maldad. Es muy injusto porque otros políticos han hecho su viaje hacia la democracia. Otegi ha conseguido reconvertir a un mundo antisistema en torno a una organización terrorista en una fuerza democrática de izquierdas.
–¿Está criticando usted a su partido por no ser 'justos' con Otegi?
–Eso es difícil de juzgar porque son partidos rivales. Solo digo que a gentes como Fraga y Carrillo se les reconoció políticamente determinadas apuestas. Y Onaindía fue decisivo en su momento con ETA político-militar.
–Zapatero sí lo ha hecho...
–Lo ha hecho y está en ello además. Pero me temo que no va a haber ese reconocimiento en términos generales. Este país está lleno de odios y de trampas.
–¿Y en este nuevo escenario como le ve al PNV?
–Ha tenido una cura de humildad. Pensábamos que era eternamente hegemónico y ahora se ha visto que es como cualquier otro partido, que cuando gestiona mal o la gente se cansa pierden por todas partes. Se ha quedado convertido en un partido más y antes parecía que era algo más que un partido. Hasta en ese sentido han sido positivas las elecciones.
–¿Al proyecto soberanista hacia un nuevo estatus de autogobierno le ve gas suficiente? Es el Parlamento más soberanista de la historia...
–Imagino que la reforma del Estatuto se hará, pero no en términos soberanistas ni en los términos que quieren los nacionalistas. Se hará en el terreno del reconocimiento de la plurinacionalidad, la bilateralidad... pero no en el terreno de romper la soberanía constitucional española. Me plantea que es el Parlamento Vasco más soberanista de la historia y yo niego la mayor porque en este momento, y ahora más que nunca, el PNV y EH Bildu reciben muchos votos que no son precisamente soberanistas. Por otro lado, antes pensábamos que la Constitución era un límite y ahora se ha visto que es un marco en el que cabe la amnistía y el Estado plurinacional.
–¿Y el Estado confederal?
–Eso es inviable porque tendría que partir de entidades ya soberanas y no es el caso. Pero que se reconozca Euskadi como nación no le veo problema y la bilateralidad ya está en marcha. Al País Vasco, con la tradición foral, no le veo muchos problemas.
–Otra cosa es Cataluña
–Cataluña y Aragón también tienen sus derechos históricos.
–Pues vaya laberinto...
–Todos son territorios históricos. ¡Más histórico que Aragón! Lo voy a explicar en Calatayud dentro de unos días, que me han pedido una conferencia. En Cataluña el nacionalismo va a perder su mayoría absoluta y el Partido Socialista también va a decidir. Si Sánchez logra esto en Cataluña, y después consigue aprobar los Presupuestos, la legislatura estará básicamente encauzada. Pero es tan frágil la situación que en cualquier momento se puede torcer. Yo creo que va a salir bien y que esto va a ser un gran éxito de los socialistas catalanes. Quitar la mayoría absoluta ya sería un éxito, pero intuyo que Salvador Illa va a ganar con mucha diferencia. Y eso implica que Sánchez puede lograr algo histórico: el problema catalán se va a ir encauzando por términos democráticos. Esta apuesta de Sánchez, que es la más complicada, puede ser un éxito. Y yo no lo veía claro al principio.
–¿Por qué?
–En un principio pensaba que la amnistía era inconstitucional. Es lo que yo siempre he dicho a mis alumnos de Derecho Constitucional. Escuchando los argumentos de numerosos juristas que avalan la constitucionalidad de la ley he cambiado de opinión. Y el Gobierno no se va a meter en una operación así sin garantías.
–El PSOE se ha visto convulsionado en las últimas semanas tras el amago de dimisión de Pedro Sánchez. ¿Cómo lo ha vivido?
–Al principio pensé que iba a seguir de todas todas. Luego vimos que había un factor personal y me entraron algunas dudas. Pero siempre he pensado, en el fondo, que iba a seguir. Tengo que confesar que yo lo he vivido con poca pasión porque en parte no me parecía algo nuevo. Este acoso a la izquierda ya se dio con Felipe, al que se acusaba del paro y la corrupción. Entonces se empezó a hablar de la opinión pública y la publicada. ¿No nos acordamos de cómo se trató a Zapatero y cómo se le atacó? El problema es que la derecha no admite que la izquierda gobierne en España, que la considera su finca. Otra cosa es que quizá a los niveles actuales no se había llegado nunca, quizá en parte por la llegada de las redes sociales. Esta vez hay una componente de odio personal e ideológico, antes era un acoso más político. Se nota en las caras. Es un clima que no se puede mantener en el tiempo. Hay que bajar la temperatura porque sí advierto de una crisis de convivencia en España.
–¿Su partido tiene que hacer autocrítica?
–No creo que el Partido Socialista haya participado directamente en esa estrategia de ruido sistemático. El ataque viene de la derecha fundamentalmente, pero estaría bien que hubiera personas en los partidos que hablaran para no traspasar ciertos límites. De hecho, en alguna época anterior, aunque el PSOE y el PP se llevaran muy mal, siempre había canales abiertos, cosa que ahora parece que no hay. A la derecha le ha entrado la prisa por echar a Sánchez, pero no se da cuenta de que hay presidente para rato.
–¿No le inquieta un problema de hiperliderazgo de Sánchez?
–No. Es que tampoco me resulta tan nuevo. ¿No nos acordamos ya de 'el que se mueva no sale en la foto' que se atribuía a Alfonso Guerra o aquello de 'hay que ser socialista antes que marxista' de González, o cuando Benegas decía que el 'One' o 'Dios' estaban al corriente de los asuntos? Yo he conocido también a ese PSOE.
-¿El PSOE ha cambiado tanto?
-Ha cambiado como la propia sociedad española, pero hay un problema que viene de las primarias.
-Explíquese...
-No es que yo esté contra las primarias pero si no se le buscan mecanismos representativos de compensación las primarias son 15 días de votación y luego ya el líder hace todo lo que quiere. A mí me gustaría que alguien se tomara la molestia de analizar los efectos que provocan y buscara esos mecanismos. La democracia directa no me ha gustado nunca.
-¿Ve una tendencia plebiscitaria dentro del PSOE?
-Lo que veo ahora es un cierto monolitismo o un apoyo a un líder carismático. Pasó también con Felipe. Ahora quizá sea necesario un partido unido y monolítico porque estamos sometidos a una persecución por parte de la derecha, pero cuando se normalice la situación me gustaría un partido en el que hubiera más voces y más críticas. Ahora falta debate. Yo ya sé que todo esto a los aparatos les molesta mucho, pero en parte no hay debate por el acoso de la derecha que provoca un cierre de filas y una reacción de adhesión a líder.
-¿Falta debate en el PSE?
-Me gustaría que hubiera más debate porque las circunstancias nos van a obligar a cambiar en el medio y largo plazo.
-Estas elecciones han precipitado también un debate sobre la memoria y el olvido. ¿Cómo resolvemos la ecuación?
-Con las dos cosas, la memoria y el olvido, hacen falta al 50%. El olvido forma parte de la memoria. Recordemos al personaje de Borges 'Funes el memorioso', que era incapaz de olvidar. ¡Qué locura! Un historiador decía que el que no mira al pasado pierde un ojo y el que se queda mirando el pasado pierde los dos. Tiene que haber una parte de memoria con quienes sufrieron el terrorismo, pero también el olvido suficiente para que no haya rencores ni odios. Eso se ha conseguido en buena medida. Euskadi es un ejemplo en el mundo. Pongámoslo en valor
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