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Vista general durante la sesión constitutiva del Parlamento Vaco, el pasado martes. EP
PNV y Bildu también polarizan en la edad de sus votantes

PNV y Bildu también polarizan en la edad de sus votantes

La coalición soberanista es la opción dominante entre los votantes de 18 a 59 años y disputa la hegemonía del PNV en la franja 60-69, mientras que los jeltzales se afianzan entre quienes superan los 70 años

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Sábado, 18 de mayo 2024, 02:00

Una vez escrutada hasta la última papeleta del 21-A, los partidos analizan con especial ahínco los resultados que arrojaron las urnas para, en todo caso, detectar los flancos donde poder encontrar un margen de mejora en próximas citas. Y, sin duda, las franjas de edad son un nicho donde las formaciones políticas suelen poner el ojo. ¿A quiénes votan los más jóvenes? ¿Y quienes han entrado ya en su plena madurez? ¿Por qué partido se decantan las personas de mediana y más avanzada edad? Pues bien, los comicios autonómicos han registrado un movimiento novedoso respecto a contiendas electorales anteriores, ya que EH Bildu ha ganado terreno en franjas de edad vinculadas históricamente con el PNV. ¿En cuál?

El sondeo postelectoral publicado por el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco ha tratado de arrojar algo de luz a estos interrogantes. Y aunque solo se trate de una muestra limitada –han sido preguntadas 900 personas, por lo que se trata de una fotografía aproximada– los resultados de la encuesta evidencian una tendencia en el comportamiento electoral de quienes se acercaron a las urnas en estos últimos comicios autonómicos. Y la primera conclusión del estudio demoscópico es bastante tajante: la gente joven se decanta más por EH Bildu, pero también las personas de mediana edad. Mientras que las personas que superan los 60 años se inclinan más por los jeltzales. Un choque generacional que se suma a la ya de por sí enraizada polarización que viven ambas formaciones y que quedó patente el pasado 21 de abril con el empate a 27 escaños.

Vayamos por partes. De las 900 personas interpeladas al respecto, el sondeo recoge las respuestas de 734 personas que han reconocido que fueron a votar. Y, según la encuesta, la coalición soberanista se impuso como la opción política predilecta entre los jóvenes de entre 18 y 29 años. En esta franja de edad, EH Bildu se llevó hasta el 53,25% de los 75 votos que recoge el estudio, aunque hay que tener en cuenta que este nicho poblacional es el más abstencionista: representan el 13% de electorado total y, de ellos, hasta un 55% decide quedarse en casa y no votar. En todo caso, la entente que ha encabezado Pello Otxandiano como candidato a lehendakari triunfó igualmente entre las personas de entre 30 y 39 años. Y así sucesivamente, y de manera muy novedosa, hasta la franja de edad de quienes rozan los 60 años.

Los votantes del resto de partidos que se presentaron el 21-A se han comportado de una manera más regular

Es justo ahí, en ese corte de edad, donde la encuesta da un leve vuelco y sitúa a la formación jeltzale, con Imanol Pradales a la cabeza, como el partido más votado el 21-A. Aunque EH Bildu también disputa ya al PNV la hegemonía en votos entre quienes tienen 60 y 69 años: 28,39% (PNV) frente al 27,10% (EH Bildu). Los jeltzales, en todo caso, se afianzan con holgura, y de manera muy significativa, entre quienes superan los 70 años. Aquí, el PNV se llevó hasta el 39,04% de las 146 papeletas que reflejan el sondeo en este tramo de edad. Los votantes del resto de partidos –PSE, PP, Elkarrekin Podemos, Sumar o Vox– se distribuyen de una manera bastante más regular.

Con estos datos generales sobre la mesa, DV ha querido pulsar la opinión de tres expertos para que contextualicen este escenario y expliquen el porqué de esta conducta electoral. La politóloga Eva Silván apunta que en el sondeo «se desmonta» la creencia de que la coalición soberanista solo es la opción prioritaria de los más jóvenes, ya que ocupa el primer lugar en la población de entre 18 y 59 años. «EH Bildu se ha convertido en una opción muy transversal», destaca Silván, ya que «ha conseguido penetrar sus propuestas incluso entre la población de 40 a 60 años». De ahí que la politóloga –que achaca al «desgaste en la gestión» y a la «necesidad de renovación de los partidos que gobiernan» los resultados obtenidos por el partido jeltzale– señale que el PNV «tiene un trabajo profundo que hacer de cara a renovar las bases del partido y la masa crítica que les puede apoyar». «Tienen que hacer un esfuerzo en hacer políticas públicas dirigidas a esa población para ser percibido como un partido merecedor del voto joven que ahora mira a otras fuerzas políticas». Y recalca: «El PNV ha sido la primera fuerza política en número de votos porque demográficamente es más relevante el peso electoral que ocupa la población de más edad por un claro envejecimiento de la sociedad vasca».

La fidelidad

Antes, señala Silván, la sociedad era mucho más fiel y tenía una vinculación «muy orgánica» con los partidos. Sin embargo, hoy en día existe una «ruptura de confianza» con la clase política, aunque las generaciones más mayores funcionen aún bajo el paraguas de esa 'lealtad'. «Por eso mismo el PNV no pierde voto en esas franjas de edad más mayores, porque no han modificado su manera de votar», resalta. Además, Silván hace otra reflexión. Esta vez, respecto al PSE. Los socialistas vascos, dice, también obtienen sus mejores datos en la población más mayor. «Sin embargo –destaca– obtiene mayor porcentaje de voto entre la franja de edad de 18 a 29 que entre 30 y 39 años». ¿Y a qué se debe? «El liderazgo de Pedro Sánchez está permitiendo rejuvenecer al electorado socialista y está conectando bien con la población más joven», asegura.

Braulio Gómez, doctor en Ciencias Políticas y Sociología y codirector del Deustobarómetro, destaca por su parte dos cuestiones: la primera, una fotografía «fija» que, dice, se ha venido repitiendo en las últimas tres contiendas autonómicas. «Los jóvenes votan más a EH Bildu, y ahora con mayor distancia aún del PNV después de haber absorbido mucho al votante de Podemos, y luego están los mayores de 70 años, cuyo espacio es mayoritariamente del PNV y en el que EH Bildu tiene muy poca penetración». «Estos comportamientos –resume– son los que menos han cambiado en la última década; es decir, las clases desocupadas que no están trabajando, tanto los estudiantes como los pensionistas, reflejan un comportamiento muy parecido en los últimos diez años». Sin embargo, Gómez resalta como segunda reflexión, y en la misma línea que Silván, «lo interesante de ver cómo ha ido avanzando transversalmente EH Bildu entre quienes tienen 45 y 65 años». «Aquí sí ha habido un cambio en los últimos cuatro años», asegura Gómez, que dibuja el perfil de este tipo de votante: «Clases ocupadas que tienen cargas familiares y laborales, y donde se acusa más el desgaste del Gobierno». De hecho, Gómez sostiene que, el hecho de que las franjas intermedias sean las que más han variado, ha provocado que «el reparto de apoyo electoral entre el PNV y Bildu les ha hecho empatar en escaños».

Además, según apunta el codirector del Deustobarómetro, «el electorado mayor es más emocional y todavía conecta el pasado en su relación con Bildu». Precisamente por todo ello, dice Gómez, el PNV está «mandando señales de cambio». ¿En qué sentido? «Poniendo caras nuevas». Primero, situando a Imanol Pradales como candidato a lehendakari, pero también al colocar a un jovencísimo Joseba Díez Antxustegi como portavoz del grupo parlamentario. «Es importante –apunta– que sean caras nuevas para que sea creíble que las políticas que van a desarrollar son nuevas y recuperar así el voto perdido en esas franjas de edad ahora ocupadas y que están descontentas con la gestión y con el desgaste del gobierno saliente». Respecto a la franja joven, sin embargo, «está complicado». «No se acierta en la tecla de los jóvenes en ningún país de Europa, tampoco EH Bildu ha logrado atraer a más abstencionistas», señala Gómez.

Ander Gurrutxaga, catedrático de Sociología de la UPV/EHU, también sostiene que es «indudable» que la gente joven que va a votar –«porque es el grupo con más grado de abstención»– se decanta más por EH Bildu. «Normalmente eligen opciones que, desde el punto de vista del votante, son más abiertas y tienen un mayor punto de radicalidad», explica el sociólogo. Aunque Gurrutxaga también puntualiza que, dentro de la franja de edad más joven, también hay un segundo grupo «que se identifica con quienes les ofrecen mayor seguridad y certidumbre», en este caso decantándose como segunda opción más votada por el PNV. «Lo que un joven pide es un marco de oportunidades para poder construir un itinerario vital de vida: un salario razonable, el acceso a una vivienda, una buena sanidad...», explica. Eso sí, Gurrutxaga también destaca que «las expectativas y las necesidades de cada uno van transformándose» a lo largo de la vida. Y, por ende, también el voto. «No es lo mismo estar soltero y buscar un empleo, que estar casado, tener dos hijos y pagar una hipoteca», ejemplifica. «La edad –manifiesta el sociólogo– va con partidos que te ofrezcan mayor seguridad y certidumbre, y lo que se pide es que las instituciones te traten bien; y ese tipo de requerimientos se trasladan a partidos como el PNV, que es una formación más insertada en este tipo de valores».

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