Pello Otxandiano
Secciones
Servicios
Destacamos
Pello Otxandiano
Pello Otxandiano (Otxandio, 1983)cumple un año como líder de la oposición en el Parlamento Vasco y afronta debates claves para Euskadi como el ... nuevo estatus al frente de EH Bildu. Responde al PNV y considera que la vía de Europa para buscar una solución al derecho a decidir es «excesivamente optimista». Y se aleja de las vías rupturistas: «Nadie quiere un proceso independentista conflictivo en el que se pierda bienestar social».
– ¿Son conversos a la política del PNV como sugirió el pasado fin de semana Aitor Esteban?
– Me parece un relato que nace de una visión muy partidista. Llegamos al 45º aniversario de la puesta en marcha del Parlamento Vasco con un autogobierno mutilado y estratégicamente lastrado. Ahora es importante tratar de construir relatos compartidos. Porque reconozco que este país, y en este caso los tres territorios, se han construido a través de la agencia del sistema institucional, eso es indudable. Pero también a través de la movilización colectiva o de la autoorganización comunitaria. Se trata de proyectar este país hacia el futuro, no hacia el pasado.
– Ortuzar había consolidado al PNV en una política pactista de centro-izquierda tras acuerdos con el PSE y Elkarrekin Podemos. ¿Cree que Esteban va a virar el partido a la derecha?
– No creo que un cambio de liderazgo, conociendo la trayectoria de Aitor Esteban y su cercanía política hacia Andoni Ortuzar, vaya a suponer una modificación de estrategia o de línea política en el PNV. Se ha visto que hay diferentes sensibilidades políticas. Veremos cómo se manifiesta ese equilibrio en el propio EBB y cómo se resuelve en cuanto al debate del estatus político o los diferentes temas sociales y económicos.
– A pesar de que el propio Esteban ha tratado de enfriar el nuevo estatus, parece que las conversaciones PNV-EH Bildu-PSE están ya avanzadas. ¿En qué punto se encuentran?
– Tanto los portavoces del PNV como el propio Patxi López han apuntado que existen avances para poner las bases de un nuevo autogobierno. Hay conversaciones discretas, lo cual es un elemento novedoso entre las diferentes tradiciones políticas del país. Hay una predisposición para intentar un acuerdo que no vaya en contra de nadie y que plantee las bases de un nuevo autogobierno respondiendo a la cuestión fundamental del reconocimiento nacional del pueblo vasco. Es un escenario interesante y una ventana de oportunidad que creemos que hay que aprovechar.
– ¿El derecho a decidir sigue siendo un escollo para lograr acuerdos con los socialistas?
– Si reconocemos que Euskal Herria es una nación, hay derechos que emanan de ese reconocimiento nacional. Y uno de ellos es la capacidad de decisión. En la institucionalización de ese derecho a decidir hay un enganche jurídico que pueden ser los derechos históricos y la foralidad. Existe un debate de cómo se articula eso en la arquitectura jurídico-política. Demos un tiempo a esa discusión y veamos cómo se articula el derecho a decidir.
– ¿Estarían dispuestos a dejar fuera el derecho a decidir para favorecer el pacto estatutario?
– No creo que haya que dejar fuera nada. El derecho a decidir no es un concepto abertzale o nacionalista, porque responde a un principio democrático. Y responde a una realidad política que está reflejada en estos momentos en el Parlamento Vasco.
– ¿Europa es la salida a esta cuestión como está abogando el PNV?
– No hay que descartar ninguna vía, pero hay que ser realista. Europa hoy no tiene un proyecto político y es bastante improbable que en los siguientes años haya una federalización de la UE en el sentido de construir un proyecto político coherente, sólido y capaz de dar respuesta al reconocimiento de los pueblos. Me parece excesivamente optimista abogar por esta opción.
– Usted ya dijo que es el momento de avanzar hacia un Estado confederal dentro de la Constitución. ¿Han consolidado su giro político del rupturismo al modelo estatutario?
– La izquierda abertzale ha planteado históricamente estadios intermedios entre la situación de una partición territorial y una soberanía nacional plena. En la coyuntura histórica actual, para que haya una dirección progresista en el Estado español, dirigida por el PSOE, son necesarias las izquierdas soberanistas. Cualquier proyecto democratizador del Estado tiene que asumir e incorporar el hecho plurinacional y dar una respuesta positiva a eso. Ahí, la izquierda independentista tiene que plantear un estadio intermedio que es una relación de bilateralidad efectiva. Eso puede ser un Estado confederal.
– ¿Ese cambio de estrategia genera fricciones internas?
– Acabamos de hacer un congreso en el que ha habido unidad, como decía Otegi, casi a la búlgara. Hay un acuerdo muy importante respecto a las estrategias que tenemos que seguir en la construcción nacional.
– Mientras las encuestas sitúan el apoyo a la independencia en mínimos históricos EH Bildu logra sus mejores resultados electorales. ¿Cómo se entiende eso?
– Hay que tener en cuenta lo que evoca la palabra independencia a la ciudadanía cuando venimos del proceso catalán. Nadie quiere un proceso conflictivo que le suponga una pérdida de su bienestar social. Pero si se plantea la posibilidad de que la soberanía pueda resultar en mayores cotas de bienestar y de reconocimiento de derechos, ahí el resultado de las encuestas cambian radicalmente. EH Bildu está demostrándose una fuerza política capaz de plantear soluciones a los problemas sociales. La izquierda soberanista ha ganado atractivo, en particular la vasca, porque está sabiendo corresponsabilizarse con el momento más allá de su proyecto nacional.
– Por lo tanto, ¿han perdido la pulsión independentista en favor de las políticas sociales?
– Las prioridades de la gente y de las sociedades cambian, pero la significación de la soberanía también. La izquierda independentista está haciendo una labor de tender puentes con otras tradiciones políticas, sin renunciar a nuestro proyecto histórico, pero atendiendo a la diversidad de la sociedad vasca y a la necesidad de incorporar al proyecto nacional otras tradiciones políticas que no son independentistas.
– ¿Van a hacer autocrítica sobre el pasado de ETA para propiciar un futuro gobierno en Euskadi con el PSE?
– No creo que este sea el elemento que obstaculiza la política de alianzas en el país. En el Gobierno de Navarra y en Pamplona hay una colaboración, también en Madrid. Por lo tanto, esta no es la cuestión. Todavía hoy prevalece una política de alianzas que, seguramente, es cómoda tanto para el PNV como para el PSE, porque es más fácil sentarse en una mesa después de unas elecciones y articular acuerdos en cascada que llegan hasta el ayuntamiento más recóndito de esta parte del país. Con EH Bildu se negocia sobre un programa y sobre un propósito en cada institución, y eso seguramente es menos rentable en términos partidistas.
– ¿Entendió que la madre del Ertzaintza asesinado por ETA Jorge Díez le expulsase del acto de homenaje?
– Sí. Nuestro máximo respeto a esa decisión porque respetamos la voluntad de las víctimas. Fuimos a ese homenaje porque estábamos invitados por los organizadores y nuestra política es estar en todos los actos de memoria siempre y cuando los organizadores quieran que estemos. Máximo respeto a la madre de Jorge Díez.
– Miles de personas salieron ayer a la calle en Donostia para pedir una solución a la crisis de la vivienda. ¿Los planteamientos soberanistas son la salida a este problema?
– La soberanía y la respuesta positiva que se le puede dar a la emergencia habitacional están muy unidas. En los tres territorios podemos tener la escala adecuada y las capacidades políticas y financieras para darle una solución estructural a la emergencia habitacional. No es la misma realidad la de Madrid o la de Euskadi. Podemos darle una respuesta endógena a una crisis habitacional que es uno de los principales problemas de la ciudadanía, que tiene consecuencias sociales y económicas de primer nivel. El mercado no es capaz de garantizar acceso a la vivienda y precios asequibles. Esto requiere políticas de izquierdas.
– ¿Que van a hacer en sus ayuntamientos para fomentar las VPO?
– Los ayuntamientos tienen capacidades y recursos muy limitados. Lo que viene ahora por parte del Gobierno Vasco y de la mano de un consejero socialista es una contrarreforma que consiste en reducir los porcentajes de VPO en las promociones. Nosotros creemos que tenemos los recursos suficientes como para hacer una promoción de vivienda pública a escala. El Gobierno Vasco tiene que colaborar con los ayuntamientos y estos tienen que identificar la demanda y el suelo. Hay que hacer una reserva estratégica de suelo público, pero cabe recordar que la mayor parte del suelo, como consecuencia de las políticas urbanísticas que nos han hecho durante tantas décadas, es privado. Tenemos capacidades incluso para ayudar a expropiar en caso de que las constructoras se nieguen a construir, que parece que es lo que está sucediendo. La solución pasa porque la administración asuma la promoción y la construcción de vivienda pública.
– Los proyectos eólicos les han causado dolores de cabeza a nivel municipal y en la localidad alavesa de Arrazua-Ubarrundia tres de sus ediles han dimito ante la incapacidad de pararlos. ¿Les produce desgaste interno?
– No es una cuestión que le repercuta exclusivamente a EH Bildu, porque en Orozko, donde el alcalde es del PNV, ha pasado lo mismo. Lo que está sucediendo es que estamos frente a un despliegue de energías renovables absolutamente desordenado. Hay más de 130 proyectos en tramitación y se sabe que la gran mayoría no se va a ejecutar. Eso lo dijo el propio consejero. A día de hoy no tenemos instrumentos públicos para hacer una planificación y orientar ese despliegue a través de la participación, por ejemplo, del Ente Vasco de la Energía. Además, tenemos una red de transporte que está saturada. No se ha anticipado esta situación y tenemos un desorden total que genera desasosiego.
–¿Son preocupantes para Euskadi los aranceles que ha anunciado Donald Trump?
– Sí, pero no sé hasta qué punto. Una cosa son las declaraciones de Donald Trump y otra es el efecto concreto y material de esas políticas. Yo creo que hay mucha propaganda. No se sabe muy bien cuál es la intencionalidad última de esa administración, porque lo anunciado tiene un efecto negativo también en la economía estadounidense. El problema es qué capacidad política puede tener la administración pública vasca ante esa realidad. Pues prácticamente nula. Más que responder a los avances de Trump, lo que tenemos que hacer es diseñar una política industrial que nos pueda ayudar a situarnos en este momento complejo.
– ¿Qué impresión les han dejado las últimas reuniones que han mantenido con la patronal?
– Hemos puesto en agenda diferentes debates. Mientras Confebask habla del absentismo laboral, nosotros lo hacemos del SMI. Les hemos pedido que se sienten a negociar. Si queremos servicios públicos de calidad, dar una solución positiva al problema de vivienda y una economía industrial arraigada en el territorio tenemos que hablar y tener una visión de país.
– ¿La foto de Mertxe Aizpurua y Pedro Sánchez es la guinda a la institucionalización de la izquierda independentista?
– No sé si es la guinda, pero es algo natural. Si el Gobierno está haciendo una ronda con todos los grupos parlamentarios también le toca ir a Mertxe Aizpurua a la Moncloa.
– Pero ha sido la primera vez que se produce esa imagen.
– Siempre hay una primera vez.
– ¿EH Bildu es el aliado preferente de Pedro Sánchez?
– Es un aliado previsible. Y eso la gente lo reconoce y lo aprecia. En este momento de la política líquida, el tacticismo y el inmediatismo, nosotros hemos planteado ejes de trabajo claros al gobierno. Ellos saben dónde estamos y cómo actuamos.
– Otegi se reunió con Puigdemont la semana pasada en Waterloo. ¿Le pidió que no deje caer el Gobierno de Sánchez?
– Tenemos relaciones con todas las fuerzas políticas y tratamos de poner encima de la mesa una reflexión del momento histórico, de las posibilidades que vemos y de la política que se necesita en estos momentos. Hemos estado muchas veces con Puigdemont y esta es una más. Estando o no de acuerdo con nosotros, Puigdemont entiende que nuestra posición es sólida.
– Ya han dicho que van a rechazar el aumento del gasto militar, aunque parece que el presidente esquivará la vía parlamentaria para lograrlo. ¿Si se sometiese a votación dejarían caer al Gobierno?
– Haríamos una gran ofensiva política para que los grupos parlamentarios se diesen cuenta que ese camino no nos lleva a ninguna parte. Vamos a votar no. Estamos en un momento histórico muy singular. El aumento del gasto militar por el que han abogado los agentes europeos cuando Trump ha decidido que ya no va a financiar la seguridad de Europa es un camino a ninguna parte. Mayor capacidad militar no se traduce en mayor seguridad. Lo que le va a dar seguridad a Europa es saber moverse en un tablero multipolar nuevo y tener la inteligencia diplomática y política.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.