Secciones
Servicios
Destacamos
Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, reclamó ayer a Nicolás Maduro que enseñe todas las actas de las últimas elecciones pra demostrar si ha ganado o no «limpiamente» los comicios, celebrados el 28 de julio. Su movimiento ahora refleja un giro en la posición ... de la izquierda soberanista, que había felicitado a Maduro con un 'Zorionak' tras autoproclamarse vencedor y que reclama una salida dialogada ante el enconamiento de la situación y el riesgo de ruptura civil. Las ondas de la crisis de Venezuela –cuya asamblea legislativa chavista debate la ruptura total de relaciones con España tras la declaración del Congreso de reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo– han llegado con fuerza a Euskadi.
Emergen dos visiones antagónicas sobre el conflicto, que encona el choque entre el PNV y EH Bildu y que aleja la posibilkidad de un puente conciliador. El primero, abiertamente comprometido con la oposición a Maduro, que denuncia el 'autoritarismo del régimen', y cuyo voto ha sido clave para decantar la mayoría en el Congreso que ha hecho posible el reconocimiento a González Urrutia como presidente electo.
Lo que iba a ser una declaración simbólica no ha sido tan inocua. En EH Bildu, que envió una delegación en el marco de unos observadores internacionales, no se oculta el malestar con el PNV, al que afean por alinearse con el sector más ultra de la oposición al régimen, que no quiere una salida negociada al conflicto. Diana Urrea, parlamentaria de EH Bildu y que encabezaba esa delegación, pidió ayer rebajar la tensión en busca de un proceso de diálogo que no se vislumbra en el horizonte. Otegi, rechazó ayer la 'injerencia' en Venezuela, criticó el alineamiento del PNV «con el PP y Vox» y pidió ayer una salida dialogada. Un giro respecto a la posición inicial, basada en admitir su victoria y felicitarle por la misma en las redes sociales.
El enfrentamiento está servido en bandeja. Ortuzar, y el propio lehendakari Imanol Pradales han sido muy duros con el atrincheramiento del régimen de Maduro. Desde EH Bildu, la corriente mayoritaria liderada por Sortu ve con buenos ojos el sistema de 'poder popular' heredado de Chaves y sostiene que el problema de los jeltzales es que su histórica influencia en la colonia vasca de Venezuela –alineada con la oposición de forma mayoritaria– está menguando fruto del relevo generacional. Los nietos de aquellos vascos que viajaron a Caracas en los 'años dorados' hoy regresan a Euskadi en busca de un futuro mejor.
Dirigentes de la coalición soberanista mantienen una fluida relación con la cónsul general de Venezuela en Bilbao, Gemma Cabello, que es la hermana de Diosdado Cabello, el número dos tácito del régimen, actual ministro del Interior y uno de los representantes de la línea dura.
El horizonte es preocupante. La amenaza de sanciones internacionales vuelve a planear y ensombrece las tímidas expectativas abiertas por el acuerdo de Barbados, que exploraba las posibilidades de una transición hacia la democracia. El dilema es explícito: o se camina hacia una nueva dictadura, como en Nicaragua, o se abre la puerta para convocar a medio plazo nuevas elecciones. El socialista Ramón Jáuregui, que trabaja en la cooperación con América Latina, fue gráfico hace unos meses: «Tienen asumido que un día perderán el poder, pero también que elegirán quién es gana».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.