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EH Bildu ha vuelto a cerrar las puertas a la reforma fiscal y su portavoz en el Parlamento Vasco, Pello Otxandiano, ha señalado este martes en el Fórum Europa-Tribuna Euskadi que su partido no propiciará ni en Gipuzkoa ni en Araba -territorios en los ... que los Gobiernos forales tienen minoría y requieren de socios- la aprobación de la norma económica propuesta por el PNV y PSE. Una propuesta que, en opinión de Otxandiano, «merma la recaudación, insiste en los errores cometidos en 2008, tiene similitudes con el modelo madrileño y plantea tapar los agujeros de políticas públicas fallidas».
Otxandiano ha vuelto a poner el foco en la ponencia fiscal que su partido aprobó en las Juntas Generales de Gipuzkoa junto a PNV y PSE, pero ha dicho que «luego vino un acuerdo entre jeltzales y socialistas que solapó ese pacto». «Los elementos de lo que podría ser una reforma fiscal consensuada y pactada ya están y nosotros hemos mostrado en todo momento nuestra voluntad de acuerdo entre diferentes, pero después han pisado el acuerdo de las Juntas de Gipuzkoa», ha explicado.
Así, ha señalado que el rechazo en Gipuzkoa se puede extrapolar al resto de territorios -sobre todo a Araba, donde el Gobierno foral tampoco cuenta con la mayoría absoluta y requiere de un socio para aprobar la reforma fiscal- y ha apuntado que «en la era de la inteligencia artificial no tiene mucho sentido que este país tenga tres haciendas. Desde el punto de vista de la eficiencia de la gestión pública y desde el punto de vista de la racionalidad de los recursos públicos». Así, ha subrayado que «la fiscalidad tienen que estar armonizada, porque no puede haber 3 diferentes en un territorio de 2 millones de habitantes».
El líder parlamentario de la izquierda independentista ha dicho que «ante la evidencia de que el contrato social ha fallado y de que años de políticas neoliberales han causado graves consecuencias, son cada vez más las voces que reclaman un nuevo paradigma». Cosa que, según Otxandiano, es «difícil en la actualidad, ya que no se dan las condiciones» con la reforma fiscal planteada por jeltzales y socialistas.
Frente a «las ya cuestionadas previsiones macroeconómicas que quedaron manifiestas en el debate presupuestario», ha dicho, «se escuchan discursos institucionales autocomplacientes», que Otxandiano ha calificado como «política placebo». Y ha propuesto ser «radicalmente realistas, siendo la honestidad el elemento fundamental a la hora de asumir cuál es la capacidad de incidencia real de este país -que, desgraciadamente, no es un estado- en el contexto actual».
«Como alternativa al fracasado modelo neoliberal», Otxandiano ha reivindicado la necesidad de «centrar la mirada y la energía en el país». «Es imprescindible un punto de encuentro sólido y compartido entre las diferentes tradiciones políticas»,porque cree que «este proyecto de país se debe basar en el reconocimiento nacional del pueblo vasco, con un nuevo autogobierno, y en la superación de las políticas neoliberales».
Y ante esto ha propuesto «modernización del sistema institucional mediante la inteligencia artificial para mejorar eficiencia y eficacia; transformación educativa y el fortalecimiento del sistema de conocimiento, con mayor inversión en investigación e innovación; nueva política lingüística y la articulación de un sistema comunicativo nacional que promueva el euskera y refuerce la identidad cultural; política industrial proactiva basada en colaboración público-privada, con énfasis en la sostenibilidad y el arraigo territorial; redefinición sociosanitaria, con sinergias entre sanidad pública y sistema público de cuidados; Política de vivienda proactiva, con un amplio parque de vivienda protegida para alquiler y intervención del mercado y Planificación territorial transicional enfocada en sostenibilidad energética».
Otxandiano ha asegurado que tras cumplirse «los peores presagios, Donald Trump es presidente de los EEUU y capitanea una internacional reaccionaria de la mano de la plutocracia tecnológica». En ese sentido, ha afirmado que «esto ha hecho tambalear las esperanzas y expectativas de sectores de la Unión Europea que veían en una posible administración demócrata la oportunidad para reflotar el proyecto europeo».
También ha abogado por culminar la actual legislatura estatal ante la existencia de una «revolución de la extrema derecha a nivel mundial, que está operando con todas las estrategias y herramientas a su alcance para tumbar el Gobierno de Sánchez». Además, ha llamado a hacer una reflexión porque «hay determinados partidos políticos de derecha, Junts evidentemente, pero también el PNV», que contribuyen «más de lo necesario» a la «inestabilidad» del Ejecutivo del PSOE y Sumar.
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