«Euskadi es nuestro norte y nuestra prioridad. Euskadi y solo Euskadi», proclamó ayer el presidente del PNV. Y es que «conviene recordarlo», dijo, «porque si uno sigue esta precampaña parece que lo que se está votando es quién se sentará no sé cuándo en ... La Moncloa». Andoni Ortuzar aprovechó el acto de presentación de candidaturas de la formación jeltzale en Vitoria para reivindicar al PNV como «la única opción seria y realista» en el País Vasco. «Ni el PP de Casado con su procónsul Iturgaiz, ni el Podemos de Iglesias con su camarada Gorrotxategi, ni las promesas de Pedro Sánchez para aupar a su delegada Mendia, ni una izquierda abertzale con una crisis de identidad tan grande que su única obsesión es quitar al PNV», espetó.
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En un acto en el que también tomaron la palabra sus tres cabezas de lista, Iñigo Urkullu (Álava), Leixuri Arrizabalaga (Bizkaia) y Bakartxo Tejeria (Gipuzkoa), Ortuzar no dejó títere con cabeza. Primero cargó contra el PP, cuyo líder nacional visitaba Santurtzi para arropar a su candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz. A él se refirió precisamente. «Tiene palo y tentetieso a su ejecutiva de aquí, nombrando a dedazo limpio a sus candidatos y candidatas por orden de cercanía al muro de la extrema derecha», expresó, en alusión a la crisis interna que azota a los populares en Euskadi y que ha acabado en la dimisión de Alfonso Alonso. «Casado nos ha llamado supremacistas», añadió el líder del EBB. «Entonces, ¿qué son ellos, que siempre han usado la fuerza y abusado de la ley para tenernos atados? ¿Cómo se llama a eso, señor Casado?».
Repartió «a la derecha» Ortuzar, pero también a la izquierda. Empezó por la candidata de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, cuya «prioridad», reprochó, es «quitarnos el Gobierno porque no somos dignos de estar ahí». «Nuestros votos valen para que su líder político pasee el maletín de vicepresidente, pero no podemos estar al frente del Ejecutivo vasco, aunque tripliquemos o cuatrupliquemos su número de votos», replicó. «Si en Euskadi no podemos, en Madrid tampoco», remarcó. También lanzó dardos a su socio, el PSE, y a EH Bildu. Dijo a los socialistas que la formación jeltzale «no se enreda en banderas» porque «solo tiene una: la ikurriña». «La desplegamos y la defendemos», proclamó, arengado por la militancia congregada en el Palacio Europa. Más duro fue con la izquierda abertzale, a quien criticó que quiera ser «la casa común de las izquierdas vascoespañolas y para ello acepte en su seno hasta a antiguos gobernadores civiles».
Frente a las encuestas favorables, el líder del EBB llamó a la «movilización». Y lo hizo con un «objetivo ambicioso» en la cabeza: lograr un representante más por cada territorio. Recordó, en este sentido, que «por un puñado de votos» su partido se quedó hace cuatro años sin el escaño 29 en el Parlamento Vasco.
Urkullu arrancó su discurso haciendo alusión al derrumbe en el vertedero de Zaldibar y la crisis por el coronavirus. Consciente de están siendo «semanas complicadas», Urkullu aseguró sentirse «fuerte, comprometido e ilusionado», una afirmación que despertó el aplauso de los asistentes al acto. Aseguró el lehendakari que hará una «campaña limpia» y defenderá una Euskadi «plural y diversa». Buscará, afirmó, el «acuerdo entre diferentes, frente a quienes «pretenden construir este país en solitario o poniendo vetos a los demás o entendiendo la política como un permanente enfrentamiento».
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