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El PNV va a vivir en su Asamblea General de este fin de semana un momento decisivo para reactivar la ilusión y recuperar el ... espacio perdido en los últimos años. Académicos y analistas hablan sobre la encrucijada del nacionalismo y coinciden en la necesidad de afrontar cambios de calado para adaptarse a una realidad cambiante.
María Silvestre Directora del Deustobarómetro
Para la directora del Euskobarómetro, María Silvestre, el relevo en la práctica totalidad de quienes integran el EBB del PNV no implica un cambio ideológico ni estratégico y tampoco responde exactamente a un cambio generacional, «pero sí supone una importante renovación de los cuadros directivos y sería bueno que aprovecharán esta oportunidad para trasladar un mensaje de innovación, cambio y adaptación a los nuevos tiempos».
En su opinión, el PNV necesita despegar electoralmente para distanciarse más de EH Bildu. «Para ello es necesario que sepa combinar la fidelidad del votante tradicional con la incorporación de votantes más jóvenes». A su juicio, necesita escoger bien cuáles van a ser sus luchas y cuáles los mensajes que quiere trasladar a la sociedad en este momento. «Debe posicionarse en los dos ejes ideológicos de nuestros sistema político: por un lado, definir cómo entiende el nacionalismo vasco y cómo concreta prácticamente su reivindicación nacional y aquí tiene una oportunidad para innovar políticamente; y por el otro, el eje izquierda-derecha. En este sentido, el relato construido en torno a la reforma del sistema fiscal foral ha dejado al descubierto que el PNV necesita afirmar su identidad ideológica como partido liberal o como partido socialdemócrata, o como una combinación de ambos, y definir cuáles son sus apuestas para el futuro en una sociedad que ha cambiado considerablemente. El compromiso por el sector público vasco (sanidad, educación, política social, etc.) es clave».
Jonathan Martínez Analista y escritor
El analista y escritor Jonathan Martínez, parte de un diagnóstico: el PNV está teniendo dificultades a la hora de encontrar su lugar en el nuevo tablero político vasco. Reconoce que «Ortuzar supo leer el cansancio electoral de las siglas cuando impulsó el relevo de Iñigo Urkullu». Sin embargo,«la llegada de Imanol Pradales no logró frenar del todo la tendencia descendente». Para Martínez, las bases han sabido leer la necesidad de un cambio interno pero han impulsado a una figura como Aitor Esteban, que pertenece a la misma generación y escuela política que Urkullu y Ortuzar.
Históricamente, el PNV ha querido transmitir una imagen de estabilidad y continuismo que no siempre encaja bien con los propósitos de renovación. Ahora se presenta el difícil reto de encantar de nuevo al electorado y recuperar el voto perdido o que se ha ido al final a la abstención».
Martínez sostiene que el PNV afronta ahora mismo dos desafíos: uno en clave ideológica y otro estratégico. «Que EH Bildu haya ocupado ya la mayor parte del espectro político progresista acentúa el peligro de que el PNV sea desplazado del espacio de centro y termine percibido como un partido netamente conservador», considera.
Ludger Mees Historiador
El historiador Ludger Mees –un investigador del nacionalismo vasco, coautor del 'Péndulo patriótico' que repasa la trayectoria de los jeltzales desde su fundación en 1895 – recuerda que en la historia de este partido «muchas decisiones importantes se han tomado en las asambleas y algunas de ellas han sido cruciales». Evoca la de 1908, en Elgoibar, en la que se constitucionaliza «y decide aceptar las leyes vigentes oficialmente» o la de Bergara en 1930, que consumó la reunificación entre el PNV y Comunión, o la de 1977 en Iruñea, «la primera después del fin del franquismo, donde queda ya claro que el PNV está dispuesto no sólo a volver a la legalidad sino también de colaborar en la reforma de Adolfo Suárez y no revolucionar el sistema». La última, en 1984, en Artea, le retira la confianza a Carlos Garaikoetxea y es el preámbulo de la escisión.
«La de este próximo fin de semana no va a ser menos importante aunque el contexto es completamente diferente: no hay una dictadura de por medio, no hay una crisis del gobierno, el PNV aparentemente está más o menos consolidado en el poder pero hay un contexto y unas circunstancias que le otorgan una importancia especial». En primer lugar, el contexto internacional muestra a la democracia liberal más amenazada que nunca. «El reto sería recuperar y fortalecer su viejo europeísmo de un partido que siempre ha sido europeísta... Tiene que apostar más fuerte todavía en el futuro a favor de Europa porque nuestro futuro viene precisamente muy ligado a reforzar el proyecto europeo». El segundo desafío, opina Mees, se deriva de la creciente desconfianza en la política y le obliga a entender los cambios en la sociedad y a adoptar nuevos estilos de hacer política para recuperar la confianza de los jóvenes mediante un cambio generacional de las élites políticas del partido. Como tercer reto, el PNV tiene que reaccionar ante el giro ideológico e identitario en la sociedad vasca. «El tema del independentismo moviliza menos y lo que se moviliza son cuestiones más bien de políticas sociales». Es decir, habrá que ver si el PNV afianza su perfil «en una socialdemocracia moderada que parece indicar el pacto fiscal con Podemos o quiere ir por otras vías». «Tiene que perfilar un factor diferenciador respecto a la izquierda abertzale, que está de lleno en una lucha por la hegemonía política», sostiene.
Eva Silván Politóloga
La politóloga Eva Silván cree que el principal desafío que tiene el PNV es recuperar la ilusión para recuperar su espacio perdido tras un proceso de declive acentuado en los últimos años en el que siente el aliento de EH Bildu en su apuesta por reconquistar la hegemonía política. Es un momento, opina, en el que el PNV se ha visto «descentrado o desnortado», han surgido en su seno miedos y contradicciones. Recuerda que el PNV ha vivido situaciones excepcionales en el pasado en las que también ha tomado decisiones especiales, pero existe un factor novedoso en el debate. Y es que el partido, según cree, «tiene que adaptarse a una sociedad vasca que ha cambiado mucho, que es más heterogénea y diversa y en la que, por ejemplo, tiene que hacer frente a un reto, el de la paridad entre hombres y mujeres, al que la renovación del EBB no ha dado una respuesta adecuada por los equilibrios internos». El cambio de liderazgo, en su opinión, constituye una oportunidad para la renovación. Le ayuda que Aitor Esteban es «quizá el mejor orador de Euskadi y del Estado».
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