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Sayas y Adanero, en marzo, tras presentar su plataforma cívica . EDUARDO SANZ/ E. .P
Primer baile de fichas en el rompecabezas navarro

Primer baile de fichas en el rompecabezas navarro

Maniobras ·

El PP 'ningunea' a Esparza y busca una oferta electoral que incluya a Adanero y Sayas en las elecciones de primavera de 2023

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 18 de agosto 2022, 06:52

El tablero del centro derecha navarro ha comenzado a moverse en las últimas horas. Desde el PP se han lanzado los primeros avisos para navegantes a la hora de no dar por hecha la continuidad de la coalición Navarra Suma, que agrupa a UPN, a los propios populares y a Ciudadanos. El mensaje ha sido inmediatamente captado por Unión del Pueblo Navarro, que necesita preparar su apuesta de cara a los comicios con una mirada puesta en el objetivo prioritario: un proyecto renovado, que aspira a recuperar el poder al frente del Gobierno foral en manos en la actualidad del tripartito PSN-Geroa Bai-Podemos. Y que tiene el respaldo externo de EH Bildu a la hora de sacar adelante los Presupuestos.

En el seno de la política navarra se interpreta este mensaje del PP como el descubrimiento del velo. Se revela ahora una estrategia que pasa por 'ningunear' a José Javier Esparza, el líder de UPN al que algunos en el centroderecha les gustaría ver fuera de juego para agrietar las contradicciones internas en la formación navarrista. A UPN se le está haciendo especialmente dura su travesía en el desierto una vez desalojado del poder. Las maniobras pasan ahora por desestabilizar a UPN y forzar una nueva coalición de centroderecha que recupere el peso del PP.

Detrás de estos movimientos se intuye mar de fondo. Pocos dudan en Navarra de las pretensiones de los tránsfugas expulsados de UPN, los diputados Sergio Sayas y Carlos García Adanero, de presentarse con una plataforma propia que iría en alianza con el PP a las próximas elecciones forales y municipales. Nadie duda que los populares alientan en el fondo esa jugada, pero otra cuestión es que resulte viable formalizar a tiempo esta pretensión y que cristalice en los próximos meses. Buscar candidatos en los municipios no resulta sencillo a menos de un año.

El giro navarrista

Otro factor que está en juego es el intento de UPN de abrir algún tipo de grieta en el Gobierno de Navarra y, por ende, de interlocución con el PSN. Después de dos años de desgaste frontal de sesgo identitario –basada en una acusación frontal de 'vender' Navarra a los nacionalistas– Esparza intenta dar un suave giro navarrista más diferenciado respecto al PP, quizá porque ese relato tremendista está demostrando también sus límites. Y porque la única posibilidad que tiene la derecha navarra de recuperar el poder es hacerlo de la mano del PSN, que debería romper primero su alianza con los nacionalistas. En Geroa Bai Socialberdeak, de hecho, están con la mosca detrás de la oreja. No es que la coalición presidida por la socialista María Chivite haya funcionado mal. Ha funcionado, de hecho, mejor de lo que en un principio se pensaba. Pero los chispazos han comenzado a saltar. Los dos socios del Gobierno foral reconocen en privado que no es oro todo lo que reluce, que el factor que puede suscitar un serio problema interno es el del euskera en la función pública. Es la cuestión más sensible. María Chivite ha intentado desde un principio que se rebaje la tensión identitaria. La guerra de bloques que atenazaba hace años el rompecabezas navarro ha bajado mucho de temperatura. Pero en política no hay casi nada escrito y el baile de fichas acaba de empezar.

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