MIGUEL VILLAMERIEL
san sebastián.
Martes, 4 de enero 2022, 06:40
La aprobación del real decreto que debe convalidar la reforma laboral acordada entre el Gobierno central, la patronal y los principales sindicatos del Estado se ha convertido en el gran caballo de batalla de este inicio del año político, lo que da lugar a ... teorías realmente rocambolescas. Una de ellas apunta a una hipotética connivencia entre el PP, el PNV y ERC para tumbar la reforma en el Congreso. Fue puesta ayer sobre el tapete por el diario La Razón, que aseguró que el partido de Pablo Casado ha iniciado ya los contactos con ambos grupos nacionalistas para hacer un frente común. Fuentes del EBB se desmarcaron ayer con rapidez de esa improbable alianza, negaron haber mantenido contactos con el PP y aprovecharon para alejarse de cualquier hipotética operación que pudiera surgir en ese sentido.
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La última semana del año, el PNV ya se esforzó en poner distancia con el 'bloque del no' que lideraron inicialmente ERC y EH Bildu, y ahora se ve obligado a desmarcarse también de la opción ampliada que incluiría al PP. «A nosotros no nos ha llamado nadie, pero si lo hicieran para una operación así, sería en balde. No vamos a entrar en operaciones raras», subrayaban ayer desde Sabin Etxea. La ejecutiva jeltzale insiste en que su único reparo respecto a la reforma laboral presentada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es que se respete la especificidad del marco laboral vasco, que por el momento no está recogida en el texto. «Si se incluye esa condición, podríamos apoyar el resto de la reforma sin problemas», aseguran. Una posición más proclive al acuerdo que la que mantienen ERC y EH Bildu, que presionan al Gobierno de Pedro Sánchez por la izquierda, razón por la que el PNV decidió alejarse de cualquier 'bloque' desde el primer momento para mantener su voz propia en el Congreso.
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Fuentes jeltzales argumentan que en Euskadi existe un ecosistema industrial y sindical «muy diferente» al del resto del Estado, por lo que es «imprescindible» que esa singularidad se refleje en la reforma laboral. Además, recelan de las últimas afirmaciones de la patronal vasca, Confebask, en las que consideraba que el marco laboral vasco quedaba «salvaguardado» con esta reforma. El PNV prefiere verlo negro sobre blanco en el decreto.
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también incidió ayer en la necesidad de que la reforma laboral de Sánchez «desestatalice la negociación colectiva» para que su grupo pueda avalarla en el Congreso. Afirmó que está en manos de PSOE y Unidas Podemos evaluar si vale más el apoyo de la CEOE que el de «los socios que han venido apoyando al Gobierno». A su juicio, «la izquierda española» debe entender que «la plurinacionalidad se defiende y se ejerce respetando las diferentes realidades sociales, económicas y sindicales de las diferentes naciones del Estado» y apuntó que la manera en la que salga adelante la reforma laboral será una especie de «prueba del algodón» para la izquierda.
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Si los socios preferentes de Sánchez se mantienen reticentes a respaldar la reforma laboral en el Congreso, el PP dejó claro ayer que en ningún caso reconsiderará el voto en contra que ya avanzó Pablo Casado. El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, aseguró ayer que su formación será «consecuente» y «defenderá» la propuesta que aprobó en 2012, bajo el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
En un acto en Segovia que sirvió de aperitivo para la campaña de los comicios de Castilla y León, el portavoz de los populares también negó que su partido haya mantenido contactos con el resto del arco parlamentario para tumbar la reforma, incluidos los nacionalistas. «Vamos a votar en contra sin preocuparnos de lo que voten los demás, la votación del PP es por coherencia», remarcó, al tiempo que recordó que su partido lleva diez años defendiendo que la reforma laboral de Rajoy ha aportado una «cifra récord» en contratos indefinidos de mujeres y creado «millones de puestos de trabajo». «Votar en contra es lo mismo que votar a favor de una política que se ha considerado eficaz», zanjó.
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Maroto advirtió también que si otras formaciones como ERC o EH Bildu se alinean con el 'no', lo hacen por «motivos casi diametralmente opuestos» a los de su partido.
Por otro lado, el diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, cuya formación fue la primera en situarse públicamente en el 'no', desveló ayer que mantienen contactos con ERC y EH Bildu para hacer un «frente común» en contra de la «decepcionante» reforma laboral. Los nacionalistas gallegos reclaman que se derogue íntegramente la legislación aprobada por el PP.
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