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Violencia o tumulto, orden constitucional u orden público, rebelión o secesión eran las disyuntivas entre las que tenía que optar el Tribunal Supremo. Se ha inclinado por las segundas de la serie. La decisión tiene transcendencia jurídica y conceptual, aun cuando algunos hayan visto en ... ella un modo sutil de encajar, a cambio de la unanimidad, penas en tipos delictivos como en un lecho de Procusto. A los efectos del ciudadano de a pie no habría habido, sin embargo, diferencia alguna, si el Tribunal hubiera optado por la primera alternativa. Orden constitucional y orden público, aunque conceptualmente diferentes, son ideas abstractas que remiten a contenidos prácticos parecidos en la vida diaria del ciudadano. De enumerarlos van estas líneas.
El orden público no se agota en la tranquilidad cívica que fue momentáneamente perturbada por las algaradas callejeras que se produjeron en Cataluña los días 20 de septiembre y 1 de octubre de 2017 y en las que el Supremo basa su sentencia. Tiene el sentido más amplio y profundo de paz social o convivencia ciudadana. Se acerca así al orden constitucional. Su violación no atenta sólo contra un bien jurídico abstracto, sino que afecta también, y sobre todo, a la vida cotidiana del ciudadano. Y es que no otra cosa que honda perturbación de la vida social fue lo que produjo la conmoción que, originada en Cataluña el otoño de hace dos años, se extendió a todo el país y más allá de sus fronteras.
Los días 6 y 7 de septiembre de ese año se pisotearon, por ejemplo, los derechos parlamentarios de los representantes de media población catalana, que fue gravemente herida en sus sentimientos de pertenencia y degradada a ciudadanía de segunda en su propio país. Se produjo una fractura de difícil arreglo. Miles de empresarios tuvieron que expatriar las sedes de sus empresas por temor a la incertidumbre creada. En el resto de España, brotaron sentimientos de inquietud, temor y animadversión. Se trastocó incluso el orden político establecido y se incrementó la inestabilidad con el surgimiento o el fortalecimiento de populismos que, sin tal perturbación, no habrían tomado forma o adquirido la pujanza que adquirieron. El crédito de un país se puso en entredicho para escarnio ante todo el mundo. Esto es, y no una idea abstracta, el orden público que la sentencia cree violado por quienes ayer fueron condenados a penas acordes con la gravedad de sus delitos.
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