![Mineros estatales de Huanuni transportan a un compañero herido en los enfrentamientos. [AP]](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/pre2017/multimedia/prensa/fotos/200610/07/049D6GENP1_1.jpg)
PPLL
Sábado, 7 de octubre 2006, 03:19
ORURO. El enfrentamiento minero en la localidad boliviana de Huanuni, que se saldó el jueves con veintiún fallecidos y más de cincuenta heridos, puso en evidencia la débil gestión del ministro del área, Walter Villarroel, quien defendió a los cooperativistas en detrimento de los obreros estatales de la compañía Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en el conflicto que mantienen por las tierras de esta región y en la crisis por la que atraviesa el sector minero del país.
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Al menos diez personas murieron entre ellas dos mujeres, y otras 57 resultaron heridas cuando mineros que trabajan por cuenta propia en cooperativas atacaron con dinamita a obreros estatales del subsuelo en la localidad andina de Huanuni, según anunció el portavoz presidencial, Alex Contreras. En este municipio se encuentra el más rico yacimiento de estaño del país, que está encerrado en los bolsones del cerro Posokoni. Según los informes parte de los 4.000 mineros cooperativistas que se han asentado en Posokoni, situado a 288 kilómetros de La Paz, atacaron a unos 1.000 mineros de Comibol, que trabajan para el Estado y a quienes se llama «sindicalizados».
La pelea por el control de las minas comenzó a materializarse la semana pasada, cuando centenares de cooperativistas ocuparon por la fuerza el centro estatal minero de Colquiri y tomaron por asalto los almacenes de la mina Viloco, mientras miles de sus compañeros bloqueaban las principales carreteras del occidente boliviano, logrando paralizar el alza de impuestos para la minería privada y frenando el potenciamiento de la Comibol. Estas acciones provocaron la reacción de los mineros y campesinos de Huanuni. La postura de los mineros estatales constituye la concreción práctica de la decisión asumida en la asamblea general del pasado 4 de julio, donde proclamaron la necesidad de nacionalizar sin indemnización todas las minas manejadas por las transnacionales y los consorcios privados, de consolidar a Comibol como la única encargada de explotar los recursos mineralógicos para beneficiar al pueblo y de gestionar la empresa a través del control obrero colectivo, explica la prensa local, recogida por Europa Press.
Debido a lo ocurrido el Ejecutivo ordenó el repliegue de los soldados apostados en Huanuni hace cuatro meses, cuando los cooperativistas, que ya habían tomado parcelas, intentaron apropiarse de más sectores de la mina local ante el rechazo de los mineros estatales. Los militares se retiraron porque, según explicó el ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, estaban siendo «hostilizados, provocados» por los mineros. AGENCIAS
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