Rubén Múgica advierte de que los «pactos con delincuentes» devorarán a Sanchez

También su hermano mayor, José Mari, que presenció el asesinato de su padre cuando un etarra le descerrajó un tiro en la nuca a plena luz del día en la donostiarra calle San Martín, recordó que «la calle de este cementerio en el que nos encontramos es un símbolo de lo que fue el terrorismo porque a pocos metros están enterrados Gregorio Ordóñez y mi padre, dos hombres de bien», y lamentó que la sociedad «conceda privilegios a los albaceas políticos de Bildu».

En una ofrenda floral ante la tumba de su padre, en una mañana fría y soleada, y rodeado de familiares, amigos y representantes políticos como el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, el exprimer ministro francés, Manuel Valls, Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente, el exministro José Barrionuevo y Nicolás Redondo, expulsado del PSOE «por reiterado menosprecio al partido» -según precisó en su momento la dirección socialista-, Múgica criticó los «delirios totalitarios, violentos y racistas de quienes acabaron con la vida de mi padre» y lamentó que «sólo ingenuos y malintencionados buscan elevados ideales en los miembros de ETA, que sólo eran matones con pistolón».

Asimismo advirtió de que «no habrá disculpa para quienes primero olvidaron su pasado, creyeron después poder convertirse con nacionalistas reaccionarios y han terminado disparatando, llamando 'fachas' a los españoles opuestos a sus vías».

Fueron muchos los cargos políticos que quisieron acercarse al acto para rendir tributo a Fernando y acompañar a su viuda Mapi y a sus nietos, como el secretario general del PSE guipuzcoano, José Ignacio Asensio, que depositó ante la tumba un ramo de flores, o la portavoz socialista del Ayuntamiento de San Sebastián, Marisol Garmendia. También asistieron el alcalde donostiarra, Eneko Goia (PNV), y Juanra Viles, así como el exedil del PP José Luis Arrue, y la viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iríbar.

Durante el tributo a Múgica, Suárez Illana mostró su «orgullo, admiración y gratitud» hacia quienes como Fernando o Gregorio Ordóñez «nos enseñaron que todo depende de nuestro esfuerzo, que hechos históricos como la Transición española no son el fruto de la casualidad».

Redondo fue el encargado de cerrar el acto y lo hizo, como el resto de asistentes el acto, arremetiendo contra el PSOE. Y puso en valor «la herencia» de la Transición para censurar, a continuación, «que quienes en estos momentos gobiernan en España «no están a la altura» de la misma.