El PNV traza una estrategia para confrontar con Bildu desde un nacionalismo de centro

Los jeltzales quieren confrontar directamente con el modelo de EH Bildu, pero también marcar distancias frente a la derecha del bloque PP-Vox. La apuesta es la centralidad vasca y la experiencia en la gestión. Sin extremismos. Sin populismos.

Los nacionalistas diseñan esta estrategia de centro en un momento en el que el debate sobre la seguridad y defensa del continente y la autonomía estratégica de Europa están a flor de piel. El PNV esquiva posicionarse en el eje clásico derecha-izquierda, que considera una simplificación de la complejidad de los actuales debates, pero no pone reparos en envolverse en la bandera de las activas políticas públicas. Tanto para invertir en la renovación del músculo industrial vasco como para extender las políticas sociales 'a la nórdica'. Su alineamiento ideológico con el Partido Demócrata Europeo, cree, le distancia de las posiciones neoliberales y conservadoras de partidos del centroderecha.

A su vez, el alejamiento del populismo le lleva a acentuar sus desmarques frente al 'intervencionismo' de EH Bildu, de la que no comparte su visión reticente ante el sector privado y su desconfianza ante los sectores que no controla ideológicamente. Para el PNV, de histórica tradición socialcristiana, la cooperación entre lo público y lo privado es el nuevo 'mantra'.

El diseño de esta estrategia condiciona también la elección del sustituto o sustituta de Esteban para la portavocía del PNV en el Congreso. De entrada porque los jeltzales miran de reojo, cada vez más, la creciente relación de confianza entre el Gobierno de Pedro Sánchez y EH Bildu. Los peneuvistas no ocultan que les gustaría tener un papel más influyente en Madrid y aspiran a reforzar su interlocución.

En cualquier caso, el PNV cree que este papel de EH Bildu en Madrid empuja a los jeltzales a intensificar su trabajo para visibilizar su protagonismo con Sánchez y poder combinar una exigente negociación con el Gobierno con su desacuerdo en determinadas cuestiones y un papel conciliador y constructivo en el terreno socioeconómico.

El próximo EBB hace una apuesta para que la dirección jeltzale aplique el esquema histórico del Grupo Vasco, una defensa de los intereses de Euskadi sin estar encuadrados en la dinámica de bloques. El PNV centrará su trabajo en la profundización del autogobierno vasco y el cumplimiento de los compromisos de investidura, entre los que se encuentran la culminación del Estatuto y un impulso a la plurinacionalidad del Estado, el establecimiento de garantías y a la apertura del debate sobre el modelo autonómico de España y sobre la ley de Claridad en la UE para los conflictos soberanistas. Para el PNV, que pueda alumbrarse ya un mínimo común denominador sobre el debate del autogobierno entre PNV, PSE y Bildu es un primer paso de gran alcance que, además, ve viable en torno al reconocimiento de la «realidad nacional vasca». El PNV quiere aprovechar la renovación del EBB para impimir a su política un fuerte acento europeísta en un momento de histórico cierre de filas.