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El obispo Prado despide a Uriarte: «Se embarró las manos con su pueblo para sembrar la paz y el perdón»

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El obispo Prado despide a Uriarte: «Se embarró las manos con su pueblo para sembrar la paz y el perdón»

El obispo de San Sebastián, Fernando Prado, oficia la misa para despedir al prelado emérito fallecido, Juan María Uriarte, en la catedral del Buen Pastor

Ander Balanzategi

San Sebastián

Martes, 20 de febrero 2024, 19:18

El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, recibió este martes el último agur por parte de familiares, autoridades religiosas, representantes de la política vasca y fieles de la iglesia guipuzcoana que abarrotaron los bancos de la catedral del Buen Pastor de Donostia. Un emotivo funeral en el que el actual obispo, Fernando Prado, quiso destacar su trabajo por «la paz y el perdón».

Numerosos vecinos y personalidades del territorio se acercaron hasta la catedral para despedirse de quien fue entre los años 2000 y 2010 el obispo de diócesis de San Sebastián, que posteriormente fue sucedido en el cargo por Munilla. Estuvieron en representación del Gobierno Vasco Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente; Jokin Bildarratz, de Educación; y Bingen Zupiria, portavoz y responsable de Cultura; Bakartxo Tejeria, presidenta del Parlamento Vasco; Eider Mendoza, diputada general de Gipuzkoa; Eneko Goia, alcalde de San Sebastián; Mariaje Idoeta, concejal del PNV del Ayuntamiento de San Sebastián, y Joseba Egibar, presidente del Gipuzkoa Buru Batzar.

También hubo representación de la izquierda independentista con el histórico dirigente de LAB Rafa Díez Usabiaga, que cerró en las pasadas elecciones municipales la lista de EH Bildu en Donostia.

El actual prelado, Fernando Prado, destacó durante la homilía que Uriarte fue «un hombre que se embarró las manos con su pueblo, aun sabiendo que nunca iban todos a quedar contentos, pero que en esa siembra la verdad de la unidad, de la paz y el perdón sería una siembra de futuro cuyos frutos, quizá todavía hoy incipientes, ya se van haciendo sentir».

Prado aseguró que deja «una huella imborrable que nos cuestiona a todos y a cada uno sobre nuestra propia aportación a la paz y a la reconciliación. Él hizo lo que pudo. Nosotros, que quizá hicimos menos, todavía estamos a tiempo». Y añadió que todavía «queda mucha polarización que vencer, muchos puentes que tender, mucha fraternidad que construir, mucha comunión hacia la que caminar, también en nuestra propia Iglesia diocesana».

Querido en Gipuzkoa

El obispo resaltó que «don Juan María se comunicó con su pueblo con la coherencia de un hombre de Dios, pasando largas horas cada día en oración, dejándose armonizar por la fuerza de Dios y en discernimiento constante». Además, Prado destacó que «los guipuzcoanos hemos conocido y querido mucho al que fue nuestro obispo y quizás tengamos pena y dolor, pero venimos al Buen Pastor agradecidos por su labor».

También hizo referencia a su aportación en Donostia con iniciativas para que las personas sin hogar tuviesen la oportunidad de dormir bajo un techo. «Era incapaz estar en una cama caliente mientras otros pasaban frío». El obispo Prado, tras finalizar sus palabras, se acercó a los primeros bancos para saludar a la familia y después a los representantes políticos.

Al final de la ceremonia se despidió a Uriarte con unos emotivos bertsos y unos tímidos aplausos desde el fondo de la catedral que acabaron en una sentida ovación de todos los presentes.

Mediador entre gobierno y ETA

Uriarte falleció el pasado 17 de febrero en el Hospital de Basurto a los 90 años después de haber estado hospitalizado a consecuencia deun ictus. Sus restos mortales serán trasladados a Fruiz, su municipio natal, donde el domingo 25 de febrero se desarrollará una misa de salida en la parroquia San Salvador.

Nació el 7 de junio de 1933 en la localidad vizcaína de Fruiz, hace ahora 90 años. Poco antes de aterrizar en San Sebastián, monseñor Uriarte protagonizó la gran misión de su vida al intervenir como mediador entre el Gobierno de Aznar y ETA para buscar una salida a tantos años de violencia. Fue durante la tregua de 1998 y 1999 en un reunión en Suiza con los representantes de ETA: Mikel Albisu 'Antza' y Belén González Peñalva 'Carmen'. El encuentro se disolvió sin ningún acuerdo.

El obispo emérito recibió ayer en Bilbao una emotiva ceremonia en la basílica de Begoña. El presbítero, Andoni Gerrikaetxebarria, primo del fallecido y vicario general durante su episcopado, encabezó la procesión que llevó al monseñor Uriarte desde la Casa de Espiritualidad de Begoña, donde se instaló la capilla ardiente.

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