El proyecto de Díaz encara su asamblea decisiva con una futura dirección bicéfala

La organización estará dirigida por un liderazgo bicéfalo formado por un hombre y una mujer o por dos mujeres, que no serán necesariamente los aspirantes a encabezar una candidatura a las generales; y con la voluntad de establecer alianzas electorales con otros partidos, pero sin condicionantes previos, sin aspirar ya a ser la nave nodriza de la izquierda y con la posibilidad de celebrar primarias, uno de los «agravios» que precipitó la ruptura con Podemos y azuzó la desconfianza de otras organizaciones, como IU o Más Madrid.

Estaba previsto que el cónclave se celebrara el 14 y 15 de diciembre. Pero el escándalo provocado por la dimisión, dos meses antes y forzada por las acusaciones por parte de varias mujeres de acoso sexual, de su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón –que iba a ser el encargado de redactar el nuevo documento político del partido–, obligó a retrasar un trimestre la convocatoria hasta los inminentes 29 y 30 de marzo.

Se trataba de calmar las aguas tras la «bomba nuclear» del 'caso Errejón', dentro de un espacio que desde su nacimiento ha vivido zarandeado por las urgencias políticas, los fracasos en las urnas –los resultados del último ciclo electoral se saldaron con la dimisión de Díaz de la secretaría general del partido– y la feroz competencia con Podemos. Los morados acusan a Sumar de ser «una marca blanca del PSOE».

En sus documentos organizativos de la asamblea, Sumar admite que la sucesión de cinco citas con las urnas desde el 23 de julio de 2023 hasta el 9 de junio de 2024 (generales, gallegas, vascas, catalanas y europeas), con el proyecto en proceso embrionario, supuso «un enorme desafío». Ahora, subraya, es necesario «actualizar» la organización.

Tras la dimisión de la vicepresidenta segunda al frente de la formación, a raíz de la debacle en los comicios al Europarlamento, Sumar constituyó una coordinadora compuesta por cuatro dirigentes: la secretaria de Organización, Lara Hernández; su homóloga en Comunicación, Elizabeth Duval; la secretaria de Estado Rosa Martínez; y el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro.

En la formación prevén que los dos nuevos coordinadores salgan precisamente de este núcleo duro que Díaz conformó en su momento. Fuentes del partido dejan claro que la vicepresidenta segunda no aspirará de nuevo a liderar Sumar ni a asumir cargos de relevancia a nivel orgánico, como ella misma ha apuntado. Una circunstancia que no le impedirá encabezar una eventual candidatura a las generales ni seguir siendo un referente del espacio político.

El partido anunciará este lunes las candidaturas que optan a liderar la formación, mientras aún no se ha revelado si a la esperable candidatura oficialista le surge alguna competidora. Movimiento Sumar tendrá que responder en su cónclave a muchas preguntas. La primera, qué relación quiere tener con el PSOE, especialmente en asuntos que generan fricción como la tributación del SMI o la vivienda. O señalar el sitio que quiere ocupar en la red de alianzas de la izquierda, que reclaman a Díaz más «horizontalidad» en las futuras coaliciones, mientras sigue apelando a la unidad, con la mirada puesta en Podemos.