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El presidente de Vox, Santiago Abascal, reclamó ayer en Bilbao el final del actual sistema de las autonomías porque, a su juicio, acentúan la desigualdad entre las diferentes regiones de España y ataca la soberanía nacional. «Debía garantizar la pluralidad y solo sirve para ... que se imponga una legislación nacionalista opresiva». Santiago Abascal, que se presentó como la voz de un «movimiento soterrado que está despertando», protagonizó el primer mitin que Vox ha dado en Euskadi. 300 simpatizantes llenaron la sala del Palacio Euskalduna en la que se desarrolló el acto entre excepcionales medidas de seguridad. Mas de una treintena de ertzainas custodiaron las inmediaciones del recinto.
Vox mantiene inalterable la hoja de ruta con la que quiere hacerse hueco en la primera línea política, y ayer desembarcó en Euskadi con el mismo discurso que sus líderes vienen ofreciendo durante los últimos meses: llamando a la unidad nacional y a la exaltación del sentimiento patriótico para hacer frente a los partidos nacionalistas y a la crisis de Cataluña, un «golpe de estado» del que responsabilizan también a PSOE y PP. Por «colaborar» el primero y por «mirar hacia otro lado» el segundo. «Buscan trocear España con la connivencia de La Moncloa», lamentó Abascal, que presentó a su partido como «la resistencia» ante el secesionismo. También defendió el cierre de las fronteras y un mayor control de la RGI para «acabar con el efecto llamada» de inmigrantes, decisiones que considera «de sentido común».
santiago abascal, vox
En un acto de unos 50 minutos, Santiago Abascal compartió atril con el secretario general de la formación, Javier Ortega Smith. Ambos fueron jaleados permanentemente por sus simpatizantes, que cerraron el acto con vivas a la Guardia Civil y escuchando el himno español en dos ocasiones. Los líderes de Vox negaron representar a la ideología fascista y se mostraron especialmente molestos con otros calificativos por los que se sienten «estigmatizados». Por ejemplo, que su partido sea populista, ultra o de extrema derecha. «Simplemente decimos que otros no se atreven, la corrección política dictada por la izquierda que acata la derecha cobarde se ha acabado», decretó Abascal. «El resto de partidos no nos tienen miedo porque seamos peligrosos, sino porque son conscientes de que nos va a votar mucha gente», aseguró.
Los líderes de Vox, que manejan encuestas que les otorgan una intención de voto del 5,1% en España -lo que les permitiría crear grupo propio en el Congreso- anunciaron en Bilbao que aspiran a «determinar la mayoría parlamentaria» en la Cámara baja y que emergen «de las cloacas» para «quedarse» en el día a día de la política española y también en el de la vasca. En ese sentido, Abascal aplaudió «el valor» de los asistentes al acto del Euskalduna, aunque algunos procedían de Navarra o de Cantabria. «Dicen que el País Vasco ya es la tierra de la normalidad, pero no se puede poner una bandera de España en el balcón. Y no es que no haya españoles... es que hay miedo».
Santiago Abascal, natural de Amurrio y exintegrante del PP vasco, se mostró «identificado» con «la cultura, la lengua y las costumbres» de Euskadi, pero rechazó «que se imponga el odio a España». En esa senda, no escatimó en críticas hacia los populares vascos. Se mostró dolido porque el partido conservador asegure que su formación es «ajena a lo vasco», y lamentó que reciban a Vox «como les trataban a ellos los nacionalistas hace años». Abascal también aprovechó la alusión para reprochar a los populares vascos que sean «la muleta» del PNV durante los últimos años. «Le aprobaban los Presupuestos mientras le organizaban una moción de censura a Rajoy».
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