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Las discrepancias sobre el futuro del autogobierno vasco acapararon la atención del pleno de política general, aun cuando las 'bases' de acuerdo suscritas por PNV y EH Bildu y los votos particulares de los otros tres grupos parlamentarios se encuentran ya en manos de un ... grupo de cinco expertos que cuentan con ocho meses para presentar sus conclusiones. Es decir, para después de las elecciones locales, forales y europeas. Si la discusión persiste mientras tanto entre las formaciones políticas, será porque éstas no las tienen todas consigo en cuanto a que la encomienda a los expertos vaya a dar resultados. El propio debate del jueves -incluidas las diferencias que asomaron entre las palabras del lehendakari Urkullu y las del portavoz jeltzale, Joseba Egibar- evidenciaron que el tema está muy verde. Tanto que parece improbable que el Parlamento vasco pueda alumbrar una propuesta de reforma estatutaria en los dos años que restan de legislatura.
La noticia estuvo en que el jueves Urkullu y Egibar no se esforzaron en disimular sus diferencias. Éstas existen en los términos en los que quedaron reflejados en el debate de política general, y no son meros matices. Mientras Urkullu ve inconveniente que el Parlamento de Vitoria saque adelante un proyecto de reforma únicamente con los votos del PNV y de la izquierda abertzale, porque estaría condenado a su rechazo por el Congreso, Egibar considera que esa mayoría parlamentaria está plenamente legitimada, a falta de cualquier otra, para dar cauce institucional a su propuesta de nuevo estatus, llegue hasta donde llegue. Porque esa sería otra cuestión. La defensa que el lehendakari quiso hacer de la pluralidad como valor propio de la sociedad vasca, y el hecho de que se limitara a reivindicar la 'confederabilidad' y un derecho a decidir tasado, sugieren que hay algunas discrepancias conceptuales en el seno del PNV. Discrepancias que, en cualquier caso, son plenamente asumibles en la familia jeltzale. Sencillamente porque le permiten sumar, cuando el escrutinio al que está sujeto el PNV no es el de dar un salto cualitativo en materia de autogobierno, sino el de asegurarse el poder y la estabilidad institucional, la confianza mayoritaria en su forma de pilotar el país, aunque sea a falta de otra mejor.
Las diferencias entre Urkullu y Egibar continuarán siendo llevaderas, porque tampoco parece probable que el PNV acabe enfrentándose a la disyuntiva que subyace en las mismas, sobre si continuar adelante solo con EH Bildu, o revisar las 'bases' que han merecido el respaldo explícito de dirigentes tan significados como Olano y Goia en Gipuzkoa. Ninguno de los escenarios imaginables tras el recuento electoral de los comicios del próximo mayo o en la azarosa política española podría empujar al EBB a plantearse una encrucijada sin escapatorias. Solo un eventual ascenso de la izquierda abertzale a expensas del voto jeltzale o de sus expectativas de crecimiento podría subrayar los términos de la discusión interna, o exteriorizarla más. Pero no es previsible un vuelco que cuestione el pragmatismo actual.
Es presumible que las cuitas en torno al futuro del autogobierno se enfríen. En el fondo, ese es el encargo que han recibido los expertos. Ninguno de los grupos parlamentarios está interesado en reavivar un debate de muy inciertos efectos. Ni el Gobierno ni la oposición ganan nada de cara a las urnas de mayo, y al lehendakari le conviene pasar de pantalla, dirigiendo el foco de atención hacia los Presupuestos. Mientras tanto, los jeltzales y los dirigentes de la izquierda abertzale más comprometidos con el acuerdo de 'bases' para el nuevo estatus tratan de tranquilizar a sus respectivas bases asegurándoles que ha sido 'el otro' quien se ha movido de posición. La baremación sobre quién se ha acercado a las posiciones de quién puede resultar a estas alturas ociosa. Lo que parece evidente es que la izquierda abertzale necesita del PNV hasta para darse sentido a sí misma; mientras que al PNV le basta con no cortar el nexo de la pertenencia a la misma comunidad nacionalista, para proceder a un primer balance de costes y beneficios en mayo.
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