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Jornada festiva con mayúsculas ayer en Loiola para celebrar el Día de San Ignacio. El lehendakari encabezó la presencia institucional en la primera cita postcovid, es decir, sin restricciones de aforo y sin mascarillas, aunque no tuvo lugar la tradicional comitiva de autoridades desde el Ayuntamiento de Azpeitia hasta la basílica. En 2020 Urkullu asistió a la celebración en un marco muy restringido por las medidas antipandemia y en 2021 no acudió porque el protocolo se redujo al mínimo por el mismo motivo.
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El lehendakari, quien acudió acompañado de su mujer, Lucía Arieta-Araunabeña, fue recibido a las 11,40 horas en la explanada por la corporación de Azpeitia, encabezada por la alcaldesa, Nagore Alkorta (EH Bildu); así como por el diputado general, Markel Olano; y la presidenta de Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería. Entre los cargos institucionales asistentes se encontraban, además de los citados anteriormente, la consejera Arantxa Tapia; los tenientes de diputado Eider Mendoza y José Ignacio Asensio; y los diputados Jabier Larrañaga, Aintzane Oiarbide, Harkaitz Millán y Jokin Perona
Urkullu no realizó declaraciones y tampoco acudieron miembros de Etxerat, como ha solido ser habitual en años anteriores. En consecuencia, el acto fue eminentemente festivo y protocolario, sin ningún matiz político.
Tras la recepción frente a la imponente escalinata de la basílica, las autoridades entraron al templo abarrotado de feligreses, donde a las 12 se celebró la misa solemne.
Las fiestas del patrón contaron este año con un significado especial porque se clausuraba también el Año Ignaciano, efeméride que ha servido para rememorar el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio de Loyola. Por este motivo, la programación se modificó de forma sustancial. Así ayer, festividad de San Ignacio, la tradicional cita religiosa de la parroquia de Azpeitia se trasladó este año a Loiola, adelantándose a su vez la asistencia de las autoridades a la basílica, que tradicionalmente suele ser el 1 de agosto, Día de Gipuzkoa.
La Eucaristía fue presidida por Francisco Pérez, administrador apostólico de la Diócesis de San Sebastián desde el 16 de febrero, quien saludó al lehendakari y a su mujer momentos antes del inicio de la misa. Pérez, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, sustituyó a José Ignacio Munilla, nombrado obispo de Orihuela-Alicante. El administrador apostólico estará al frente hasta que el Papa elija al obispo definitivo.
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La homilía fue pronunciada por el Superior General de la Compañía de Jesús -el cargo más alto de la orden- el venezolano Arturo Sosa, desplazado a Loiola con motivo del Año Ignaciano. La misa contó con la participación de Julián Barrenetxea Abesbatza, Azketa Ahots taldea y el coro parroquial, con la organista Itziar Urbieta y bajo la dirección de Javier Alberdi.
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