iene sobradas razones Marisol Garmendiapara sentirse satisfecha tras su clara victoria en las primarias de ayer en el PSE de San Sebastián para ser la candidata a la Alcaldía. Ganar la disputa al exalcalde Odón Elorza es realmente meritorio, por mucho que en este ... test se ha podido comprobar, además de la extraordinaria legitimidad de la opinión de la militancia de base, también la fuerza del 'partido', obligado en sus estatutos a guardar la más exquisita neutralidad en sus órganos directivos. Prim, la calle de San Sebastián en la que se encuentra la sede del PSE, ha exhibido su 'músculo', el poder tradicional del 'aparato'. Ha lanzado un aviso a navegantes: no caben bromas, ni outsiders ni experimentos con gaseosa. Hay una mayoría que ha ganado y una minoría que ha perdido, aunque tampoco es residual. Todo escrupulosamente democrático. Inapelable.

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El PNV esperaba ayer con cierta inquietud el resultado de estas primarias. Temía que una victoria de Odón Elorza hubiera dado un vuelco a la futura campaña. El triunfo de Garmendia, en principio, no trastoca la política de alianzas y ese dato le tranquiliza. El PNV se esforzará ahora en fijar que su gran adversario a batir es el exalcalde Juan Karlos Izagirre, el aspirante de EH Bildu. Es un guion de manual con el que intentarán apelar al voto moderado para que la izquierda abertzale no regrese a la Alcaldía.

El reto de Garmendia es, precisamente, aprovechar la visibilidad que le han proporcionado estas primarias para hacerse un sitio en ese escenario, ampliar su espacio y quebrar esa estrategia de polarización jeltzale. Tiene un perfil transversal que le puede ayudar en el empeño y una apuesta por la renovación y el futuro que conecta con las nuevas generaciones para jugar en la banda ancha de la centralidad, en donde la gestión tranquila 'vende' y el compromiso por la ciudad se percibe día a día. Pero a la vez tiene que interpretar que existe un descontento que empieza a calar -la celebración de estas primarias es ya un síntoma- que puede forzar al PSE a marcar distancias en su actual coalición de gobierno o elevar el listón de la exigencia. Ganarle a Elorza en el PSE con ese margen de maniobra tan amplio le ha fortalecido. Ahora tiene que saber aprovechar su contundente ventaja para tensar la cuerda con Goia pero sin romperla. Casi nada.

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