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El lehendakari, Imanol Pradales, en su despacho en Ajuria Enea. Irekia
Los ojos de las agendas políticas

Los ojos de las agendas políticas

Los dirigentes vascos, aunque siempre están localizables, también tienen un calendario repleto de tareas discretas y reservadas que no se ven, además de los actos públicos

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Sábado, 16 de noviembre 2024, 23:58

El día a día de un responsable gubernamental está repleto de 'tics' marcados en su agenda institucional. Check por cada reunión, entrevista, convocatoria, intervención pública o inauguración que, en el desempeño de sus funciones, les toca encabezar como máximos dirigentes de un ejecutivo autonómico, foral o municipal. Pero, ¿hasta qué punto sale a la luz el quehacer rutinario de los políticos vascos? ¿La sociedad es conocedora de todos los movimientos que realizan sus gobernantes? Lo cierto es que no: existe una ardua tarea en la sombra, un trabajo entre bambalinas ajeno a los ojos públicos y que ocupa una parte importante de sus calendarios.

La curiosidad por conocer al detalle la agenda de los dirigentes políticos ha crecido en los últimos días después de que el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, protagonizara una llamativa polémica que le ha valido el señalamiento público de quienes exigen su dimisión.

El motivo no es otro que su «almuerzo privado de trabajo» con la periodista Maribel Vilaplana, con quien comió en el popular restaurante El Ventorro mientras una DANA amenazaba con arrasar todo a su paso. Un ágape que tenía como objetivo ofrecerle a la periodista la dirección de la televisión autonómica À Punt –detalle que no reveló hasta pasados unos días desde que estalló la tragedia meteorológica– y que llevó a Mazón a acudir a la reunión del Centro de Emergencias dos horas después de que se constituyera. Al parecer, estaba sin cobertura y, por lo tanto, incomunicado. La pregunta, entonces, es pertinente: ¿Sería posible que una circunstancia similar pudiera replicarse en Euskadi? ¿Que uno de nuestros gobernantes estuviera prácticamente ilocalizables?

La respuesta unánime de todos los medios consultados es rotunda: «No». «Imposible». Tanto el lehendakari, Imanol Pradales, como la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, o el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, tienen una ajetreada agenda pública que cualquier ciudadano puede consultar en las respectivas páginas web de cada institución: plenos, comisiones, ruedas de prensa, visitas institucionales, encuentros oficiales con otros representantes públicos y privados o hasta la entrega de un premio. El sinfín de actividades que desarrollan de cara a la galería les hace estar muy presente a ojos de la sociedad, sí, pero también tienen una agenda más reservada y discreta que solo se incluye en el orden del día que manejan sus equipos internos.

En constante comunicación

Pradales siempre está localizable porque siempre va con seguridad; y Goia debe avisar si se marcha fuera de Donostia

Desde Lehendakaritza, sin ir más lejos, destacan que la agenda de Pradales es muy transparente, pero también hace mucho trabajo de puertas para dentro. En su despacho. Tareas que no se ven pero que son igual de necesarias para que el engranaje del Gobierno Vasco marche a la perfección como, por ejemplo, las reuniones que mantiene de manera asidua con los consejeros que componen su gabinete. El jefe del Ejecutivo autonómico a veces también aprovecha para mantener breves encuentros fuera de cámaras cuando realiza una visita oficial. Y siempre que puede, según señalan las mismas fuentes, las comidas de trabajo las hace dentro de las instalaciones de Lakua o Ajuria Enea. Aunque no suelen ser habituales. ¿Y siempre se conoce su ubicación? «Siempre».

El motivo es bastante sencillo: por pura seguridad. Tras el 21-A, la Ertzaintza asignó una seguridad especial a Pradales para garantizar su integridad física. Y son dos los motivos que hubo detrás de aquella decisión: porque estaba claro que se iba a proclamar como nuevo lehendakari y porque ya en campaña sufrió un ataque con un espray de gas pimienta. Desde entonces, cuenta con escoltas oficiales dependientes del Departamento de Seguridad, con agentes de élite conocidos como 'berrozis'. Y eso le lleva por obligación a estar siempre localizado porque, básicamente, siempre va acompañado.

Lo que no se ve

El caso de la diputada general de Gipuzkoa es similar: «Siempre está localizable: desde las 6.00 hasta las 23.30 de la noche está en constante comunicación y responde a los 'whatsapp' inmediatamente, 'full time'», explican en el equipo de Mendoza. Y es que tanto ella como sus colaboradores más estrechos llevan encima incluso baterías auxiliares para cargar el teléfono en caso de necesidad. «Un móvil no se puede morir», señalan.

Además de sus conocidas actividades públicas, la diputada general cuenta también con esa agenda de carácter privado. Y se sustenta en dos patas: la proactiva, es decir, la que busca la propia Diputación para reunirse con diferentes agentes en interés de las necesidades de Gipuzkoa, desde responsables económicos, deportivos, culturales, institucionales, sociales... Y otra, para atender las peticiones de reunión de asociaciones de mujeres o jubilados, por poner solo dos ejemplos. De hecho, en lo que va de legislatura Mendoza ha mantenido ya 48 encuentros con alcaldes y ha celebrado 104 reuniones privadas en las que ha tomado parte la ciudadanía. Además, ha visitado 60 localidades y 46 empresas, y ha mantenido hasta 109 citas con empresas tractoras del territorio.

Reuniones discretas

Mendoza ha mantenido 104 encuentros privados en los que han tomado parte los ciudadanos

De la misma manera, Goia también tiene ese segunda agenda de la que muchas veces no se da cuenta por protección de datos, ya que el alcalde de Donostia mantiene encuentros con ciudadanos anónimos. Además, existe un trabajo interno que no sale a la luz, como las reuniones ordinarias del día a día en el ayuntamiento. Según señalan los medios consultados, además, Goia no es muy dado a las comidas de trabajo: «No suele ser partidario de despachar asuntos en una mesa; solo acude si es invitado en condición de su cargo institucional, y no suele ser lo más común», explican. Además, lo normal es que el regidor donostiarra siempre vaya acompañado de un miembro de su equipo, bien sea su responsable de comunicación, un miembro de su gabinete o el chófer del consistorio; por lo que también sería prácticamente inviable que estuviera 'desaparecido' y sin que se pudiera contactar con él en caso de emergencia. Eso sí, y por obligación legal, Goia tiene que comunicar siempre si se ausenta de la ciudad, ya sea por trabajo o porque se va de vacaciones fuera de Donostia. En ese caso, la máxima autoridad de la ciudad pasaría a ser la teniente de alcalde, en este caso Nekane Arzallus.

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