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Fernando Segura
Domingo, 9 de abril 2023, 12:42
El PNV volvió a llenar la plaza Nueva de Bilbao en la celebración de un Aberri Eguna bendecido por una mañana de sol primaveral este domingo, pero que no ocultaba que en las próximas semana se va a cernir la tormenta electoral del 28-M, en las que Euskadi se juega quién gobernará en los ayuntamientos y en las diputaciones durante los próximos cuatro años. Una pugna en la que el PNV y EH Bildu se dejarán la piel, especialmente en Gipuzkoa, donde las encuestas vaticinan unos resultados muy igualados.
El presidente de Euskadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar, reconoció la trascendencia de los comicios, de ahí que en su discurso llamara reiteradamente y con especial énfasis a la movilización para vencer en los comicios del próximo mes. «Me veis vestido con kaiku, pasando calor. ¿Por qué? Porque vienen días intensos en los que se tiene que notar que somos el PNV. Es un toque de corneta para que vayamos a pedir el apoyo y a seguir liderando los ayuntamientos, las diputaciones y las juntas generales, con el objetivo de dar confianza y estabilidad a este país».
Andoni Ortuzar
Presidente del EBB
Fue un Aberri Eguna celebrado a cincuenta días exactos de los comicios, una cercanía que hizo que el propio Ortuzar admitiera que la festividad se celebraba con un «aroma» electoral. En consecuencia, tanto en su discurso como en el del lehendakari primaron los mensajes para resaltar que el PNV es el partido que confiere estabilidad y confianza desde las instituciones en las que gobierna. El lider jeltzale no desaprovechó la oportunidad de recordar que este semana se han conocido «unos buenísimos datos de empleo, volviendo a cotas de antes de la crisis de 2008. Ese es el camino, esa es la hoja de ruta del PNV: confianza, trabajo, compromiso».
También señaló que pese a la incertidumbre económica provocada por la guerra de Ucrania, miles de vascos disfrutan de vacaciones esta Semana Santa, un hecho que atribuyó a que los ciudadanos «tienen confianza en que al frente de las instituciones hay personas que velan todos los días para que las cosas vayan bien».
En esta línea de centrar el mensaje en las 'cosas del comer', ni el lehendakari ni el presidente del EBB sacaron a relucir el nuevo estatus ni nada que se le asemeje. Tampoco aludieron a la declaración del Parlamento Vasco aprobada el pasado 30 de marzo en la que el PNV, EH Bildu y Podemos pidieron que se reconozca el derecho a decidir, la pluralidad del Estado y la posibilidad de que se implante la República.
En consecuencia, el foco en el Aberri Eguna se situó en las elecciones municipales y forales. En ese terreno Ortuzar, hábil como pocos al lanzar pullas a los demás partidos, advirtió sobre las formaciones que cuando se acercan las urnas realizan un ejercicio de «transformismo» y, como contraste, reivindicó la «autenticidad» de su partido frente al 'tuneado' de otros. «No os dejéis engañar como incautos. Ahora parece que nunca han roto un plato. Ya no se cortan el flequillo con una motosierra y han guardado el forro polar y el palestino en el armario para ponerse chaquetas de diseño, pero son los de la 'mani', aunque ahora se vistan de Armani», en una cristalina referencia a EH Bildu. «¡Qué no os la den con queso!», remachó el líder jeltzale para solaz de los centenares de afiliados y simpatizantes reunidos en la plaza Nueva.
Después de escuchar estas palabras como dardos, cuesta imaginar que el Aberri Eguna vaya a ser alguna vez una celebración unitaria, como reclamó el sábado la plataforma Euskal Herria Batera en un acto en el Palacio de Miramar de Donostia, en el que estuvieron presentes cargos del PNV, EH Bildu y Podemos.
Ortuzar, consciente de que la coalición independentista se encuentra cada vez más cerca, alentó a sus afiliados a realizar una campaña electoral «de alpargata», pisando la calle y puerta a puerta. «Se tiene que notar que somos del PNV, que estamos aquí otra vez, dispuestos a pedir el apoyo de la ciudadanía, que queremos seguir liderando este país, sus ayuntamientos y diputaciones con seriedad, con rigor. Nos tienen que ver movilizados», animó una y otra vez.
En este empeño por rasear el balón, el líder del PNV aseguró que el Aberri Eguna es una jornada «para hablar de la nación vasca» y del derecho de los vascos a decidir su futuro en «libertad», pero también para recordar que el «'modelo PNV'construye nación día a día». Añadió que la soberanía nacional se está ejerciendo desde las instituciones vascas, «porque Euskadi se construye de abajo hacia arriba, desde los ayuntamientos y las Juntas Generales. Son las instituciones más cercanas a la ciudadanía y las que tienen una legitimidad muy especial», aseguró.
Por ello, subrayó que hablar de la nación vasca «es hablar de las próximas elecciones. Si obtenemos en ellas unos buenos resultados, estaremos dando un paso más, subiendo un escalón en el camino de Euskadi hacia su libertad». En este sentido, aseguró que con más alcaldes, diputados y junteros nacionalistas «está garantizado que Euskadi avanzará como nación».
Ortuzar, si bien aprovechó el acto para calentar motores de cara al pulso electoral, también subrayó que el Aberri Eguna es motivo para recordar que Euskadi es «una nación europea» y que para el PNV el objetivo es «la libertad de Euskadi».
El presidente del EBB añadió que los jeltzales celebraron su primer día conmemorativo de la Patria Vasca en Donostia en 1933, bajo el eslogan 'Euskadi-Europa', y ese es, a su juicio, «el mejor desmentido a quienes quieren caricaturizar» la trayectoria del PNV «como un partido de boina, aldeano, cerrado y egoísta que solo mira por lo suyo. Los vascos tenemos una identidad propia abierta al mundo, que queremos desarrollar dentro de Europa», aseguró.
Asimismo, subrayó que, cuando todavía en Madrid «se lamían de sus fracasos coloniales y vivían de las ensoñaciones de haber sido un imperio, los vascos ya miraban al norte porque era y sigue siendo garantía de democracia, progreso, bienestar y libertad».
Ortuzar destacó esta aspiración de anclaje europeo de Euskadi, aunque lamentó que la UE va «muy lenta en su unidad política, sigue en manos de egoísmos estatales y no termina de encontrar un encaje a realidades nacionales sin Estado como Euskadi». Pese a ello, reivindicó su orgullo por pertenecer al Partido Demócrata Europeo. «Desde este pequeño rincón entre el Atlántico y los Pirineos, este pueblo estará siempre con Europa, la democracia y el progreso», concluyó.
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