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El lehendakari defendió este miércoles la labor de su gobierno de coalición (PNV-PSE) y la estabilidad frente a la estrategia por parte de EH Bildu de alentar las huelgas en el sector público para obtener «réditos políticos». Unas palabras que adquieren especial relevancia en un escenario político vasco y estatal que se encuentra en plena efervescencia. Máxime ante la perspectiva de las elecciones autonómicas vascas en 2024 en las que se prevé un pulso de alta intensidad entre las dos formaciones nacionalistas.
Iñigo Urkullu desarrolló estos argumentos en el 'Encuentro en DV con el lehendakari', foro organizado por este diario en su sede de Miramon, con vocación anual, y moderado por el director de este periódico, David Taberna. El lehendakari acudió acompañado por los consejeros Arantxa Tapia y Pedro Azpiazu. El acto, que contó con la colaboración de Kutxabank, se desarrolló en el espacio DV Gunea con la asistencia de los primeros espadas del mundo de la política, de la economía y del sector social.
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Las palabras del lehendakari eran esperadas con especial interés ante la catarata de acontecimientos de los últimos meses, entre ellos, las dos últimas elecciones que dibujan a una EH Bildu al alza y a un PNV en retroceso, la investidura fallida de Núñez Feijóo y la designación el martes de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia. A todo ello se añaden los problemas en Osakidetza, las diferencias surgidas con la Ley de Educación, la alta inflación o las convocatorias de huelgas en el sector público.
El lehendakari, ante este panorama complejo y tras una pandemia que lo desbarató todo, se empeñó a fondo en contraponer la «fotografía real y basada en datos» de un país cuyo PIB ha crecido un 30% en diez años y con una bajada del paro del 16,6% al 7,4%, con la de aquellos que trasladan una «realidad falsa y conflictiva».
Urkullu resaltó a este respecto que llama la atención que el País Vasco representa el 5% de la población del Estado y que, sin embargo, aquí se convocan más del 50% de las huelgas. Aseguró que esta conflictividad laboral, que afecta sobre todo al sector público, se basa en una estrategia «organizada y deliberada de huelgas y más huelgas». Urkullu lanzó una pregunta: «¿Quién gana cuando se alimenta de manera artificial una falsa realidad?». Él mismo respondió que quien se beneficia es EH Bildu para obtener «réditos políticos». Una denuncia que también ha utilizado con profusión el presidente del EBB, Andoni Ortuzar y el líder del partido en Gipuzkoa, Joseba Egibar.
El lehendakari apuntaló este argumento recordando que Sortu, «núcleo central de EH Bildu», aprobó el mes pasado su estrategia para 2023-2024. Urkullu indicó que ese plan contempla apoyar a Pedro Sánchez con el fin, citó textualmente el documento de Sortu: «Establecer el campamento base para la ascensión hasta la república vasca» y «materializar el proyecto de soberanía» alcanzando «cuotas de poder de manera gradual».
El lehendakari reconoció que «poco a poco» la coalición abertzale está consiguiendo ampliar su presencia en los órganos de decisión. Describió que para lograrlo el punto de partida «es claro, impulsar de manera artificial una conflictividad laboral y social en los servicios públicos. Es el 'otoño caliente' que algunos pronosticaban». El lehendakari subrayó que debemos decidir si queremos alimentar un malestar social permanente al servicio del «asalto al poder» de EH Bildu.
Urkullu se manifestó por el contrario a favor de transitar por la senda del diálogo en una Euskadi donde «convivimos sensibilidades muy distintas. Debemos dar cauce a todas ellas. Ahora bien, no desde la vía unilateral, la imposición y el enfrentamiento». Urkullu destacó en este sentido que el gobierno de coalición con el PSE ha sido «fructífero» y que refleja que Euskadi es una sociedad plural. En esa línea, puso en valor los pactos logrados también en las tres diputaciones y en las capitales vascas.
El lehendakari concluyó su discurso destacando la importancia de dotar a Euskadi de «estabilidad». En este sentido, indicó que «vamos a seguir centrados en cumplir nuestro programa de gobierno y en responder a la triple transición energética, digital y social». También mostró su apuesta por proteger a Euskadi del clima de «confrontación permanente que observamos en el Estado».
La intervención de Urkullu en DV Gunea fue intensa y no eludió ningún tema, tampoco los referidos a la política estatal, incluso los más polémicos. Así, respecto a las declaraciones del expresidente del Gobierno del PP Mariano Rajoy, quien calificó al PNV como «monaguillo» del Ejecutivo de Sánchez, el lehendakari aseguró que su partido no ha ejercido ese papel, pero alertó de que otras formaciones sí en referencia a la coalición independentista. «Hay fuerzas políticas que están hablando constantemente de EH Bildu y de un posible sorpasso por la debilidad del PNV. Quizá -indicó Urkullu- haya un interés por parte de esos ámbitos ideológico-políticos en minimizar la labor realizada por el PNV, sin tener en cuenta los riesgos que conlleva».
Respecto a las condiciones del apoyo del PNV a una investidura de Sánchez, el lehendakari resaltó que «lo primero que debería hacer es cumplir con la palabra dada -en referencia a las transferencias- y profundizar en nuestro sistema de gobierno singular».
En el foro también hubo un hueco para Cataluña. En relación a la amnistía, el lehendakari señaló que no debería plantearse como una condición de cara a la investidura, sino como una fórmula para revertir lo que «no debería haber ocurrido, la judicialización de una cuestión política». Respecto a la petición de Junts y de ERC de que se celebre un referéndum, Urkullu señala que «el candidato da a entender que no cabe en la Constitución». El lehendakari se mostró partidario de las «consultas pactadas» y añadió que en la Constitución hay «recorrido» para realizarlas.
El lehendakari no se salió del guion y a la obligada pregunta sobre si le gustaría volver a presentarse como candidato en las próximas elecciones autonómicas, respondió que «el partido tomará la decisión. «Tiene que ser libre para reflexionar. Soy absolutamente disciplinado». Urkullu añadió que creció en un partido «en el que no era permitido hablar de las aspiraciones de cada uno». Concluyó que ahora le corresponde «seguir siendo lehendakari en lo que queda de legislatura e intentar la mejora continua». Respecto a la posibilidad de adelantar las autonómicas, señaló que su objetivo es agotar la legislatura, pero añadió que la fecha dependerá de las circunstancias, entre ellas la posible repetición de las generales «que condicionaría o no la fecha de las autonómicas».
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