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El funeral por Ardanza, al que acudieron la familia y numerosas personalidades, lo cocelebraron los obispos de Bilbao y San Sebastián, Joseba Segura y Fernando Prado, el exprelado bilbaíno Mario Iceta y el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata.
«Él quería la Euskadi que tenemos hoy»

«Él quería la Euskadi que tenemos hoy»

Funeral. El hijo de Ardanza asegura en el último adiós al exlehendakari que se ha ido «un referente», tanto para sus allegados como para la sociedad vasca. «Estamos embargados por la tristeza, pero orgullosos»

Ion M. Taus

San Sebastián

Miércoles, 10 de abril 2024, 23:25

En el interior de una Basílica de la Purísima Concepción de Elorrio a rebosar, cientos de ciudadanos, personalidades institucionales y políticas quisieron arropar a los familiares y allegados de José Antonio Ardanza para dar su último adiós al que fuera durante 14 años lehendakari, fallecido este pasado lunes a los 82 años de edad en su casa de Gautegiz Arteaga.

Aitor, hijo del que fuera artífice al frente del Gobierno Vasco de las coaliciones PNV-PSE y del acuerdo de Ajuria Enea, tomó la palabra en nombre de la familia para dar las gracias a los asistentes y por las muestras de cariño y respeto recibidos, así como a todas aquellas sensibilidades políticas que «desde la diferencia, ayudaron a crear la Euskadi que tenemos hoy». «Era lo que él quería», manifestó.

El funeral arrancó a las siete de la tarde, en una basílica con un aforo de unas 700 personas, que se llenó para acoger a todas las personas que se acercaron para expresar sus respetos. Con la interpretación del «Agur Jaunak» a cargo del coro de Elorrio, se inició la solemne misa de despedida. El obispo de Bilbao, Joseba Segura, que presidió la misa, destacó en su homilía que el exlehendakari «tendió puentes» entre diferentes, defendió «el respeto a la vida» en la época de ETA y luchó por un futuro «humano y cívico».

Junto a la familia, en primera fila estuvieron sus sucesores Iñigo Urkullu, Patxi López y Juan José Ibarretxe

Junto al obispo de Bilbao, concelebraron el oficio fúnebre el arzobispo de Burgos y anterior obispo de la Diócesis, Mario Iceta, amigo personal de Ardanza, y el obispo de San Sebastián, Fernando Prado. El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, no pudo concelebrar la misa funeral por el «repentino fallecimiento» de un sacerdote diocesano este pasado martes, por lo que fue sustituido por el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata. El coro parroquial estuvo acompañado por el Orfeón Donostiarra en el apartado musical.

Ocho agentes de la Ertzaintza vestidos de gala fueron recibiendo a los que entraban a la basílica. En primera fila estaban Gloria Utiaga, la viuda de José Antonio Ardanza, y sus dos hijos, Nagore y Aitor, arropados por más familiares.

En la otra bancada, también en primera fila, se sentaban el lehendakari Iñigo Urkullu y su mujer Lucía Arieta-Araunabeña, su antecesor Patxi López y su mujer Begoña Gil, y el también exlehendakari Juan José Ibarretxe. Junto a ellos, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, y la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria. El primer lehendakari de la democracia, Carlos Garaikoetxea, visitó ayer por la mañana la capilla ardiente en Vitoria, pero no se pudo desplazar a Elorrio.

Entre los asistentes se pudo ver a los consejeros del Gobierno Vasco, los diputados generales de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava, los alcaldes de las capitales vascas, antiguos y actuales dirigentes políticos, como la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, el expresidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, el que fuera consejero de Interior y presidente de la Cámara vasca, Juan Mari Atutxa, o el que fue presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, ahora consejero delegado de Repsol.

Aitor, hijo de José Antonio Ardanza, tomó la palabra antes de concluir el funeral para dar las gracias, en nombre de la familia, a los asistentes y por las muestras de cariño y respeto recibidos. «Los últimos días han sido de mucho dolor, pero debemos dar gracias a Dios por la posibilidad que nos ha dado de rodear a nuestro padre y poderle dar el adiós, embargados por la tristeza, pero orgullosos. Así se nos ha ido un referente para nosotros en casa y, según los testimonios recibidos en los últimos días, también un referente para muchas personas», añadió.

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