Pablo García, asturiano de 28 años, acaba de publicar el libro 'ETA y la conspiración de la droga'. Nuria gonzález

Pablo García: «Las 43 víctimas que ETA vinculó con la droga han sido ignoradas en Euskadi»

historiador ·

«La mitad de las personas contra las que la banda atentó por este motivo no tuvieron nada que ver con la heroína»

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Jueves, 21 de enero 2021, 06:37

Pablo García Varela (Oviedo, 1992), acaba de publicar el libro 'ETA y la conspiración de la droga', basado en su tesis doctoral en Historia Contemporánea ... por la UPV/EHU. Un estudio que busca sacar a relucir una realidad que, según denuncia, ha pasado desapercibida en la sociedad: la de una organización terrorista que situó en su diana a personas supuestamente relacionadas con el tráfico de heroína.

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–¿Esta es una de las partes de la historia criminal de ETA más desconocida y menos estudiada?

–En general, sí. En los últimos años se han abierto nuevas vías de investigación para analizar determinados colectivos de víctimas que no han sido estudiados en profundidad, pero estas personas y los confidentes son dos grupos que, en general, han pasado relativamente desapercibidas por el perfil de la víctima.

–ETA asesinó a 43 personas por su presunta vinculación con el tráfico de drogas, según su tesis. ¿Han caído en el olvido?

–La mayoría, sí. Hay muy pocos reconocimientos o actos que se hayan hecho exclusivamente para estas víctimas. O simplemente que se hable de ellas, que también es parte importante del proceso de recuperación de la memoria. Son víctimas que, muchas de ellas, no tenían absolutamente nada que ver con la droga, pero la mancha que dejó ETA en estos atentados les dejó marcadas. Relacionarles con la heroína era como una losa y les convirtió en un problema para los partidos políticos, que no supieron mostrar el respeto debido a las víctimas y sus familias, y que fueron ignoradas por la sociedad vasca ante la falta de iniciativa de las autoridades.

–¿Hoy siguen siendo ignoradas?

–Covite ha intentado que se hagan más cosas con estas víctimas. Y también desde las instituciones públicas y partidos se están dando pasos en los últimos años para que no solo se hable de determinadas víctimas, sino que se tenga en cuenta a todas.

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–¿Cree entonces que hay víctimas de primera y de segunda?

–Sí. Es evidente. Hay víctimas que tienen un mayor reconocimiento social por el papel que jugaban antes de ser asesinadas o por el papel que luego han tenido las familias en ese proceso de recuperación de la memoria. Y hay otras que directamente han pasado desapercibidas totalmente. Si cito alguna de estas víctimas en un grupo de 100 personas en el País Vasco, es difícil que sepan concretamente quién es.

–¿Y qué fundamento existía para sostener las acusaciones que ETA vertía contra estas personas?

–De las víctimas que yo he estudiado, la mitad de ellas no tenían absolutamente nada que ver con las drogas. Algunos eran hosteleros que, por rumores que se extendieron, fueron acusados por la banda de estar metidos en el mundo de la heroína. Y luego hubo otros que sí tenían una relación directa con la droga, pero en la mayoría de casos eran consumidores. Solo bastaba con que ETA dijera que estaban vinculados con la heroína para que sus bases considerasen que esto era así, aunque luego no haya ninguna prueba judicial ni vínculo directo.

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«Hay casos documentados de miembros de la organización que tuvieron problemas con la heroína, el hachís y el cannabis»

–¿Qué razones impulsaron entonces a la banda para llevar a cabo estos asesinatos?

–La más importante es que ETA se quería presentar como un adalid de la juventud vasca. Es decir, la organización terrorista era la única que se erigía contra la heroína y que de verdad protegía al pueblo vasco de las estrategias del Gobierno español por intoxicar al pueblo vasco con heroína.

–¿Y cuánto hay de cierto alrededor de estas razones que esgrimía ETA para tratar de justificar sus acciones?

–Lo primero para saber que esto no ocurría así es que la crisis de la heroína no pasó únicamente en el País Vasco, sino en otras regiones de España y también en Europa. Segundo, hay factores sociales y sanitarios que explican por qué hubo una mayor incidencia de consumo en el País Vasco que en otras regiones.

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–¿Por ejemplo...?

–Por ejemplo, la incapacidad de actuación de las Fuerzas de Seguridad. Además, habría que tener en cuenta que todas estas supuestas pruebas que la izquierda abertzale ha adquirido durante muchos años para acusar al Estado de introducir heroína en el País Vasco nunca se han probado judicialmente. Lo que sí se sabe es que había un foco de corrupción importante en el cuartel de Intxaurrondo relacionado con la guerra sucia, y puede que también con el contrabando de tabaco.

–¿ETA favoreció el consumo de heroína en Euskadi por la imposibilidad de que los agentes pudieran trabajar con garantías?

–Es uno de los factores que pudo tener influencia porque el terrorismo impedía de una forma notable la capacidad de actuación de la Guardia Civil o la Policía Nacional. Había determinadas zonas en las que no actuaban. Pero también habría que tener en cuenta la estructura de la cuadrilla. El País Vasco en los años 70-80 tenía una de las tasas de alcoholismo más elevadas de toda España, un factor determinante a la hora de que se inicie en el consumo de otras drogas.

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–¿ETA predicaba con el ejemplo o existía el consumo entre los integrantes de la banda?

–Hay casos documentados de algún miembro de la banda que tuvo problemas con las drogas y, concretamente, con la heroína. Luego tuvieron problemas con el hachís y con el cannabis. Es un poco contradictorio para su discurso...

–También se ha dicho que ETA traficaba para su propia supervivencia económica. ¿Es cierto?

–Aquí también hay mucho mito. No hay pruebas actuales para decir que ETA utilizó el narcotráfico para lucrarse directamente, pero sí formó parte de toda su estructura. Por ejemplo, está el caso de una muga que utilizaba ETA para pasar matrículas en la que encontraron un cargamento de hachís. Entonces, hay que plantearse hasta qué punto ellos también fueron partícipes de este mercado negro y lo favorecieron.

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