

Secciones
Servicios
Destacamos
En cuestión de unos pocos días, dos acontecimientos han contribuido a escenificar como pocas veces antes la estrategia del Gobierno y el PSOE por acelerar ... la normalización política de EH Bildu. Para empezar, el jueves, Pedro Sánchez recibió por primera vez -al menos de manera oficial- a una representante de la coalición soberanista (Mertxe Aizpurua) en el Palacio de la Moncloa. Y después, el domingo, María Jesús Montero apuntaló la operación al deshacerse en elogios a la formación de Arnaldo Otegi por su «recorrido democrático» y por haberse «reconvertido como ningún otro partido».
No son episodios aislados ni anecdóticos. Más bien son nuevos ejemplos de cómo el socialismo y la izquierda abertzale, antaño imposibles de conciliar por el terrorismo de ETA, han tejido una alianza estratégica de necesidad mutua: los primeros ayudan a 'blanquearse' a los segundos a cambio de su apoyo para seguir gobernando. Empezó en la moción de censura de 2018, se aceleró en la pandemia y ha tenido su extensión más visible en Navarra, donde la coalición soberanista se ha convertido en el puntal del Gobierno de María Chivite y el PSN ha devuelto el favor aupando a Joseba Asiron frente a UPN en Pamplona «por principios éticos».
Para el PSOE, EH Bildu ya es un actor político más. Así lo evidenció la 'número dos' del partido y del Gobierno en una entrevista emitida el domingo por la noche en La Sexta en la que sólo tuvo buenas palabras para la formación abertzale. «No hay ningún partido que tenga su recorrido. Creo que ha aprendido lo que significa estar en democracia, los caminos que no se deben tomar, y que sus aspiraciones con respecto a Euskadi no son de un día para otro, sino que se tienen que trabajar en el día a día. Se ha reconvertido como ningún otro partido en democracia», afirmó la vicepresidenta primera.
Montero sólo recordó el pasado de la violencia para evocar el mítico «o bombas o votos» de Alfredo Pérez Rubalcaba y para asegurar que ella prefiere «mil millones de veces discutir con una formación política que estar bajo el humo de las bombas». La ministra de Hacienda no hizo referencia a la falta de condena del terrorismo por parte de la formación abertzale.
Esa laxitud del PSOE a nivel nacional contrasta con la firmeza dialéctica que el PSE-EE mantiene con la izquierda abertzale. A pesar de haber llegado a acuerdos -por ejemplo, para aprobar los Presupuestos municipales en Vitoria-, Eneko Andueza sigue aprovechando casi cualquier oportunidad para reclamar más pasos en materia de memoria a los de Otegi. El secretario general de los socialistas vascos insiste en que EH Bildu «aún debe hacer un recorrido ético largo» que pasa, entre otras cuestiones, por la condena explícita al terrorismo de ETA.
Hace una semana, el propio Andueza aprovechó el homenaje anual a Isaías Carrasco, concejal socialista asesinado por ETA en 2008, para exigir a la alcaldesa de Arrasate, Maider Morras (EH Bildu), presente en el acto, que «hable con los suyos para que dejen de pisotear la dignidad de las víctimas» a base de pintadas hirientes.
Tras las alabanzas de Montero, ayer Otxandiano se congratulaba: «Propios y extraños reconocen nuestro estilo de hacer política». En su opinión, quien más quien menos admite que su formación «siempre prioriza los intereses del país por encima de los partidistas» y que «hace lo que dice y dice lo que hace».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.