![Los peones del tablero de la campaña](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202102/16/media/cortadas/ivan-knwE-U130542373400zYE-1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
![Los peones del tablero de la campaña](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202102/16/media/cortadas/ivan-knwE-U130542373400zYE-1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Salvador Illa incluía expresamente al donostiarra Iván Redondo, director de gabinete de Pedro Sánchez, entre los agradecimientos por su victoria en la noche electoral del pasado domingo. Y es que Redondo ha jugado un papel clave junto al núcleo duro del PSOE ... y, lógicamente, la dirección del PSC, en una campaña que hace dos meses nadie se podía imaginar. La sala de máquinas del núcleo duro ha echado humo hasta el último minuto. El cava, catalán, que se descorchó era un revelador botón de muestra la noche electoral en la sede del PSC.
El papel de Iván Redondo, entre bambalinas, ha sido determinante en la campaña de Illa sobre la base de una idea muy básica: ambición frente al declive y la decadencia de la década del procés, Cataluña debe propiciar el reencuentro consigo mismo, pero también con España. «España quiere a Cataluña y Cataluña quiere a España, este es el reencuentro». Inteligencia emocional para reconstruir los puentes rotos en una sociedad muy fatigada, que ha perdido empuje económico y en la que hay que suturar una ruptura emocional alimentada por los errores políticos y la incomunicación de los últimos años.
Iván Redondo ha permanecido en Barcelona desde el pasado miércoles, una vez superada su etapa de aislamiento como contagiado positivo de Covid, asintomático, lo que le ha obligado a cancelar su agenda oficial de trabajo pero a estudiar papeles en casa. Muchas horas de lectura en un momento en el que el equipo de Illa pedía análisis sobre el día a día para examinar los 'imputs'. «Hace tres meses nadie contaba con nosotros, estamos muy contentos de llegar a la final, ha sido una campaña para disfrutar», señalan en su entorno.
El guion de campaña de Salvador Illa encerraba claves que los socialistas catalanes han convertido en un mantra. Al candidato socialista le aconsejaron desde el primer momento que fuera él mismo, que no intentara fabricarse un personaje, y que no se dejara amilanar por el 'todos contra Illa'; es decir, que pasara al ataque. Su primer mensaje lanzado desde el minuto es que sus rivales habían pasado del 'todos contra Illa' al 'contra Illa vale todo'. El discurso apuntaba una idea con fuerza: la necesidad de pasar página.
El segundo capítulo del manual de la campaña es que su tono fuera propositivo. Illa recalcaba mucho que él no hablaba a los candidatos. «Hablo a los catalanes, con planes, proyectos y propuestas, con el año 2021 de la vacunación y la recuperación». El consejo es que fuera templado, sin ánimo de enredar, sin caer en las provocaciones, fuera del gallinero, y del ruido. Y es que una de las tesis de Redondo es que ese ruido es excesivo y que muchas veces se convierte en una cortina de humo.
El director de gabinete del presidente Pedro Sánchez es un apasionado de las campañas electorales y en esta ocasión ha disfrutado, a pesar de la complejidad de la aventura.
Una de las claves de la jornada era evitar un desplome de la movilización. Los deseos que se registraban en el cuartel general de los socialistas eran que la participación superase el umbral del 50% para evitar cualquier sombra de deslegitimación de los resultados. Se sabía que la abstención iba a ser elevada, que iba a castigar en especial a las mesas del cinturón industrial barcelonés. Pero también se vislumbraban otros datos. Que la rivalidad independentista era un factor a favor de Illa, que el candidato socialista había logrado la polarización y que, incluso, la apuesta de los secesionistas por vetar cualquier pacto de gobierno con el PSC era una inesperada baza final de la campaña que iba a provocar el hundimiento de Ciutadans y del PP en el espacio no nacionalista. Una serie de movimientos que han encajado al final con el puzle de las urnas del 14-F y que confirman que la política, sin ser una aritmética perfecta, encierra mucho de ciencia. La 'operación Illa' solo acaba de comenzar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.