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La incontestable victoria del PP en Andalucía, tradicional bastión y granero del PSOE, ha proyectado un estilo diferente de hacer política, que sin duda marcará tendencia tanto dentro como fuera del partido conservador. Moreno Bonilla, que hace cuatro años aprovechó la oportunidad al sumar una mayoría de derechas que tumbó en la lona al PSOE de Susana Díaz, ha ejercido de presidente de su comunidad como si de un alcalde de Andalucía se tratase. El reelegido inquilino del Palacio de San Telmo ha empleado su particular método de hacer una política de amplio espectro al volcarse en la gestión por encima de las siglas y en mejorar la vida del ciudadano al margen de ideologías. A la vista está en sus resultados que la fórmula de su librillo ha sido un rotundo éxito. El estilo de Juanma ofreció en la noche del domingo su proyección más icónica cuando desplegó una bandera andaluza que le habían regalado unos niños en Málaga. Este gesto por el que Moreno Bonilla se comprometía en la defensa de los intereses de Andalucía por encima de intereses partidarios recordó por momentos al Gregorio Ordóñez, entonces teniente de alcalde de Donostia, que fue asesinado por ETA hace 27 años cuando acariciaba la Alcaldía donostiarra. El edil donostiarra llevaba las siglas del PP en su candidatura pero siempre situaba por delante la ciudad y su bandera.

Núñez Feijóo cuenta en el moderado y prudente Moreno Bonilla a su ejemplo más representativo de lo que quiere extender en el partido a nivel estatal en su carrera hacia la Moncloa. Está más a gusto con este estilo que con el 'rompe y rasga' de Ayuso. El actual líder del PP, que luce en su pechera las cuatro mayorías absolutas de Galicia, ha trasladado a los suyos que hay que seguir trabajando. El PP vasco, con Iturgaiz a la cabeza, ya está empezando a tomar nota. Sin duda, vienen otros tiempos.

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