«No habrá más olvido ni más silencio sobre las torturas»

El Gobierno Vasco reconoce a 35 víctimas de abusos policiales en un sencillo pero emotivo acto. «Todas sabemos lo que sufrimos, ahora ya podemos poner nombre a lo que pasó»

Sábado, 26 de junio 2021, 15:01

«Todas sabemos lo que sufrimos, ahora se cierra un círculo porque ya podemos poner nombre a lo que pasó». ¿Y dejarlo definitivamente atrás? «Eso nunca va a poder ser, yo a veces aún miro si me sigue alguien por la calle, las secuelas psicológicas ... ahí quedan». El Gobierno Vasco ha reconocido oficialmente la mañana de este sábado en Bilbao a 35 víctimas de abusos policiales registrados durante el franquismo y la transición en un sencillo y emotivo acto. Las que menos llevaban 35 años esperando el gesto. Las que más acumulan casi medio siglo de tormento hasta que ha llegado la reparación institucional. Hay un tercer grupo: las que no han vivido para verlo. Once de las personas homenajeadas ya han fallecido.

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El Ejecutivo autonómico ha elegido una fecha señalada, el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, para poner nombre y apellidos a la labor que viene realizando desde que el Parlamento aprobara en 2016 la ley de abusos policiales que abre la puerta a dar amparo «legal, institucional, social, simbólico y moral» a las víctimas de la violencia de motivación política. Un decreto previo firmado por la consejería de Justicia cuando la lideraba la ahora vicelehendakari idoia Mendia ya permitió reconocer años atrás a las primeras 187 personas por incidentes ocurridos durante la dictadura. El abanico temporal se amplía con la nueva norma y la comisión de valoración creada tiene sobre la mesa un millar de solicitudes.

35 ya se han resuelto favorablemente. Es el caso de Felipe Suárez, funcionario de Correos que murió ametrallado por la Guardia Civil en Zestoa en 1976 . «Primero dispararon a la cabeza, luego se dieron cuenta de que habían cometido un error y se inventaron que se había saltado un control de carretera», relataba hoy su hija, Noelia Suárez. O el caso de Belén Matabuena, militante de colectivos antifranquistas natural de Balmaseda que sufrió vejaciones de todo tipo tras ser detenida en el 73 y el 75. «Nuestra autoestima crece ahora un poco, ha dicho, «pero que nadie olvide que la tortura existió y que fue cruel y salvaje».

Historias hay todas las que se quiera. La de Miguel María Azpillaga, herido por un policía de paisano en 1975 cuando repartía octavillas del Partido Comunista; la de Koldo Arriola, que murió aquel mismo año de un disparo en el cuartel de la Guardia Civil en Ondarroa. Y la de Idoia Ayerbe, Juan Ramón Arreche y Manuel Vizcay, que acompañaban a Mikel Zabalza cuando fue torturado hasta la muerte en Intxaurrondo en 1985. El reconocimiento del propio Zabalza está pendiente de unos últimos trámites.

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Los propios miembros de la comisión de valoración, que preside la jurista Juana Balmaseda, han recordado los últimos días algunos de los relatos recogidos. «Ataron al detenido a una litera y fue golpeado con una especie de fusta que los propios guardias civiles denominaban 'picha de toro', hasta que ambas plantas de los pies terminaron completamente moradas (...) le introdujeron la cabeza en el váter (,,,) le colocaron una almohada en la cara (...) le quemaron la oreja con una cerilla, y recuerda la presencia de un perro grande que, en palabras de la víctima, me daba más miedo que ellos todavía».

Algunas de las víctimas no han podido contener hoy el llanto. «Para vosotros palabras tan simples como 'bolsa', 'bañera', 'pato', 'rueda' o 'quirófano' adquirieron una doble y traumática significación», ha lamentado hoy la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal antes de entregarles, uno a uno, los dictámenes acreditativos, que también abren la puerta a indemnizaciones que pueden llegar a los 350.000 euros según la ley. «Fuisteis víctimas de una violencia injusta y luego sufristeis otro dolor: la negación y la estigmatización», ha añadido Artolazabal antes de proclamar que «no habrá más silencio ni más olvido» en Euskadi respecto a las torturas.

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El PP no asiste

El acto de hoy, que llevaba por título 'Verdad, memoria y reconocimiento, garantía de reparación' supone solo un primer paso ya que el Gobierno vasco planea organizar un gran homenaje a las víctimas de abusos policiales cuando resuelva todos los expedientes pendientes. A la cita han acudido representantes de todos los partidos políticos representados en el Parlamento vasco excepto PP+Cs y Vox. La coalición de conservadores y liberales ya expresó hace varios días sus dudas sobre los reconocimientos al advertir de que en muchos casos no existen sentencias judiciales que avalen su relato. T ampoco ha estado presente ningún otro miembro del Gobierno aparte de Artolazabal y su equipo por «motivos de aforo». Ha podido verse a la vicelehendakari Mendia, aunque en calidad de representante del PSE.

Las que sí estaban eran las víctimas. O sus familias. «Nos intentaron anular física y mentalmente», ha evocado Inés Barayazarra, detenida y torturada en Bakio entre el 72 y el 75. «Que los malos recuerdos sirvan para hacer el bien en el presente y en el futuro».

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