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Plano, banal e inoportuno

ANÁLISIS ·

El discurso que el rey Felipe VI dirigió el miércoles a la ciudadanía fue la nota discordante en el ambiente de unidad que acababa de reflejarse en el Pleno

Domingo, 22 de marzo 2020, 07:23

A excepción de ese irreductible lote que a cada pueblo le toca en suerte del infinito número de necios, la gente ha asumido con notable rapidez y no menor disciplina las incómodas normas de comportamiento que la declaración del estado de alarma ha dictado. A ... muchos les habrá sorprendido en un país de individualistas e indisciplinados. Pero, por lo visto, ha funcionado esa mezcla de miedo y responsabilidad que, en tiempos de crisis, ha solido también imponerse entre nosotros. La gravedad de lo que explican los expertos y transmiten los medios, unida al efecto-imitación que ha causado la exitosa práctica de Wuhan, parece haber servido para convencernos de que somos nosotros los protagonistas de nuestra propia salud individual y colectiva, y que el confinamiento no es capricho de las autoridades, sino la única arma eficaz para librar esta que se ha llamado guerra contra la pandemia del Covid-19. ¡Ojalá miedo y responsabilidad duren tanto cuanto la crisis!

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